Comenzó un día en Yaraquí sin electricidad, sin señal telefónica, sin gasolina para las centrales eléctricas y sin sistema de pago. Por allí pasaron los habitantes de Nirgua, Yaridagua y Chivagoa. Más de ocho horas de apagón total Esto dejó a estas comunidades sin electricidad ni comunicaciones viables, desatando el caos y la desconfianza entre sus ciudadanos y comerciantes. Retrato de Margarita cobra vida en Yaragui…
Un día lleno de confusión y frustración.
La falta de electricidad se convirtió en una auténtica situación de alarma. Los comerciantes que dependen del suministro de electricidad han experimentado momentos de agonía e incertidumbre para mantener a flote sus negocios. “Tengo que refrigerar la carne 24 horas al día, 7 días a la semana. Esta situación es insostenible, las plantas no obtienen gasolina”, dijo el dueño de un restaurante gourmet.
En Nirgua, gran silencio. La falta de comunicación creó una atmósfera tensa.: Nadie está muy seguro de lo que está pasando. La preocupación se agravó aún más cuando supo que, aunque el hospital local tenía una central eléctrica de emergencia, no se podía garantizar la electricidad a todos los pacientes.
“Los pacientes de la clínica están sin electricidad, sin agua y encima de ellos hay una nube de mosquitos”. Dijo un familiar de un paciente. Nadie está preparado para afrontar tantas horas de oscuridad en un centro médico que requiere nebulización, servicios de laboratorio, rayos X, etc.
Yaracuy suele quedarse sin luz a partir de septiembre
Desde el apagón del 17 de septiembre que afectó a 14 municipios del estado Yarakuy, la comunidad ha vivido en un ciclo de frustración constante debido a los repetidos cortes de energía. Muchas empresas tienen que adaptarse y depender de generadores de electricidad, pero esta solución es temporal y costosa.
Los vecinos de Yaragui piden respuestas y soluciones inmediatas. Es urgente que las autoridades competentes tomen medidas efectivas para restablecer el servicio eléctrico y garantizar la comunicación en situaciones de emergencia. Sin estas garantías, el futuro económico y social de la región sigue estando en riesgo, dejando a sus ciudadanos en una lucha constante por la normalidad.