Voluntarios y voluntarias de la red Libres, de ocho estados del país, cuentan cómo se vive el ambiente electoral en sus comunidades y cómo se moviliza el liderazgo juvenil. Estos aliados insisten en que, más allá del trabajo de calle, su propósito es cuidar los votos.
Caracas. Lo que se ha visto en estas últimas semanas, a propósito del desarrollo de la campaña electoral por los comicios presidenciales del próximo 28 de julio, es que las concentraciones partidistas en regiones como Zulia, Mérida, Lara, Aragua, Anzoátegui, Sucre y Miranda son notorias.
Pero una vez pasa la caravana las personas vuelven a sus rutinas: en algunos casos baja la muestra de interés público por el momento político, es decir ya no hay efervescencia en las calles; y, en otros, cada quien, principalmente el sector juvenil, se diluye en sus actividades propias de los partidos. En ambos espacios, intentan mantener vivo el espíritu electoral con las estrategias que mejor les resulte.
Para conocer un poco de esa realidad, los voluntarios y voluntarias de Libres, una red que trabaja por la libertad de expresión, contaron sus experiencias de cara a este proceso de medición política. En sus testimonios, más allá de la mirada de si hay o no participación, hay la voluntad de incentivar y cuidar el voto.
María Fernanda Luna, habitante de Anzoátegui, contó que en la comunidad El Moriche de Barcelona, las personas de la tercera edad, en su mayoría mujeres jubiladas, asumieron la responsabilidad no solo de motivar, sino además de mantener informada a la población sobre el acontecer electoral.
Normalmente, este grupo de señoras se reunía para rezar el rosario y otras veces para jugar bingo. Sin embargo, decidieron conformar un equipo de motivación al voto (comandito), crearon un grupo de WhatsApp y cada una de ellas reporta allí los datos de las personas a las que van impactando e incorporando.
Cada día, estas mujeres que promedian los 70 años de edad, envían material audiovisual de campaña, y han asumido responsabilidades y funciones para el día de las elecciones, como llevar a otros a los centros de votación, mantener a su grupo informado, hacer meriendas para los miembros de mesa, etc.
También el liderazgo joven hace lo propio. Armando Palacios, de 19 años de edad, estudiante de Contaduría Pública en la Universidad de Oriente (UDO), entendió que es un compromiso ciudadano participar en las elecciones y se sacudió la apatía.
Un día después de clases, se inscribió rápido, entonces fue buscar a un amigo, lo convenció y éste se registró también. Al día siguiente convenció y llevó a inscribirse a cinco compañeros de clase y así hasta que cerca de 25 nuevos electores quedaron inscritos. Él fue con todos, hizo la cola con ellos y luego se tomó la tarea de verificar que aparecieran en el registro electoral.
Alba Grau, también de Anzoátegui, sumó otra experiencia que se da en El Moriche. En esa zona, desde hace varios años existe un grupo de WhatsApp con 176 integrantes. Esta comunidad se utiliza para ventas, denuncias, felicitaciones y para la política.
“Nos identificamos con un cambio para Venezuela. Sin embargo, cuando se publica algo de política son contados los que dicen ‘me gusta’. En privado sí hablamos de las necesidades del país, pero en público cuesta mucho”.
Si bien en este sector de El Moriche saben que comulgan de la misma “religión”, se cuidan y a la vez apoyan el liderazgo joven, como es el caso de Junior Carvajal, de 34 años de edad, “a quien hemos visto crecer, siempre despierto y servicial en la comunidad”.
Junior es activista político desde el 2011 y actualmente es secretario político del equipo municipal del partido en el que milita. Se destaca en trabajar para postular los testigos de mesa.
“Él está seguro que la avalancha de votos en cada centro de votación requiere responsabilidad y exactitud en la escogencia de esos testigos. Piensa que este paso es el más importante y ajustado a derecho en la salida electoral”, dijo Grau.
Bajo perfil
Muy bajo perfil no significa apatía, pues en Mérida hay quienes hacen el “trabajo de hormiguitas” de cara al 28 de julio. Ángela Montilva, quien hace vida en el municipio Libertador, comentó que “para estas elecciones fui seleccionada, por allá en el décimo quinto puesto como miembro de reserva. Si uno tiene la posibilidad de participar hay que participar. Muchas veces los principales o suplentes no aparecen, y entonces uno puede entrar”, mencionó con convicción, a la vez que señaló que una amiga estuvo asignada como miembro principal y, después de esta actualización del listado, ya no es principal sino miembro de reserva.
“Creo que han creado estrategias para desmotivar”, añadió.
