“Este es un buen momento para el país.“dice Paola Bautista de Alemán, vicepresidenta nacional de Capacitación y Programas del partido Primero Justicia. “La etapa que tuvimos fue producto de una construcción política muy precisa, una marca de agua donde se pudo articular el deseo cooperativo de muchos actores políticos y sociales. y fue provocado un error de cálculo del régimen de Nicolás Maduro”.
Para entender lo que pasó hasta la última semana de abriltenemos que volver a 22 de octubre de 2023a las elecciones primarias de la oposición en las que se fortaleció el liderazgo Por María Corina Machado.
“Abril nació en octubre“, enfatiza Paola Bautista de Alemán y destaca que “esa foto de las primarias donde el país se revela, no en términos de rebelión sino de revelación, a los actores políticos, a los partidos que tuvieron largos meses de desconexión; y también al régimen porque dijo: “¡Mira, ya no lo entenderé!”. “¡Tengo miedo, pero puedo ganar!” Esta mejora implicó alzar esa voz de una manera pacífico y constitucional y también se mostró empático con un nuevo tipo de liderazgo, transparente, femenino, firme, pero no tosco. Lo ocurrido el 22 de octubre generó un movimiento político de base sumamente poderoso que la Plataforma Unitaria supo comprender y canalizar, aunque con cierta resistencia.
-¿Cuáles fueron esas resistencias en las discusiones?
-Hubo actores y partidos políticos, incluido Primero Justicia, de los que pudimos leer el resultado del 22 de octubre, como el liderazgo indiscutible de María Corina Machado; la necesidad que tuvimos que rehacer para poder reencontrarnos con el país porque ese voto también fue un voto punitivo para el funcionamiento de los partidos políticos y pudimos entender eso Nuestra prioridad no era quedar bien ante el régimen. pero para reconectar con el país y superar cada uno de los obstáculos.
En este proceso hubo varias etapas: el 22 de octubre; después de esa fecha vinieron los días 21 y 25 de marzo donde se construyó el consenso la candidatura de la doctora Corina Yoris. Luego vino un período de gran incertidumbre sobre lo que iba a pasar con su candidatura y sobre todo porque el Consejo Nacional Electoral había admitido la candidatura de Manuel Rosales, la cual era percibida como irregular por algunos sectores de la población.
Entre el 25 de marzo y el 19 de abril hubo mucha presión, mucho debate político donde participaron partidos, dirigentes y fuerzas vivas del país. Allí, la Plataforma Unitaria y Primero Justicia, liderados por María Beatriz Martínez, nuestra presidenta, jugaron un papel extraordinario en contiene la necesidad de certezas que había en la candidatura de Rosales que parecía “lo potable” y poder abrirse a las opciones que fueran mejor aceptadas.
Nos debatíamos entre la certeza de una opción perdedora que nos mostraban las encuestas con Rosales y la incertidumbre de construir una opción ganadora que representaba Edmundo González.
Fue posible construir esa marca de agua con números, basándose en hechos y no en intuiciones, hasta llegar el 19 de abril, un regalo casi poético para Venezuelacon la candidatura unánime de Edmundo González.
En este momento tenemos cuatro pilares muy poderosos: la carretera a la democracia con una líder nacional como María Corina Machado; Tenemos un candidato unánime, que es Edmundo González, tenemos partidos políticos que han reconstruido su capacidad de representación y confianza; y por supuesto tenemos al pueblo de Venezuela. Estos 4 pilares apoyarán nuestra transición hacia la democracia.
-Vemos el surgimiento de un liderazgo que no solo encarna a María Corina Machado, sino también el surgimiento de una nueva generación de líderes.
