La eliminatoria mundialista sudamericana es, para mí, el campeonato de fútbol más parejo y difícil que existe en el mundo. De los clubes, de las selecciones, el conjunto contra todos de la CONMEBOL es tan complejo que no se considera solo el nivel de cada uno de los equipos, sino también los factores geográficos, nacionales, climáticos y otros que indirectamente influyen en los resultados.
Es por eso que cada decisión logística y de preparación debe ser planificada y adoptada con gran precisión por los equipos que compiten: transferencias largas, situaciones de gran altitud, temperaturas infernales, entornos de fanáticos hostiles, tiempo de concentración. Por eso, la elección del lugar para los partidos de local es un elemento clave a la hora de pensar en la competición.
La mayoría de los equipos tienen sedes fijas: Uruguay (Centenario), Chile (Nacional), Perú (Nacional), Ecuador (dos estadios en Quito), Paraguay (Asunción), Bolivia (La Paz) y Colombia (Barranquilla). Argentina comenzó a alternar el Monumental con algunas transferencias al interior del país, algo que históricamente ha hecho Brasil, que siempre ha llevado los partidos de clasificación a distintos lugares de su territorio. Por lo tanto, Venezuela y Brasil son los únicos países que no han tenido una sede fija, por diversas razones.
En días pasados, el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Jorge Giménez, dijo a Carlos Mauricio Ramírez y Greivis Vásquez en un programa online que el estadio Monumental de Maturín será la sede del primer partido de Venezuela como local antes del inicio de las eliminatorias en septiembre, un escenario. que sirve para recibir la visita de Paraguay.
Valorando los criterios para su selección, se entiende que el estadio más grande del país acoge al equipo y no solo por una cuestión de aforo (más de 50.000 espectadores), sino por otros aspectos relevantes: alta temperatura, escenario renovado en sus gradas. , césped nuevo en excelentes condiciones y buenos hoteles. Queda por acreditar que Maturín está lejos del centro y occidente del país, que la disponibilidad de hoteles no es tan amplia y que la regularidad de los vuelos no es la necesaria para albergar un partido de este calibre ( Conviasa). y Estelar son las únicas empresas que cubren la ruta Caracas – Maturín en cuatro vuelos semanales).
Sin embargo, hay un aspecto fundamental que va más allá de cualquier consideración logística: Fernando Batista debe encontrar un lugar fijo para el equipo y si es Maturín, quien terminará siendo el Monumental quien inicia y finaliza la eliminatoria, además de que el El nuevo seleccionador ha afirmado que no habrá plaza única.
¿Para qué? Venezuela es un equipo que, en comparación con el resto del continente, debe explotar al máximo los factores extra futbolísticos para obtener alguna ventaja. Que el grupo sepa siempre a dónde llegará, qué hierba pisará, a qué distancia de su lugar de origen, son aspectos quizás imperceptibles, pero para un equipo como el nuestro eso no pierde el mundo. Posibilidad de clasificación de la Copa (es la realidad: Venezuela es la única selección que nunca ha ido a un Mundial de Sudamérica y terminó última en el último proceso de clasificación) les ayuda mucho acumular números enteros para lo que es venir.
No dudo del apoyo porque Maturín es una ciudad de fútbol y que van a apoyar al equipo. Todo depende de cómo vayan en su camino al Mundial porque ya sabemos otro aspecto que tiene que ver con lo “resultados” que somos los hinchas venezolanos y que del apoyo, donde sea, dependerán los resultados desagradables.
Espero que en una posible buena marcha clasificatoria en casa, Venezuela consolide su ubicación en Maturín. Haría todo menos engorroso en la previsión logística de cada partido y el aficionado tendría la certeza de a dónde irá a ver al equipo, además de otras ventajas relacionadas con el aspecto competitivo que se expusieron al principio. Entiendo que la afición del resto del país quiera tener a la selección en sus estadios, que ya no soplen el aire de bonanza como antes cuando se podía viajar sin problemas para acompañar a la Vinotinto pero creo que cual es la momento más propicio para, de una vez por todas, alcanzar esa ansiada y necesaria meta de cambiar el fútbol venezolano: ir a un Mundial de Fútbol.