Crecer rápidamente y asumir mayores responsabilidades familiares ha sido una realidad para muchos jóvenes venezolanos en los últimos años. Algunos decidieron migrar, mientras que otros se quedaron en el país dedicándose a múltiples actividades para compensar los costos de construcción de una vivienda.
Juancar Mendoza, un joven venezolano de 26 años, contó su historia a NTA. Tenía un hogar donde sus abuelos y su madre participaron activamente en su crianza. Hacia 2008, la madre de Juancar decidió vender una casa y un vehículo en un lugar apartado de la capital para comprar un departamento cerca de sus abuelos. Pero la reforma monetaria de ese año puso fin a ese sueño. Su dinero se devaluó y no pudieron comprar ninguna otra propiedad y se quedaron sin nada con qué vivir.
Los jóvenes venezolanos enfrentan los costos de la enfermedad
A los 20 años Juancar decidió mudarse a Perú, lo cual no resultó como esperaba, por lo que regresó a Venezuela. Poco después de llegar, a su madre le diagnosticaron tardíamente lupus. Si no se trataba a tiempo, empezó a presentar muchas complicaciones. No se sentía obligado a cuidar de ella, pero quería asumir el papel. “Quizás no tan pronto”, admitió, “pero siempre quiero estar ahí para ella”, afirmó esta joven venezolana.
La enfermedad de su madre fue un duro golpe, pero Juancar encontró consuelo en estar con ella en sus últimos años. “En ese momento yo ya me había convertido en el principal sustento de mi familia. Mi abuelo no quería ir a trabajar debido a su edad y poco a poco la enfermedad de mi madre fue empeorando y requirió más recursos”. dicho.
Este joven venezolano no sólo pagó su casa, algunos familiares expresaron simpatía por su difícil situación y sus propios abuelos buscaron algún cambio económico.
Hace dos años, después de una larga batalla contra la enfermedad, Juancar perdió a su madre. A pesar de los tiempos difíciles, se refugió en su profesión. Ahora tiene un trabajo fijo y otros trabajos alternativos que cubren sus necesidades económicas.
Este joven dedica el 85% de su tiempo a obtener beneficios económicos
Mensualmente gana aproximadamente $200 entre su trabajo formal y otros trabajos que realiza de forma privada. Incluye algunos costos de servicios públicos y una pequeña comida. Juancar dedica la mayor parte de su tiempo a sus obras.
“Dedico fácilmente el 85% de mi tiempo al trabajo entre semana, prácticamente sólo voy a casa a descansar y al día siguiente vuelvo a salir temprano”. Esto demostró al joven venezolano, su entrega y sacrificio.
No es el único que aporta, su abuela y su abuelo intentan ganarse la vida. Su abuela prepara Halkas, cose o hace cualquier tipo de trabajo en la casa, mientras que su hermano, que entonces trabajaba, ahora se prepara para la universidad.. “Yo soy la que más gana y mi abuela es la encargada de llevar las cuentas”. Dice Juancar destacando el esfuerzo colectivo de su familia.
Una decisión difícil para los jóvenes venezolanos
Aunque Juancar ha pensado en independizarse, dice que fue una decisión difícil de tomar. Si lo hace, deberá cubrir su vivienda, alimentación, transporte y otros gastos, pero también los de su hermano y sus abuelos.
“Siempre trato de ver el lado positivo de las cosas. Por ejemplo, ya tengo experiencia de lo que significa ser independiente, y en algún momento tendré que hacerlo, pero en este momento no puedo, y para Para lograr eso necesito tener algunas bases primero.