Para activistas y defensores de derechos humanos, 2024 significó una “regresión antidemocrática” en la que las garantías ciudadanas fueron violadas sistemática y masivamente.
Caracas. La imposibilidad de votar de los venezolanos en el exterior debido a trabas administrativas, la intimidación y persecución a activistas y líderes políticos, el encarcelamiento de más de 2.000 personas tras las elecciones del 28 de julio -casi 100 menores- y la muerte de tres de ellos en prisión . las marcas de “violación masiva” de los derechos humanos que vivirán los venezolanos en 2024.
Según los expertos, se trata de hechos sin precedentes que marcan una “regresión antidemocrática” en Venezuela, donde el espacio cívico está amenazado, no sólo por la persecución e intimidación denunciadas por ONG y organismos internacionales, sino también por un marco legal que ofrece una plataforma legal para imponer castigos a la disidencia.
Según un informe de la Misión Internacional Independiente de Investigación en Venezuela, presentado en septiembre pasado, la persecución por motivos políticos y otros hechos reportados este año en el país son parte de “un plan continuo y coordinado para silenciar, desalentar y reprimir a la” oposición. al gobierno del país del presidente Nicolás Maduro”.
Para esta Misión de la ONU, los acontecimientos de 2024, especialmente los posteriores a las elecciones presidenciales, sumieron a Venezuela en “una de las crisis de derechos humanos”. más grave en la historia reciente“.
La intensificación del abuso
Marta Valiñas, presidenta de la misión de investigación, aseguró durante la presentación de su último informe que lo que vivió Venezuela en el segundo semestre de 2024 es “una intensificación de la violencia”. aparato represivo del Estado en respuesta a lo que usted percibe como crítica, oposición o disenso.”
De este caso, reiteraron que, si bien lo visto este año representa “una continuación de patrones anteriores que la misión ya ha caracterizado como crímenes de lesa humanidad”, la represión, “su intensidad y su carácter sistemático, representa un ataque muy grave”. sobre los derechos fundamentales del pueblo venezolano”.
Estas opiniones son compartidas por activistas venezolanos que, desde adentro, viven la persecución en carne propia, pero mantienen la exigencia de que se respeten los derechos humanos, que se garanticen los preceptos constitucionales que proclaman la justicia y que se permita el desarrollo de la justicia.
El coordinador general de Provea, Oscar Murillo, aseguró que el año que se cierra es el de una “regresión antidemocrática”, marcada por un conflicto electoral que permea todos los ámbitos del desarrollo social y estanca cualquier rastro de entendimiento entre los partidos.
Para el activista, “mientras continúe la regresión antidemocrática, mientras se profundice la crisis de derechos humanos, entonces los derechos sociales seguirán estancados y esto significa condiciones de vida precarias para todos los venezolanos”.
Murillo, quien fue citado en noviembre a declarar ante el Cicpc por una supuesta investigación, destacó que la crisis y los grandes problemas también radican en el olvido y la vulneración sistemática de derechos que siguen siendo vulnerados para los venezolanos.
“Hemos visto como ha pasado un año entero y los grandes problemas de los venezolanos no se han solucionado. No estamos discutiendo sobre educación, no estamos discutiendo sobre salud pública, no estamos discutiendo sobre salarios”, recordó.
Nuevos modelos
Para el director de Acceso a la Justicia, Alí Daniels, el 2024 representa “un hito” en términos de violaciones a los derechos humanos, pues se siguen cometiendo abusos, pero esta vez se realizan a escala masiva, impactando a grandes grupos de la población.
Según Daniels, en años anteriores no había conciencia de estos abusos, pero “ahora se han hecho evidentes como una violación sistemática de los derechos humanos en materia electoral”.
El experto destacó que los abusos cometidos en los 12 meses de 2024 son prueba de la intensificación de las acciones contra la disidencia y el espacio cívico y la creación de obstáculos contra el ejercicio de los derechos civiles y políticos.
Arquitectura judicial
Activistas, organizaciones internacionales y defensores de derechos humanos coinciden en que la “arquitectura judicial” desarrollada en el último año por el Parlamento es uno de los principales dispositivos para validar violaciones de garantías fundamentales.
Para Murillo, en “este país ha crecido una arquitectura judicial paralela a la Constitución”, pues considera que leyes como la AntiONG, la Ley contra el Odio y la Ley Simón Bolívar recientemente aprobada sirven de marco para criminalizar la disidencia.
“No es casualidad que la mayoría de los detenidos por motivos políticos en este país hayan sido encarcelados por delitos o presuntos delitos de la Ley contra el odio. Y si a esto se le suma ahora la Ley Simón Bolívar y la publicación de la ley contra las ONG “Vemos cómo en Venezuela sigue creciendo una arquitectura jurídica paralela a la Constitución”, explicó Murillo.
Para el activista, la crisis de derechos humanos en el país se resolverá cuando las instituciones del Estado regresen al mandato constitucional y el Poder Ciudadano vuelva una vez más al servicio de la población y sus necesidades.
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