Cinco comunidades de la zona alta de la parroquia de Santa Inns en Kumana llevan más de un mes bebiendo agua de los desagües debido a la falta de líquido en su zona.
Corporiente, Mundo Nuevo, El Pui Pui y Las Charas están afectados por agua potable contaminada.
Humberto García, vecino de Las Barcelas, dijo que el problema le obliga a caminar más de 40 minutos dos veces al día para llegar al tanque.
Señaló que la toma ubicada en las afueras del Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá era el lugar más cercano para que pudieran suministrar líquido.
“Estamos pasando por un momento difícil aquí”. Mencionó al ciudadano que en ese momento se encontraba en compañía de su hija.
García agregó que en su campo, que está ubicado hacia la montaña, hay más de 200 familias que, junto con otras comunidades, En el lugar antes mencionado hacen largas colas para llenar sus vasijas de agua.
“A veces tenemos que esperar una hora o cuatro horas si hay mucha gente aquí”.
Por su parte, Francisco Véliz, vecino de Corporiente, señaló que la situación se complica para quienes tienen niños en sus hogares y no tienen acceso a comprar botellas de agua.
“Tenemos que salir por la mañana, por la tarde y por la noche, según las necesidades de cada uno”, señaló Velis.
Además del camino que debían tomar, beber agua de las alcantarillas era algo muy difícil de hacer, insistió.
Dijo que la situación los expone a enfermarse por hongos e infecciones de la piel ya que el tanque está lleno de basura.
“Mira la situación en la que tienes que levantar los pies para beber un poco de agua”.
Funcionarios esperan cumplir sus promesas: Habitantes de Mundo Nuevo siguen bebiendo agua potable de las cloacas
Este 4 de marzo, vecinos de las comunidades antes mencionadas protestaron bloqueando las calles de la calle Bolívar con cauchos y piedras.
En la manifestación exigieron una solución al problema del agua potable.
En ese momento, llegaron los funcionarios de seguridad del Estado y les pidieron que pusieran fin a la protesta y aseguraron a la gente de la zona que se encontraría una solución inmediata.
Pese a lo anterior, este sábado 9 de marzo las personas continúan en las mismas condiciones.
“Vinieron como siempre, dijeron que nos iban a ayudar a dejar de quemar caucho y todavía no ha pasado nada”, señaló García.
La víctima comentó que desde que comenzó el delito seguía sintiéndose frustrado y “no sabía qué hacer”.
“La única solución es ayudarnos unos a otros”, concluyó el vecino, que espera no seguir bebiendo agua potable de las alcantarillas.