El submarino Titanic de OceanGate, que se hundió en las profundidades del mar mientras exploraba los restos del Titanic, todavía está en los titulares varios días después del desastre.
Recientemente, han revelado nuevos detalles sobre este caso que evidencian una falta de profesionalismo y responsabilidad por parte de la empresa y de su director general, Stockton Rush.
Según el periódico Daily Mail, Rush contrató pasantes universitarios para diseñar los sistemas eléctricos del submarino, que eran fundamentales para el funcionamiento adecuado. Este puesto requiere especialistas con conocimientos y experiencia avanzados, ya que es un aspecto central de la flota.
Las investigaciones realizadas por las autoridades señalaron a Rush como el primer responsable del accidente, en el que también perdió la vida, por no contratar trabajadores con experiencia y por no seguir las recomendaciones de seguridad.
Mark Walsh, ex alumno del Instituto de Electricidad y Electrónica de Everett de la Universidad Estatal de Washington, ha revelado que ha trabajado en OceanGate desde 2017 y dirigió la división de electrónica de la empresa después de graduarse.
Formó parte del equipo responsable del primer desarrollo del sistema eléctrico del submarino, que mostró resultados prometedores. Sin embargo, en 2019 dimitió por problemas de comunicación y coordinación dentro del grupo.
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Ardi Kven, fundador y director ejecutivo de Ocean Research College Academy de Everett Community College, es quien ayuda a los estudiantes a encontrar pasantías. El objetivo de contratar jóvenes es innovar con ideas modernas, pero los resultados son desastrosos.
Los diseños presentados por los pasantes tienen problemas de seguridad podrían haber sido evitados por ingenieros más experimentados.
David Lochridge, ex director de operaciones marinas y jefe de pilotos de OceanGate, señaló que el submarino Titán no tiene suficiente protección para bucear con confianza. Expresando su preocupación por los graves defectos que había encontrado, la dirección decidió despedirlo.
Rush no estuvo de acuerdo con las preocupaciones planteadas por el ex director de operaciones y dijo que la duración de las pruebas no era necesaria. La arrogancia del CEO condujo a la muerte de la tripulación.
Después de la tragedia, la universidad emitió un comunicado diciendo que no estaba al tanto de ningún proyecto OceanGate en el que los estudiantes hubieran participado o el papel que habían desempeñado.
En Estados Unidos y Canadá se han abierto investigaciones para determinar las causas de la desaparición del barco.