Pinceles de mi vida, sanando con arte, es un libro que captura a sobrevivientes de violencia de género a través de la pintura, sus experiencias y el proceso de curación.
Puerto Ortíz. 10 mujeres son protagonistas en un grupo de 73 supervivientes de violencia de género Pinceles de mi vida, Sanación a través del arte. Este es un libro resultado de un taller de arteterapia organizado desde 2022 por la Comisión de Derechos Humanos y Ciudadanía (CODECHU) en colaboración con Paperstina.
Así, el arte fue el medio que utilizaron. Ayudar a las mujeres a afrontar la situación Consecuencias de la violencia de género que vivieron.
Reyna Rodríguez, educadora y coordinadora ejecutiva de Codechiu, señala que el libro también busca la empatía. Sobrevivientes de la violencia La educación en materia de género, así como la familia, la escuela, la comunidad y las políticas públicas apuntan a prevenir este flagelo.
“Se debe enseñar a los niños y niñas que nada justifica la violencia. “Educar a los hombres para que no guarden silencio ni permitan que las mujeres sean maltratadas y violentadas contra las mujeres”, reiteró.
Paula Ramos, fundadora de Paperstina, dijo que el proyecto era una Red de apoyo Para los sobrevivientes, el arte está conectado con el mundo.
“La pintura libera nuestro ser, una maravillosa sensación de libertad, alegría y relajación. La pintura habla pero de una manera diferente. La pintura y el dibujo conectan nuestro cerebro, creatividad, corazón y manos: los participantes que fueron los protagonistas de estas sesiones, en cada una, a través del arte, desde el punto de vista artístico y psicológico encontraron la manera de contar sus historias”, explicó.
El arte del superviviente
Esta es la experiencia de una de las supervivientes de violencia de género que protagonizó Las pinceladas de mi vida Permitido romper el silencio. Lo que sintió tras el abuso que sufrió cuando tenía seis años.
“A sus 17 años, gracias a la arteterapia, Lucía es una persona que disfruta descubriendo y aprendiendo cosas nuevas sobre el mundo que la rodea. Investiga todo lo que le llama la atención (…) Lucía tiene seis años y es abusada sexualmente por un familiar. A los 12 años se lo contó a su mamá y fueron a denunciarlo a la fiscalía”, dijo su representante.
A pesar de los esfuerzos de su madre por buscar justicia, el caso nunca llegó a juicio y hubo muchas irregularidades. Su padre, por su parte, no le creyó. Fue entonces cuando llegó a Kotechiu y formó parte del taller de pintura. Aprendí a desahogarme, Aunque al principio abruma al captar todo lo que vivió.
Su lienzo se divide en dos partes. A un lado, una mujer sentada llorando, envuelta en nubes de pensamientos. En una de esas nubes se encuentra la silueta de una mujer con las manos encima, simbolizando el abuso que sufrió. Representaba una mano golpeándose a la otra y otra con una cara triste en una nube para devolver los malos tratos. El estrés que experimentó.
En la cima dibujó algunas nubes, relámpagos y mucha lluvia para recrear una tormenta. Oscuridad al otro lado, Una mujer dibujó una sonrisa. Y una niña, con los brazos extendidos, le dice a su madre que no está sola. En la parte posterior está el sol, que representa la luz que penetra e ilumina el lado oscuro, lo que significa que pudo salir de él.
Casi 130 personas han sido afectadas
Entre enero y septiembre de 2024, Codehciu registró seguimiento de violencia de género Al menos 129 personas se han visto afectadas. El 46% de estos casos fueron denunciados en medios y redes sociales; El resto fueron registrados en el servicio psicológico de la organización.
Según esta observación el municipio Caroni es más violento con 105 casos. Le siguieron Angostura del Orinoco, antigua Jerez, con ocho y Piar con siete. Entre el resto de municipios, se reportaron cuatro casos en Bolivariano Angostura, dos en El Callo y uno cada uno en los municipios de Rocío, Sifontes y Padre Pedro Cién.
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