Xavier Nava, un joven de 25 años de Santo Domingo del municipio de Cardenal Quintero, creció entre el campo., ha conocido de primera mano el trabajo agrícola que ha marcado su vida desde pequeño. Actualmente, continúa enfocándose en la agricultura en Mérida a pesar de las adversidades.
Recordando su infancia, Nava Melancholy narra la dedicación y el esfuerzo de los agricultores locales que trabajan incansablemente para mantener a sus familias.
Con el paso de los años, aprendió el valor de la agricultura en Mérida, arando la tierra, sembrando, cosechando y vendiendo productos que contribuían al sustento de la familia. A pesar de las dificultades que enfrentó, recuerda con gratitud que sus padres le dieron la oportunidad de estudiar y trabajar los sábados para sustentarlo económicamente.
“Cuando era niño iba a jugar al campo y me encantaba porque el entretenimiento era genial”, dice Xavier, cuyo medio de supervivencia actual es Venezuela, sumida en una gran crisis socioeconómica.
La realidad de Meredino Moore
En sus memorias, dijo a NTA, la agricultura en el estado de Mérida mantuvo a las familias del páramo en una situación acomodada, pero, durante unos 8 años, la crisis tocó los hogares y los bolsillos de la gente de Mérida.
La mano de obra en los campos ha disminuido recientemente ya que los propietarios de tierras suelen tener trabajadores permanentes y sólo recurren a la contratación temporal. Pese a ello, Nava reconoce la importancia de inculcar en las nuevas generaciones el amor por la agricultura y los animales, aspectos fundamentales que aprendió desde temprana edad.
Xavier también ha observado cómo ha disminuido la escala de plantación y la complejidad del traslado de mercancías de las zonas rurales a las urbanas. A pesar de los desafíos, Nava aprecia cada experiencia de vivir en este entorno rural y acepta el trabajo en el campo como una fuente de sustento y aprendizaje constante.
Límites a la agricultura en Mérida
“Llevo 9 años en este trabajo. Aprendí a arar, sembrar y cosechar con bueyes, lo que me ayudó mucho. Todos estos años he estado haciendo esto y ahora hay muy poco trabajo. Hubo más cosechas en comparación con años anteriores. Se plantaron varios tipos de hortalizas. El transporte de mercancías de una ciudad a otra era menos complicado. Ahora todo esto está costando”, resaltó Nava.
También mencionó a NTA que la vida de las personas que viven en el campo es dura, incluso si tienen un pedazo de tierra, pero en el escenario actual, muy pocas personas pueden tener todo esto.
“Trabajar en el campo es difícil. Hay que tener suerte para no perder todo lo que siembras. En las patatas, si llueve mucho, si hace demasiado calor, se queman. A pesar de años de experiencia, sucede. Sin embargo, nunca dejamos de trabajar porque a eso nos estamos ayudando”, concluyó.