-Puedo hablar con cautela del caso Primero Justicia porque es el partido donde milito. Iniciamos un proceso de reformas institucionales desde finales de 2021 con la reforma de nuestros estatutos que cambió la estructura del partido. Ahora tenemos un vicepresidente, un presidente y cinco vicepresidentes. María Beatriz Martínez, con el voto de la militancia, obtuvo la presidencia del partido; como el resto de vicepresidentes. Fue un proceso que construimos con muchas variables. El primero fue el destacamento del grupo fundador. Julio Borges, tras las elecciones regionales de 2021, dijo: “ha llegado el momento de que Primero Justicia se adapte a los nuevos tiempos”.
Al interior de Primero Justicia existía la conciencia de que, si bien se valoraba el papel de nuestros fundadores, la institución también era de todos y había materia prima para esa reforma. Tenemos líderes como María Beatriz Martínez y en los diferentes estados del país hay personas que podrían asumir estos nuevos desafíos.
Lo que ahora vemos como algo emergente tiene una larga historia de cambios internos. Es como un iceberg, lo que vemos es la punta; Pero aquí abajo se viene desarrollando desde hace mucho tiempo y habla muy bien de nuestro país.
-En la reciente reunión de los países del ALBA-TCP, que reunió a las principales autocracias de América Latina, Nicolás Maduro salió con una frase que lo destacó: “Sin el pueblo no somos nada”. ¿Qué percibe que está pasando con el chavismo y la pérdida de su base social? Se observa una reacción entusiasta en las regiones que están deseosas de recibir a María Corina Machado y expresan su deseo de cambio cuando dicen: “¡No tenemos miedo!”. “¡Yo era chavista, pero me cansé!”.
-Toda dictadura es opaca. Cuando estudias los procesos de cambio político en Venezuela, entiendes que la oposición siempre se queda ciega. No es incompetencia o falta de previsión, es que las dictaduras, desde los días de Cornelio Tácito, en Roma, han sido absolutamente opacas. En general, encontramos lo que quieren que sepamos. Es un dato de la realidad que por supuesto hay que tener en cuenta, pero es muy difícil saber con certeza qué pasa en el maduroismo.
El ex presidente español Felipe González dijo: “Si nosotros, en aquellos años de anarquía y persecución, en 1975, hubiéramos sabido lo débil que era Francisco Franco, habríamos sido más atrevidos”. Nosotros No conocemos la verdadera condición del maduroismo.. Ante esa incertidumbre: ¿Cuál es la única certeza que tenemos? Hacer el trabajo, poniendo siempre en primer lugar el bien común y atendiendo las demandas de libertad que pide el pueblo de Venezuela.
Es evidente que el 22 de octubre fue un punto de inflexión y la ruptura del consenso hacia el régimen de Nicolás Maduro. Antes de esa fecha hubo un gran número de voces que decían que no se debían realizar las primarias, que los partidos políticos no debían estar a la altura y que la ciudadanía no debía salir a votar. Nada de esto sucedió. Fue un día espectacular, el régimen no pudo detenerlos. Lo que sí sabemos es porque la gente salió a votar. Las partes pudieron pensar fuera de nosotros mismos. La gente participó, apoyó y se sintió parte porque estamos desesperados por alzar nuestra voz.
Esta ruptura desalojó al régimen, que contaba con nuestro miedo.. También ha puesto nerviosos a sus aliados internacionales más cercanos, como los presidentes Lula Da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric, que son de izquierda pero democráticos. Boric dijo en una entrevista: “No admitimos una izquierda autoritaria”. Cuando las cosas se hacen con sensatez, el país sabe apreciarlo, la comunidad internacional lo aprueba y eso es una presión muy fuerte para el régimen. ¿Cómo reaccionarán? No lo sé y nadie lo sabe.
El analista que dice que tiene la respuesta perfecta a tantos elementos de presión está sobredimensionando sus habilidades analíticas. Tienen que meter a la gente en la cárcel, tienen que reprimir, tienen que dictar sentencia. Todo es posible. Cuando se rompe el consentimiento en los países y no se dan instrucciones, pueden ocurrir episodios no deseados.
