Los ciudadanos de Mérida están preocupados y preocupados por la reciente serie de suicidios públicos en la ciudad. Estos trágicos acontecimientos han creado una profunda preocupación entre la gente, que ve la situación no sólo como un problema personal sino también como un reflejo de las peligrosas condiciones sociales y mentales que afectan a un gran sector de la sociedad.
Para un joven meridano, el atentado contra la vida es un acto que afecta no sólo a quien lo realiza, sino también a sus familiares, vecinos y a la comunidad meridana en general.
Saúl Colmenares, de 22 años, de Mérida, quien trabaja como instructor de patineta bajo el Viaducto Miranda, compartió con NTA su perspectiva sobre el suicidio. Destacó que es una situación muy delicada y que le tocó vivir suicidios en la zona al igual que sus compañeros y amigos.
Desafortunadamente, esto pone de relieve las decenas de suicidios públicos que ocurren entre jóvenes deportistas que viven bajo el segundo viaducto de Mérida. Les hace pensar en esta acción y sus consecuencias sociales.
“Creo que la sociedad actual y nuestro entorno nos han abrumado. Creo que la tasa de suicidios ha aumentado porque la gente no encuentra soluciones a sus problemas”, afirmó el joven, que se solidariza con las víctimas porque comprende la dura realidad que puede atormentarlas.
Una mirada al suicidio en Mérida
Sal cree que ahora hay más conocimiento y aceptación sobre los sentimientos y la expresión de los mismos. Sin embargo, esta nueva cultura no llegó a todos los rincones del estado. Un comentario haciendo referencia a la cantidad de suicidios en las ciudades de Mérida, donde las estructuras sociales son rígidas y reprobables.
“Creo que hemos mejorado en ese sentido, pero hay personas que no saben cómo afrontarlo, porque no saben comunicarse o son juzgadas. Eso nos afecta emocionalmente claramente. E incluso bloquea nuestra salida a nuestros problemas.” dice el hombre de Meridian.
Sal también le dice a NTA que se encuentra en una situación emocional difícil y, aunque cree que puede afrontarla con valentía, insinúa la necesidad de consultar a un psicólogo. Alguien que te apoye y acompañe en el proceso. Considera que este paso es muy difícil, pero uno de los básicos para resolver los conflictos internos. Por ello, insta a los jóvenes a acudir a profesionales de la salud mental. “Acudir a un especialista no es malo. No es sólo para ‘locos’… más bien, un espacio donde podemos hablar libremente, expresar nuestros problemas y tener la orientación y las herramientas para afrontar lo que surja.
Solicitud ciudadana
Como no todos los municipios cuentan con atención y servicios especializados en salud mental y faltan políticas públicas efectivas para la prevención del suicidio, los ciudadanos exigen una respuesta urgente de las autoridades gubernamentales.
Para Saúl y sus amigos es necesario establecer programas de prevención, sensibilización y atención integral de la salud con un enfoque psicológico. Promoviendo espacios de diálogo y apoyo a personas que puedan estar atravesando situaciones de crisis emocional. El joven cree que esto beneficiará a todos los merideños que lo están pasando mal, y de ser efectivo podrá reducir los suicidios no solo en lugares públicos sino también en lugares privados como el caso del Viaducto Miranda.
Considerándolos, es urgente que las autoridades tomen en cuenta las preocupaciones y demandas de Mérida respecto a este tema, y se implementen medidas concretas para abordar de manera efectiva el problema del suicidio en la ciudad.