Cuatro puntos de setenta y dos posibles. Cero victorias, cuatro empates y veinte derrotas. Sólo nueve goles a favor y sesenta y cuatro en contra. Lo es El balance crudo de las selecciones venezolanas en competencia internacional durante 2024: Deportivo Táchira y Caracas FC en la Copa Libertadores; Metropolitanos FC y Deportivo Rayo Zuliano en la Copa Sudamericana.
A pesar del carácter lapidario de estas cifras, esta situación no es nueva: Durante este siglo, sólo cuatro veces un equipo venezolano logró pasar de la fase de grupos de la Libertadores. De hecho, la última vez que alguien lo logró fue hace casi 10 años, en 2016, cuando el Deportivo Táchira de Carlos Maldonado cayó en octavos de final a manos de los Pumas de la UNAM. Si repasamos la historia reciente en la Copa Sudamericana, el panorama es similar: 2019 en el que el Zulia FC de Francesco Stifano alcanzó heroicamente los cuartos de final parece lejano.
Entonces, las noticias y análisis no son precisamente de la eliminación de los equipos venezolanos, sino de las formas. A nivel puramente futbolístico, Hablamos de falta de capacidad proactiva, así como de ritmo e intensidad, y altos índices de inexperiencia que son muy caros a nivel internacional. En definitiva, muy baja competitividad.
Pero, ¿Qué pasa? ¿Cuáles son las razones que explican este agravamiento del problema? Todo parte, lógicamente, de una realidad rural de la que nada ni nadie escapa. El difícil contexto económico, que permea prácticamente todos los ámbitos de nuestra sociedad, afecta también al fútbol nacional y frena (o más bien estanca) su crecimiento en relación al resto de Sudamérica. Pero no el único.
En este episodio de Game Day, con Hernán Rodríguez, quien debuta en El estímulo, profundizamos en las causas que han dificultado a los equipos venezolanos competir a nivel internacional. Entra y únete a la conversación. Todos ustedes son bienvenidos.