Ni Mourinho, invicto en finales europeas, ni el goleador rumano Paulo Dybala pudieron acabar con el idilio del Sevilla en la Europa League, título que el club hispalense conquista por séptima vez en su historia (un récord) conquistando. 4-1 en los penaltis ante la Roma (1-1 al final del tiempo reglamentario).
En el Puskas Arena de Budapest, el argentino Dybala, titular este miércoles pese a que Mourinho había asegurado la víspera que sólo iba a jugar “20 o 30 minutos”, adelantó a los italianos en la primera parte (34), pero el defensor. Gianluca Mancini marcó en el (55) el empate y completó su mala actuación fallando uno de los penaltis en la tanda decisiva que le dio el título al Sevilla. El otro error desde los once metros lo cometió el brasileño Roger Ibáñez.
Los hinchas sevillistas desplegaron una enorme pancarta antes del partido con la imagen de un emperador romano con el pulgar hacia abajo y el mensaje “Imperium nostrum” (“Nuestro Imperio”), dejando claro a los italianos que gobiernan en una vuelta con la que él mantiene. un idilio de dos décadas que no parece terminar.
“Nadie quiere (la copa) como nosotros”, suele argumentar la afición sevillista para intentar explicar sus siete títulos desde 2006 y una imagen de invencibilidad en esta competición, pase lo que pase.
“Nuestro Imperio”
Y la copa quería igualar al Sevilla por esas ganas de ganar, incluso en una temporada como esta, en la que hasta la llegada de José Luis Mendilibar al banquillo a finales de marzo, el equipo luchaba por mantenerse en Primera División.
Ni siquiera José Mourinho, hasta ahora invencible en finales continentales, pudo evitar el triunfo de un Sevilla que cada vez que llega a una final es para levantar el trofeo.
Viejo zorro del fútbol, Mourinho quiso sorprender a Mendilibar con la alineación, partiendo de Dybala cojeando y con un equipo experimentado lleno de internacionales, aunque destacó este martes que jugó con muchos “chicos que estuvieron en el B el año pasado”.
El plan portugués pareció surtir efecto en el arranque del partido, ya que el Sevilla no despertó hasta que Dybala abrió el marcador con un disparo cruzado (34).
El Sevilla reaccionó al gol rumano y estuvo cerca del empate antes del descanso, con un par de cabezazos de En-Nesyri (38) y Fernando (43) y, sobre todo, un disparo lejano de Rakitic que pegó en el poste (45+) . 6).
Esa tenía que ser la forma de seguir al Sevilla en la segunda parte si quería tener alguna posibilidad de levantar la copa.
Tercer título a los penaltis
Mendilibar también intentó cambiar la dinámica de la primera parte con la entrada en el campo de Suso y Erik Lamela (autores de la remontada ante la Juventus en semifinales), por Óliver Torres y Bryan Gil, desaparecidos en varios momentos en la primera. período
Y los cambios surtieron efecto inmediatamente. El Sevilla se hizo dueño absoluto del balón y creó peligro en la portería rumana hasta que Navas centró desde la derecha y Mancini, tratando de evitar el remate de En-Nesyri, mandó el balón en propia portería (55).
La Roma se quedó sin polvo cuando Dybala se retiró exhausto (67), aunque tuvo un par de ocasiones para adelantarse (66 y 83).
El Sevilla quiso evitar la prórroga, primero con un cabezazo alto de En-Nesyri (90+2) y luego con dos remates de Suso y Fernando, el primero parado por Rui Patricio y el segundo, en el rebote, que no encontró meta (90 + 6).
La prórroga, en la que se jugó sin más y ningún equipo arriesgó, no solucionó nada, por lo que el campeón decidió en los penaltis a favor del Sevilla, como sucedió en 2007 (ante el Espanyol) y en 2014 (ante el Benfica).
Tras una temporada muy complicada, en la que en los dos primeros tercios tuvo que pelear por los últimos de la tabla de LaLiga, el Sevilla no solo sigue prestigiándose con otro título de Europa League, sino que también consigue un billete para jugar la Champions. el próximo curso.