Sobre cómo se ha visto el movimiento en el municipio, destacó que han instalado muchos puntos para que la gente consulte los centros de votación. “Pero ha sido muy baja la cantidad de gente que se ha acercado. No sé si es porque hay mucha información en las redes de cómo votar, pero la gente está como muy de bajo perfil. En la calle uno no ve esa algarabía”.
En el municipio Libertador, cada partido hace en conjunto operativos de información en puntos emblemáticos, realizan pancartazos e instruyen a la población en cómo votar y motivan a asistir a los centros.
“El Gobierno tiene todas las vallas del estado con propaganda a favor del candidato oficial, Nicolás Maduro. Por WhatsApp hay grupos aliados a Maria Corina Machaco (MCM). Si hay actividades propias de los partidos en la organización de sus testigos y logística pero, insisto, muy bajo perfil”.
Entre esas actividades se cuentan las que hace Mariana Parada, de 19 años de edad, estudiante de Contaduría Pública y dirigente político en el municipio Libertador de Mérida, quien dedica su tiempo fuera y dentro de la universidad a llevar el mensaje de cómo los jóvenes pueden convertirse en protagonistas y héroes del voto el próximo 28 de julio.
También en la parroquia Milla, en el mismo municipio, Undibal López se esfuerza para fortalecer el trabajo de los miembros y testigos de mesa: cuidar los votos es su premisa. Indicó que tienen planteado quedarse hasta el final del proceso o situarse en las inmediaciones de los centros de votación, como observadores y vigilantes de los comicios.
En su zona, a pocos días del cierre de campaña previsto para el 25 de julio, el ambiente electoral está marcado por el despliegue, por parte de la estructura de gobierno, de afiches con la cara del candidato oficialista.
“La gente se ve emocionada y quiere participar este 28 de julio. Hay una motivación colectiva del llamado al sufragio, aún sabiendo la poca credibilidad del CNE, pero mantienen una esperanza de cambio. Personas que antes eran oficialistas están animando a ir a ejercer este derecho a los que aún desconfían”.
A casi seis horas de distancia de Mérida, Henry Salcedo, del estado Lara, describe el momento actual como “un hervidero”.
“Si bien las vallas y carteles del oficialismo son abundantes, la concentración de simpatizantes de la oposición ha sido notable, y se ha intensificado en la medida en que se acerca la fecha electoral. De hecho, la parroquia José Gregorio Bastidas se destacó por su participación activa durante el simulacro electoral”, manifestó.
En Lara, el trabajo de los líderes políticos se enfoca precisamente en tres aspectos: enseñar a la gente a votar, la defensa del voto y la capacitación de los testigos electorales.
“Es otro día más”
Contrario a la euforia que se pudo ver el 4 de julio, cuando arrancó la campaña electoral con la presencia del candidato oficialista en el Zulia, Zulfreily Briceño, contó cómo, pasado 20 días, en la comunidad de la urbanización Altos del Sol Amado, no ha habido mayor movilización.
“Los líderes no han dado a conocer alguna pequeña muestra de interés sobre las elecciones, ningún banderín, ninguna cartelera, folleto o pancarta. Simulan que nada sucede el 28 de julio. Se les escucha decir: ‘Es otro día más’. No hay interés alguno en una fecha que puede representar un cambio significativo”.
En donde hay muestras de proselitismo es en algunas salas de congregaciones religiosas, donde varios predicadores o pastores hablan de la situación actual del país y, además, proclaman la bendición de Dios para las próximas elecciones.
“Sin embargo, aparte de otros miembros de la comunidad que murmuran entre sí, nadie se ha movilizado. Todos siguen con sus vidas, y nadie le da importancia ni tienen expectativas. Aun desesperanzados, los habitantes de Altos del Sol Amado desean vivir con dignidad”, ratificó Briceño.
Y en esa búsqueda anda Daniel Delgado, de 19 años, estudiante de Comunicación Social, dirigente de un movimiento estudiantil y coordinador regional de un partido político. Él es la contraparte de esa comunidad que parece no mostrar interés. Reparte folletos, promueve las votaciones e insta a las personas a hacer una buena elección para un mejor futuro.
De igual manera, guía a los jóvenes recién inscritos en el CNE para que entiendan cómo funcionan las máquinas y cuáles son los pasos a seguir para votar. “Él cree en un mejor país y a pesar de las dificultades, sigue haciendo esta labor porque quiere enseñarles a todos que su participación importa”, destacó Briceño.
En Cariaco, municipio Rivero del estado Sucre, al otro lado del país, el ambiente electoral también está un poco frío, según Luisa Cris Medina; aunque ella sabe que los partidos se están reuniendo en los sectores para dar las orientaciones.
