Los bajos salarios en Venezuela dejan a los trabajadores públicos buscando nuevos ingresos para cubrir un pequeño porcentaje de la canasta básica y los docentes se quedan con su segundo empleo o emprendimiento para mantener sus hogares sin salir de las aulas.
María Esperanza Noguera, docente de la Escuela Técnica de la Parroquia de Mucuchachí en el municipio de Arzobispo Chacón, Estado Mérida, quien ya se desempeña durante muchos años en la zona, comenta su experiencia de vida y comparte su ingenio y compromiso con la NTA.
Explica que debido a la crisis económica decidió buscar otros ingresos para sustentar su hogar. Lo logró elaborando y vendiendo jabones artesanales.
“Considerando la situación económica que vivimos, he tomado la idea de buscar otro ingreso económico en beneficio de mi hogar. Siempre que sea posible para mí y mis clientes, busco una alternativa para brindar productos de limpieza general del hogar. ,” Una señora meridana que vende jabón, cloro, cera, desinfectante y suavizante en Mukuchachi, un pueblo al sur de Mérida, dice que el producto es de calidad y económico.
Musuchachi – Deseo de educar a los niños de Mérida
Esperanza Noguera investigó el sector empresarial para establecer esta iniciativa en la comunidad de Mucuchachí, a 8 horas de la ciudad de Mérida, donde se necesitaban los productos. Este ingreso extra le ha permitido continuar con su labor social, su pasión y la enseñanza de niños.
“Amo mi profesión, ser docente. Enseñar a quienes nos reemplazarán en el futuro. Educar a nuestra juventud es una de las mejores profesiones y sin duda somos la columna vertebral de la formación de docentes, médicos, abogados, ingenieros. María Esperanza comenta apasionadamente. Haciendo honor a su nombre, cree sinceramente que algún día los profesores volverán a ganar un salario digno.
“Aunque hoy no estamos recibiendo la recompensa que nos corresponde, seguimos avanzando en la educación y enseñanza de nuestros niños y jóvenes, hay muchos docentes como yo, que continúan con nuestra profesión aunque busquen otros ingresos económicos. Sin esta base no hay No habrá futuro con los profesionales”, afirmó.
A pesar de la situación, la docente no se arrepiente de haber iniciado este emprendimiento ya que le enseñó nuevas herramientas y una actitud para enfrentar la adversidad. De la misma manera, Muchachi lleva una vida digna en su tierra Mérida, esperando que sus años de estudio y lucha sean recompensados como en años anteriores.