Cuando el pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) renunció por la evidente presión del gobierno, uno de los rectores no alineados con el chavismo, Roberto Picón, invitó a la sociedad civil a participar en el proceso para su relevo. En otras palabras, hubo un reconocimiento de que la élite gobernante sigue controlando a su antojo el CNE… Y al mismo tiempo un manifiesto de fe en que la renovación del organismo podría producir un árbitro verdaderamente autónomo.
Esta contradicción implica la posibilidad de que el próximo CNE sea muy similar al anterior, o incluso más alineado con el chavismo. Por ejemplo, tanto Picón como Enrique Márquez, el otro rector independiente que dimitió por la fuerza, aparecen de nuevo en la lista de candidatos a rector de la organización. La Asamblea Nacional (AN) electa en 2020 y vinculada a Miraflores será quien decida quiénes, de esa lista, integrarán el próximo CNE.
El mes pasado, la organización no gubernamental Súmate instó al Comité de Postulaciones Electorales a excluir a cualquier candidato a rector vinculado a partidos políticos. Si bien, más que una petición, se trata de un requisito legal, el parlamento lo ha ignorado sistemáticamente en el pasado, encumbrando al CNE a figuras de autoridad con una visible militancia progubernamental. La nueva lista está llena de gente así. Una muestra más de que, además de tener una posible minoría disidente (e inofensiva para la hegemonía chavista), el próximo CNE podría ser más de lo mismo.
Rostros rojos, tono PSUV
El conjunto de candidatos a rector vinculados al oficialismo es muy diverso e incluye nombres conocidos y desconocidos fuera del contexto local. Destaca, por ejemplo, el contralor general de la República y exdiputado por el Partido Socialista de Venezuela (PSUV), Elvis Amoroso.
También el general Fabio Zavarse, excomandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y actual rector de la Universidad Nacional de Seguridad (UNES). Zavarse es sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de la GNB.
Otros rostros destacados son Gustavo Vizcaíno, actual director del Servicio de Identificación, Migración y Extranjería (Saime); César Trómpiz, ex Ministro de Educación Universitaria; y Francisco Garcés, exministro de Transporte y exalcalde del municipio de Guaicaipuro en el estado Miranda.
Algunos nombres no son tan famosos, pero su presencia reafirma que la lealtad partidaria no es un problema (pese a lo que dice la ley). Este es el caso de Javier Duarte, militante del capítulo del PSUV en el municipio Andrés Bello del estado Táchira.
Otros colores, pero con dorso rojo.
Había un sector político que no tenía representación en el CNE saliente. Se trata del conjunto de partidos que se identifican como “oposición” pero que en realidad no se oponen al chavismo. Más bien, muestran una flagrante cooptación del gobierno.
La mencionada falta de representación podría cambiar. Así sería, por ejemplo, el diputado Edgard Raúl Leoni, miembro de Acción Democrática liderado por Bernabé Gutiérrez, fue elegido rector gracias a una intervención de la Corte Suprema de Justicia. O Conrado Pérez, miembro del partido Primero Venezuela (que incluye a políticos expulsados de Primero Justicia luego de que se revelaran sus vínculos con el empresario colombiano Alex Saab).
mal precedente
En 2022 hubo renovación de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Varias entidades de la sociedad civil, como el Foro Cívico, vieron en esto una oportunidad para que la Justicia, que durante años también estuvo alineada con el chavismo, se autonomice.
Efectivamente, no faltan candidatos a magistrados sin compromiso con el chavismo, que también fueron considerados por la AN electos en 2020. Pero al final, el parlamento reafirmó la hegemonía oficialista sobre el tribunal, aprobando un grupo de magistrados preferentes. de Miraflores.
Las circunstancias políticas en general no han cambiado desde entonces. Es difícil esperar que esta vez el resultado sea diferente en el CNE.