“En el caso del Gobierno, hacen los llamados obligatorios a votar, con algunos amedrentamientos, no se evidencia mucho entusiasmo y los camiones con las músicas y propagandas electorales son contados. La oposición, por su parte, está haciendo caminatas en algunas comunidades aledañas”.
En esta ciudad, situada a 14 metros de altitud en el extremo oriental del golfo de Cariaco, los centros de votación son cercanos, de ahí que la mayoría de las personas se van a ir caminando para ejercer el derecho al sufragio.
Para los sectores más distantes, la logística del traslado la solucionan ellos mismos con los vecinos o con la gente de los partidos que tienen transporte ya establecido para el 28 de julio. Lo importante ahora, y en ello trabaja el abogado José Campos, de 32 años de edad, es la defensa del voto y la articulación entre la comunidad para garantizar esa labor.
En esa misma onda, andan en Cerezal, también en Cariaco y en donde según el INE de 2011 hay una población cercana a los 1.284 habitantes. Luz Rodríguez señaló que ellos también se están organizando con la gente de la plataforma unitaria para recibir orientación de cómo activarse para la defensa de las actas.
“El equipo de Libres y de Ecos (ambas son redes de la organización Espacio Público) de esta comunidad vamos a trabajar el día de la elección. Somos un grupo de personas sin militancia en partidos políticos, pero sí queremos trabajar y contribuir por el cambio que queremos todos”.
Estas redes van a acompañar, monitorear y apoyar todo el proceso electoral, cada quien con sus funciones: capitana (que organiza y dirige el proceso), coach que apoyan en la logística, la orientación de los electores y los radares quienes informan y reportar cualquier incidencia y detalles del proceso.
“En otras palabras, somos los que defenderemos los votos de nuestro centro, en el que hay dos mesas de votación y casi 600 electores”.
De la mano de la sociedad civil
Francis Aguiar, de Aragua, habla de cómo en Magdaleno se han estructurado para promover la participación de la mano de la sociedad civil.
Por ejemplo, el día domingo 7 de julio un grupo de voluntarios de una fundación sin fines de lucro instaló un puesto en la plaza Bolívar de la comunidad, frente de la iglesia Santa María Magdalena, dio un pequeño refrigerio a las personas que se acercaban y les enseñó cómo debe ser el ejercicio del voto.
En la zona, el espíritu de la campaña se muestra abiertamente con el despliegue de afiches de los candidatos en las calles. También se han realizado marchas o caravanas en el pueblo, en las que han participado “muchas personas con la fe y el ánimo de que el 28 se dará un cambio en el país”.
Y más cercano a la capital, donde este 25 de julio se realizará el cierre de campaña de los dos contrincantes más fuertes, está la situación que se vive en Cúa, estado Miranda.
En esa zona, hace meses comenzaron el trabajo de calle para el cuidado del voto. Irving Rivas destacó que para el 13 de julio ya estaba listo el 100 % de los testigos de mesas. Ahora, se están desarrollando los talleres para prepararlos. Hay muchos jóvenes involucrados en todo este proceso representando a sus partidos.
“En lo personal, voy y visito a la gente, no espero que estemos en campaña, esa es mi visión de la verdadera política. La respuesta de la gente me deja admirado. He visitado a personas que ‘mataban’ por el chavismo, y en este momento muchos están rezando para que esto pase rápido, esperan que sus familiares se regresen, porque están pasando trabajo en otras partes”.
Sobre el chavismo, dijo que el PSUV también está haciendo su trabajo. “Pero, por ejemplo, este sábado 13 de julio en la tarde observé una actividad con el alcalde de Cúa que no contaba con la cantidad de gente que esperaban. El ‘casa por casa’ lo convirtieron en una caminata, porque la gente no estaba abriendo las puertas, se escondían. Yo dije: ‘Coye, la cosa no está fácil’”.
Promover y defender
María Fernanda Luna, Alba Grau, Ángela Montilva, Henry Salcedo, Zulfreily Briceño, Luz Rodríguez, Francis Aguiar, Undibal López e Irving Rivas, forman parte de LIBRES, una red de voluntarias y voluntarios por la libertad de expresión, que tienen la tarea de monitorear la situación de este derecho en los estados donde ellos se encuentran (monitoreo local), y también promoverlo y defenderlo de distintas maneras y en distintos espacios.
Son profesionales y estudiantes del área de la comunicación y de otras disciplinas, pero también líderes locales. La red arrancó el 23 de enero de 2023, y actualmente agrupa a cerca de 70 voluntarios en Aragua, Anzoátegui, Sucre, Lara, Mérida, Táchira, Zulia y Caracas.
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