En el corazón de Mucuchies, Estado Mérida, se encuentra la Unidad Educativa Luis Orlando Monsalve, donde Rosa Balza, una joven y apasionada profesora de español y literatura, logró dejar una huella imborrable en la vida de sus alumnos.
Balsa, con su liderazgo y ejemplo, ha inspirado a los jóvenes a ser agentes de cambio en su sociedad a través de la solidaridad y la empatía. Por ello, NTA dedica espacio a promover cómo pequeñas acciones pueden lograr grandes cambios.
Recientemente, la Maestra Balsa guió a un grupo de estudiantes adolescentes en una actividad de servicio comunitario en el Hospital Universitario de Los Andes. Allí sirvieron comida a pacientes, familiares y personal médico.
“Como docente y mentor de aula de niños, quería lograr la función de impacto y crecimiento personal creando conciencia entre los estudiantes a través del trabajo social”, afirmó.
Para Rosa Balza, joven docente de Mucuchies Mérida, la experiencia no fue solo una oportunidad para enseñar el valor de la empatía y la solidaridad. Muestre a sus alumnos que cada uno de ellos tiene el poder de marcar una diferencia en la vida de los demás. Su dedicación y compromiso con el bienestar de la comunidad es un claro ejemplo del impacto positivo que un educador comprometido puede tener en la vida de sus estudiantes y de la sociedad en general.
Ayuda a las familias de Mucuchíes – Mérida
Asimismo, el docente dijo a NTA que la iniciativa también se da porque dos alumnos de su aula tienen familiares internados en el hospital. De esta manera, conocen de primera mano las dificultades que enfrentan algunos en la zona, especialmente aquellos que viven en zonas alejadas de la ciudad capital de Mérida. En este sentido, era apropiado brindar la mano amiga de un maestro.
“Las arepas de harina de trigo se preparaban con queso y jugo natural, la preparación de la comida era responsabilidad de los estudiantes y sus representantes, y todos fueron muy receptivos”, dijo la docente.
El sábado 18 de mayo, este grupo de jóvenes, junto con la docente y algunos representantes, se dirigieron a la ciudad de Mérida y sirvieron alimentos en los pisos 2, 7 y 8, además del área de emergencia externa de este centro de salud. En el centro se distribuyeron 400 arepas a pacientes, familiares, incluido personal médico y trabajadores.
¿Cómo fue la experiencia estudiantil?
La joven oriunda de Mucuchies – Mérida destacó que la experiencia fue conmovedora para todos los estudiantes, señalando que hay buenas personas tratando de ayudar en el estado crítico del sistema hospitalario.
“He escuchado que un hospital es un lugar donde realmente se ven las necesidades, y eso lo pude comprobar ese día; emocionalmente me emocionó ver cómo estaban los pacientes, que ni siquiera tenían familiares”, dijo el adolescente.
Todos los estudiantes calificaron esta actividad como muy valiosa porque les permitió ver una realidad que muchos de ellos desconocían, y una de las cosas más importantes que salvaron fue el aprendizaje y valor de la empatía con los demás.
Asimismo, durante la entrevista la docente se mostró muy orgullosa de su equipo porque sabía que esta experiencia marcó significativamente la vida de los chicos.
Finalmente, Rosa Balza aseguró que “los jóvenes necesitan de estas actividades, de saber que por muchas dificultades que pasen, siempre hay alguien en quien confiar, y esto aplica para cada situación o situación de la vida”.