Del este al oeste de Caracas circulan tropas motorizadas con el rostro cubierto y vestidas de negro. Además, las fuerzas de seguridad del Estado están desplegadas por toda la ciudad y mantienen cerrado el acceso al centro de la capital, donde prestó juramento Nicolás Maduro.
Caracas. Las calles de Caracas parecían solitarias y con poco tránsito vehicular este viernes 10 de enero, día de la toma de posesión presidencial en Venezuela. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y civiles encapuchados en motocicletas custodian cada rincón de la ciudad.
en una gira Crónica uno Se constató que la mayoría de los comercios de las zonas más transitadas decidieron no abrir, mientras que el transporte público funcionó a medias, al menos durante la mañana.
Aunque hay algunos negocios cerrados en el centro de petarela mayoría de los establecimientos comerciales abren y aseguran que mantienen el horario habitual hasta las 17.00 o 18.00 horas, salvo que se produzca una situación irregular que les obligue a cerrar antes.
“Estaremos allí dependiendo de lo que pase. Si empiezan a atacar a la gente, por supuesto que nos iremos más temprano, si no hasta las 5:00 pm”, dijo un comerciante.
En el centro de Petare, especialmente en el alrededor de la plaza de cristo Se observó una fuerte presencia policial de agentes de la PNB y Polisucre, apostados en diferentes zonas del sector y patrullando constantemente las calles.
Chacao con la policía en cada cuadra.
En la avenida Francisco de Miranda, entre Los Dos Caminos y Chacao, hay un guardia policial en cada cuadra, con grupos de cuatro o cinco policías en cada esquina. Las calles y carreteras parecen solitarias y con poco tránsito vehicular.
Funcionarios de entidades ministeriales ubicadas en Chacao o Plaza Venezuela hicieron fila a bordo de autobuses que los trasladaron a uno de los puntos de la manifestación que acompañaron a Nicolás Maduro para tomar juramento en el Palacio Federal Legislativo.
En zonas comerciales como Sabana Grande, los vendedores ambulantes no trabajaron, como es habitual en el último año. En cambio, las calles parecían bastante desoladas y la mayoría de las tiendas cerradas.
Pocas personas caminan por la zona, que suele estar muy concurrida. Quienes llegan al sitio lo hacen a través del Metro de Caracas, que permanece abierto al público.
“Creo que la gente prefiere quedarse en casa, que es una costumbre para respetar al Estado, porque es un día cívico para los venezolanos”.
explicó un comerciante de Chacaíto.
Centro de Caracas sin acceso
El acceso al centro de Caracas fue restringido por agentes policiales, que sólo permitieron el paso capota motorizada y vestida de negro el cual circuló este 10 de enero por toda la ciudad.
La policía indicó que nadie podía acceder a las avenidas Bolívar ni Universidad hasta que el evento finalizara en el Palacio Legislativo donde se encontraba Maduro.
“Este es un día de trabajo que se pierde para los que tenemos que salir todos los días a buscar papa. El transporte no funciona, no nos dejan pasar, entonces tenemos que parar”, dijo una persona distribuida a Crónica uno.
En el occidente de Caracas, en zonas como Bulevar Catia y Los Flores Los vecinos compararon la fecha con el 1 de enero, ya que muy poca gente salió a la calle.
“Llegamos temprano a trabajar, pero casi nadie abrió porque la verdad es que tenemos miedo de que se desate violencia como el día después de las elecciones. Aquí mucha gente tiene miedo”, dijo un vecino de Los Magallanes de Catia.
Las líneas de colectivos alrededor de la Plaza Venezuela también adornaron el panorama el 10 de enero. Muchos estaban estacionados en la zona esperando a personas del interior que trajeron para participar en la marcha chavista.
En las ventanillas de muchos autobuses se leían mensajes como “todos con Maduro” o “Maduro jura con el pueblo”.
El 10 de enero en la parroquia 23 de Enero, antiguo bastión oficialista, la jornada transcurrió con las calles solas y silenciosas. Tanto o más que un domingo, 1 de enero o un día de cuarentena por COVID-19. Los negocios del barrio estaban divididos entre abiertos y cerrados, con más de un residente sentado en las plazas o pastando a un perro.
Durante este viernes, el ruido que habitualmente rompía el silencio era el de las motocicletas, cuyos conductores, en su mayoría, vestían prendas alusivas a los grupos de choque oficialistas, también conocidos como colectivos, que operan en la zona, que en su mayoría eran del día de patrulla.
Cerca de los bloques 1 y 2, varios miembros de estos grupos han instalado una carpa roja, con mesas y sillas. Desde allí también vigilaron la zona.
En la avenida Sucre, una vía que parecía despejada la tarde de este viernes, especialmente en el ingreso a la parroquia, permanece un puesto de control de funcionarios del DAE, con un tanque estacionado.
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