Kharelys Mendez
La semana pasada, la inusual historia de un “fanático enamorado” que vendía algunos interiores Servando Primera usados por 500 dólares se volvió viral en una aplicación. Luego de esto, el propio cantante se pronunció en sus redes para desmentir que sean suyos.
“No soy yo, en ese momento usaba a Tommy y Ovejita”, Servando respondió en sus redes con varias imágenes.
Incluso el propio artista bromeaba al ponerse un boxer nuevo y decir que “Servicio de interiores en venta, información en la bio de @losmenor3s. En vano, una vez se lo prestó a Florentino.
De igual forma, Servando Primera sostuvo que el aficionado que lo quiera debe cumplir tres cosas.
“Sigue a @losmenor3s. Mira mi vídeo “Chance” y haz una buena acción por alguien que no conoces. Esas tres cosas y tal vez puedas ganar. No se aceptan devoluciones con frenos. La promoción es válida hasta que se agote la imaginación de quien intentó vender un interior que no es el mío.“, él dijo.
LA HISTORIA VIRAL DE LOS INTERIORES DE SERVANDO PRIMERA
La vendedora afirmó que ella y sus amigas eran “fans absurdamente” de Servando y Florentino. “Teníamos carteles en nuestras habitaciones, nos sabíamos todas las canciones y las seguíamos a todas partes”, añadió.
El grupo acudió a varios conciertos del dúo en Caracas, pero también acudieron a presentaciones en otros estados. Una vez fueron al Festival de las Orquídeas en Maracaibo, en el año 2000, y tuvieron un contacto que les iba a presentar a Servando y Florentino detrás del escenario.
La vendedora aseguró que, una vez, Servando los veía constantemente y les “sonreía”. Cuando terminó el espectáculo, el dúo se acercó al grupo de amigos y los saludó.
“Nos dijeron que se hospedaban en el famoso Hotel del Lago y que iban a hacer una fiesta apenas llegaran. Obviamente fuimos y cuando llegamos vimos que era un grupo pequeño de unas 20 personas”, dijo.
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La mujer dijo que la fiesta fue “una locura total”: “Y sin contar lo que pasó entre Servando y yo”. Al día siguiente, el equipo de producción los despertó y les dijo que tenían que irse, pero que primero tenían la oportunidad de “ver este recuerdo”.
La vendedora dijo que mantuvo el interior almacenado durante 24 años porque “era una gran admiradora”. Sin embargo, ahora se ve obligado a venderlos para “pagar algunas facturas”, pero aclaró que “nunca los ha lavado” y están en “buen estado”.