Voz venezolana

“Doy gracias a Dios por darme esta segunda oportunidad”, dijo el señor Luis Manuel Díaz, Mane, desde la puerta de su casa, vistiendo ropa limpia y usando un moderno teléfono de sus mejores amigos. Afuera, decenas de personas, que llegaron hasta la zona de Lleras, en Barrancas, con banderas, papayara y globos blancos, celebraron su independencia. El fin del secuestro del Profe.
Para la semana
Así lo llaman cariñosamente, el Profe Mane, cuya vida dio un giro de 180 grados. Nunca se le pasó por la cabeza, efectivamente, que en la ciudad donde vivió durante 20 años, donde tenía a toda su familia y donde fue testigo de su gran esfuerzo con la venta de empanadas y la rebusca para criar a su hijo, Lucho Díaz. A la estrella del Liverpool de Inglaterra le sucederá esta gran tragedia.
El secuestrador que hizo que toda la familia viviera en el Viacrucis durante doce días, durante los cuales no supieron nada de su paradero, de su destino, de si estaba vivo o muerto. Los rostros de tus familiares están tristes todo el tiempo. Se apaga el hogar feliz de los abuelos de Lucho, que es el corazón de la familia. Las escuelas de fútbol donde estudió don Luis Manuel dejaron de entrenar y para la familia Díaz todo se paró.
La incertidumbre aumentó luego de que el ELN emitiera un comunicado anunciando su liberación, pero no ocurrió de inmediato. Conforme fue pasando el día, la tristeza comenzó a aumentar ante el interrogante de si al padre de Lucho le había pasado algo en cautiverio, por eso no lo detuvieron.
Pero el jueves pasado la esperanza brilló en Barrancas, cuando se confirmó que el comité humanitario de la Iglesia Católica y de Naciones Unidas se había puesto en contacto con la guerrilla para rescatarlo.
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