Disney tuvo su peor año en décadas. La aparentemente imbatible franquicia de Marvel está pasando por momentos bajos. Por otro lado, la saga Star Wars parece haber llegado a un límite de agotamiento que preocupa hasta a sus más fervientes fans. Pero fue el monumental fracaso de taquilla de “Indiana Jones and the Dial of Fate” (considerado uno de los más grandes de la historia), lo que empujó a la compañía a lugares difíciles.
Así que ahora necesitas un golpe. Uno potente, considerable, que sacude la sensación general de que la marca atraviesa un momento especialmente difícil. Entonces, contra todo pronóstico, ya pesar de la huelga de escritores y actores, decidió que su carta más accesible era lanzar “Haunted Mansion”. Sin alfombra roja, casi sin promoción y enfatizando exclusivamente el factor nostalgia que sustenta la película como precaria columna vertebral. Basada en la atracción de Disneyland del mismo nombre y dirigida por Justin Simien, la película rinde un sincero homenaje a una historia amada por el público tradicional de Disney.
Más allá de eso, es una celebración de sus valores más antiguos y menos controvertidos, además de un recorrido por un espectáculo que se ha convertido en una de las fortalezas de los parques temáticos de la compañía. Como si eso no fuera suficiente, también cuenta con un elenco estelar con el ganador del Oscar Jamie Lee Curtis a la cabeza, junto con Winona Ryder, Owen Wilson y Danny DeVito. ¿Qué puede salir mal?
Solo que la película fue mediocre. Como realmente es.
Problemas en el paraíso crepuscular de Disney
“Haunted Mansion” es un viaje a través de una historia plana, que no se esfuerza demasiado por encontrar su personalidad. Antes, muestra un apartado visual que encandila, mientras que su historia tiene poco que decir.
La gran mansión, que ha sido parte de la cultura pop desde 1969, emerge en su segunda versión cinematográfica como una mansión exquisita, retorcida y casi gótica. Es destacable que Disney se haya esforzado en crear una brillante recreación de uno de sus momentos más exitosos y enganchar a los millones de fans que han pasado por sus puertas, con una película sin demasiadas pretensiones.
El caso es que la falta de vanidad y su afán de diversión chocan con la intención de la trama de explorar también la muerte, el dolor y la pérdida. Lo que acaba provocando momentos divertidos que desembocan en otros especialmente trágicos. O una risa burlona que termina congelada en medio de una secuencia que quiere ser aterradora, pero solo logra equivocarse.
Como si eso no fuera lo suficientemente malo, su gran y carismático elenco carece de química entre ellos. Lo que hace que el viaje en busca de fantasmas -que incluye desde una guía paranormal hasta un médium- se convierta en una aventura artificial de personajes dispares, en busca de un objetivo común.
“Haunted Mansion” tiene la intención de combinar el toque de fantasía y el horror de la atracción. Pero hace exactamente lo contrario. Más lúdica que satírica y más oscura que conmovedora, la película tropieza con terreno inestable.
Lo que comienza con el intento de una madre soltera de encontrar un hogar habitable para su hijo, se convierte en una comedia rudimentaria. Uno, además, que apela a los excesos que viajan bien en una gira en directo, pero que en pantalla tienen algo de tragicómico, ridículo y hasta paródico.
Poco a poco, la historia se desarrolla entre los encuentros y colgada de sorprendentes cameos, en un drama narrativo que ya parece desgastado por el uso excesivo. Con una segunda mitad más divertida que la tediosa y soporífera primera, la película avanza hacia la nada en un final previsible, en el que, además, los efectos digitales se convierten en un lastre.
Con un problema directamente heredado de muchas de sus marcas, lo que comienza como juegos de luces y espejos termina siendo tecnología que reemplaza el espíritu de una buena historia. A tal nivel que se convierte en una larga sucesión de escenas aparentemente sin alma. Para su secuencia final, la película se despide con un mensaje de amor y trascendencia… En medio de una broma ridícula que termina por desbaratar todo el esfuerzo.
¿Otro fracaso de taquilla de Disney?
Con un presupuesto de $143 millones, la película necesita al menos dos veces de producción para ser considerada un éxito. Pero las proyecciones dejan claro que no llegará a más de 30 millones en su primer fin de semana. Lo que podría provocar que su colección total, al no llegar a la mítica cifra del centenar, se convierta en un estándar para analizar el éxito de un proyecto. Otro fracaso de Disney en el peor momento y quizás en el que más necesita mostrar su músculo de superviviente.
Pero, quizás, la compañía confía demasiado en sus recursos y sobre todo en un público que llega exhausto tras decenas de estrenos de lujo. Ninguno de ellos demasiado exitoso o relevante. más allá del fenómeno Barbenheimer (todavía inexplicable y posiblemente irrepetible) el cine atraviesa uno de sus momentos más duros. Otro, tras un parón sin precedentes durante la pandemia. Y en el caso de Disney, un remezón en sus cimientos que podría llevar a la compañía a lugares sin precedentes en sus ochenta años de existencia.