La franquicia Saw es una rareza en el género de terror. La premisa básica (un hombre que busca venganza y una brutal lección moral) no ha cambiado desde la primera entrega. Estrenada en 2004, la película dirigida por James Wan sorprendió a los espectadores y sobre todo dejó un buen sabor de boca a los fans.. Al fin y al cabo, es una historia violenta que acaba mal. Concluye con un giro de guión inesperado (y retorcido) en medio de una serie de lecciones éticas que resuenan en un mundo moderno cada vez más despiadado y cruel.
La franquicia se convirtió en un laberinto que decía casi exactamente lo mismo. John Kramer (Tobin Bell), engañado y extraviado por la sociedad, se encontraba en una cruzada solitaria. Educar a hombres y mujeres con conductas execrables mediante la tortura, la decapitación y, si es posible, el desmembramiento.. La premisa, demasiado atractiva para olvidarla de inmediato, se convirtió en una especie de juego publicitario que aumentó de entrega en entrega. Si en el primero el laberinto de púas, la silla perforadora y el baño industrial sorprendieron y estremecieron al público, en el siguiente todo se torció más.
Y por supuesto, el más implacable John Kramer. Aunque murió, resucitó a través de flashbacks, su esposa, aprendices y diversas grabaciones. Mamá El tema seguía ahí: John, el infame Jigsaw, tenía cuentas que saldar.. No sólo un hijo perdido por las acciones de un delincuente, sino su salud por un error de laboratorio. Entre una cosa y otra, el hombre que utilizó un macabro títere sobre un triciclo, para anunciar sus futuras atrocidades, se ha vuelto indispensable para una franquicia que, a partir de su séptima entrega, ya no tenía mucho que decir; mucho menos en Espiral (2021), en el que el director Darren Lynn Bousman quiso dejar entrever que podría haber un mundo sin Jigsaw pero con sus métodos atroces. Gran error. La película fue un fracaso de taquilla y de crítica.
Es por eso, Es probable que los productores hayan aprendido la lección y para la décima parte de la saga, la historia da una cuidada pirueta argumental.. El director de Saw So, Kevin Greutert, trae de vuelta Jigsaw, pero sin necesidad de cintas de vídeo, intermediarios o asistentes deseosos de despedazar a los desafortunados. Esta vez, el propio Kramer regresa para contar, más o menos, su historia secreta. Tan innecesario como sangriento. Y, por supuesto, el motivo por el que esta siniestra figura decidió matar una y otra vez.
La tragedia de un violento asesino
Ya en la cuarta entrega de la película, la trama brindó todos los detalles para entender el presente. Para contexto: John Kramer era un ingeniero felizmente casado que de repente tuvo todo tipo de desgracias.. Eso incluyó la pérdida de un feto, de su esposa y, en última instancia, de su salud. En medio de errores de diagnóstico, trampas de seguros y secretos, decidió realizar su obra maestra. Es decir, todo lo que se narra en la película inicial de la saga. Una trampa muerta a gran escala, que devolvió algo de tranquilidad a un moribundo que haría historia en el cine de género de terror.
Saw La película lo consigue, en la medida en que mezcla el cansancio y el agotamiento del personaje con la fragilidad física -mucho menos evidente de lo esperado- de Kramer. Sin embargo, la película comienza con un error evidente. Este encuentro temporal hace que los motivos de Jigsaw estén intactos, feroces y crudos.. Sólo que el guión necesita más para llevarlo al límite.
Se llega a esto cuando el personaje decide que, a pesar de su diagnóstico mortal, quiere vivir. Quiere desesperadamente, mientras viaja a México en busca de una cura experimental de dudoso origen y mucha menor eficacia, en la que confía, poder evitar una muerte inminente. ¿Qué lógica tiene, en el brutal mundo de la saga, que Jigsaw, que conoce íntimamente el cinismo humano, crea en semejante broma? Bueno, de alguna manera, este Kramer imaginado por Josh Stolberg y guionizado por Pete Goldfinger asume que es real, por lo que viaja al campo para curarse. Al menos para soportar la amenaza. ¿No olvidan que se trata de un hombre capaz de construir una sofisticada cámara de tortura, para someter a los culpables de la amargura de sus últimos días a lo que se merecen? castigos
La película No logra convencerse en su punto clave y quizás eso sea lo que hace que todo lo que viene después caiga. por su propio peso. No importa que sea la más violenta -quién es- de toda la saga, la más dura y la más implacable. Que sus torturas sean más gráficas y que el guion salte con decenas de referencias a toda la saga. El punto central de esta siniestra obra siempre ha sido la brillante certeza de que Kramer es un personaje sólido y extraño, ignorante del sentimentalismo y de cualquier atisbo de compasión. Quiere venganza y la tendrá a cualquier precio.
en sierra todo el recorrido de su sorpresa ante un engaño previsible, resta valor, sentido y fuerza a la idea central. Jigsaw, el hombre que se convirtió en un asesino en serie de una crueldad sin precedentes y una elegancia brutal y sofisticada, está muy lejos de su nueva versión, que debe (nuevamente) sobrevivir al engaño para sobrevivir a base de odio. ¿No fue suficiente perder a su hijo, su esposa y su futuro en rápida sucesión? Según vio