En el municipio de Dover, estado Mérida, la situación educativa de docentes y estudiantes corre por decimocuarto año. La escuela El Blanciscal, ubicada en El Ambaro, no ha sido reconstruida luego de sufrir un deslizamiento de tierra en 2010. A pesar de la urgente necesidad de una escuela donde se impartan clases, los funcionarios del gobierno no la han reconstruido ni reubicado a las víctimas.
Una madre cuenta la historia que marca el inicio de esta crisis educativa. En 2010, un deslizamiento de tierra afectó duramente a la escuela, destruyendo la cafetería y la sala de preescolar. “El talud de lo que era el comedor se derrumbó, dejándolo prácticamente en el valle”.
Los funcionarios estatales decidieron evacuar temporalmente el campus, considerando el peligro de nuevos deslizamientos de tierra que podrían poner en peligro las vidas de profesores y estudiantes.
Para continuar con el proceso educativo en Tovar, los niños asistieron a clases por un corto tiempo en casas familiares. Sin embargo, la apatía de los gobernantes de Mérida pronto se desvaneció, lo que llevó a los maestros a regresar a las ruinas de la escuela.
“Nos lo prometieron. Algunos dijeron que la reconstruirían, otros dijeron lo contrario. Ante la falta de acción, los representantes decidieron desalojarlos de sus casas. “No les queda más remedio que volver a la escuela”, dijo la mujer de Mérida. dijo a la ANT.
Trabajó en ruinas durante 8 años.
De 2010 a 2018, los estudiantes compartieron la misma aula: primero, segundo y tercer grado agrupados en un lado, y separados de los grados avanzados solo por estantes. Por otro lado, en un área pequeña se atendió a niños de preescolar.
La situación volvió a empeorar en 2018 cuando, tras fuertes lluvias, nuevos deslizamientos de tierra obligaron a docentes y estudiantes a evacuar nuevamente. Durante nueve meses las clases se llevaron a cabo en una finca, pero al no haber respuesta del gobierno, el grupo regresó a las aulas de la escuela.
En agosto de 2021, el valle de Dover en Mérida, el valle de Mocotes, provocó otra erupción. Las autoridades dijeron que la planta física está completamente fuera de servicio.
Luego de una tragedia que conmocionó a toda la comunidad de Dover, el Consejo de Gobierno aprobó un presupuesto para completar una estructura en El Paramito, donde serán reubicados los estudiantes y profesores de El Blanciscal. Sin embargo, los recursos asignados han desaparecido y desde entonces, la estructura se mantiene en la misma posición desde 2012, afirmó.
“El plan era construir un edificio similar a la Escuela Técnica de Dover, El Ambaro, pero sólo quedó la estructura metálica”, afirma otra fuente local. Posteriormente, las autoridades educativas de Mérida autorizaron el regreso del colegio El Blanciscal, pese a la orden de desalojo de los organismos de protección civil. Pero la idea de limpiar el valle fracasó.
Actualmente, la escuela se encuentra completamente destruida y los profesores y alumnos han sido reubicados, gracias a la gestión de una madre solidaria que decidió ofrecer el piso de su casa para que los niños puedan tener sus clases en un ambiente más cómodo. La lucha por una educación digna continúa en Dover, aunque la historia de esta comunidad de Mérida sugiere lo contrario.