-Se genera una fuga en todos los partidos que se definen como opositores pero que mantienen un estrecho vínculo con el poder. Algunos, como Fuerza Vecinal y AD de Bernabé Gutiérrez, que aún tienen algunas bases de ciudadanos y funcionarios en las alcaldías, sufren el abandono de su gente para apoyar a la Plataforma Unitaria con Edmundo González.
-Creo que el régimen sobreestimó lo que estaba pasando. Quienes denuncian lo que ocurre en la oposición han dado un mensaje que no se ajusta a la realidad. Pensar que la oposición no está de acuerdo, que María Corina era abstencionista, que no tenemos convocatoria… y resulta que no es cierto.
María Corina encarna un liderazgo capaz de construir. Es una mujer fuerte, de lo contrario no estaría donde está. Tiene atributos de liderazgo, firmeza pero también moderación. Todo esto ha sido como una revisión de la realidad de lo que ve el país y el país no es estúpido. Esta es otra enseñanza.
El régimen pensó que Bernabé Gutiérrez tenía el control de las bases de la AD y resulta que no es así. Lo mismo ocurre con los otros partidos confiscados como Voluntad Popular y Primero Justicia. Entonces estas personas que vendieron su conciencia al régimen por unos pocos lugares se quedan solas, le han fallado al país y ahora al régimen. Y tienen que asumir las consecuencias.
-Primero Justicia también fue víctima del robo de su nombre y símbolos. ¿Cómo manejarías esta situación?
-Para cada integrante de Primero Justicia es muy difícil emocionalmente saber que el régimen se lleva cosas preciosas como nuestros colores y símbolos. Pero la verdad es que el propósito del poder represivo del régimen tiene un límite. Pueden tomar la tarjeta. El Señor José Brito podrá salir como ladrón con la bolsa, pueden intentar quitar nuestra voz en los espacios mediáticos. Pero hay una cosa que no pueden y es ganarse el sentimiento, la pertenencia y la identidad de los 102.213 militantes que Primero Justicia tiene registrados en su institución. Eso no se quita con una sentencia, eso no es una bolsa que se muestra al país en la televisión nacional.
-Hay un cambio en el mensaje populista de los últimos años, no sólo del chavismo, sino también de algunos líderes de la oposición. María Corina expuso la necesidad de una economía libre, reduciendo el Estado y enfatizando que todo ciudadano sea productivo. Edmundo González también lleva ese mensaje y las comunidades lo entienden. ¿Hay un cambio de paradigma?
-Los 25 años de chavismo para Venezuela han sido la degradación y destrucción de las capacidades del Estado. Es un Estado que discursivamente se muestra como prestamista y proveedor de cuidados, pero en realidad ha perdido todas sus capacidades de cuidado y control territorial. Es un Estado muy degradado.
El principal desafío de la transición es la reconstrucción del Estado y sus capacidades mínimas. Esta deconstrucción del Estado confrontó psicológicamente al venezolano con el abandono. Tenemos un ciudadano que lamentablemente tuvo que aprender a resolver las cosas por sí mismo, de una manera muy salvaje y dura, porque el que tiene se salva y el que no muere.Hay que transitar hacia un modelo de país donde el Estado recupere sus capacidades asistenciales básicas y donde se generen todas las condiciones para que los venezolanos utilicemos nuestros talentos y seamos protagonistas de la reconstrucción nacional a través de nuestras capacidades productivas.
Creo que cuando los venezolanos afrontamos nuestra vulnerabilidad, también despertamos toda la capacidad que tenemos dentro de nosotros para dar. Me parece que existe el riesgo de un efecto péndulo, de un Estado que ha demostrado narrativamente que lo ha dado todo, pero en realidad no ha dado nada, a un discurso liberal con nula intervención estatal.
Lo mejor para Venezuela ahora es un Estado responsable que asuma sus capacidades y sea el punto de apoyo de una ciudadanía dispuesta a darlo todo para generar prosperidad. Y creo que hay un consenso en todas las fuerzas políticas sobre esto y estoy seguro de que lo podremos alcanzar con una comunidad empresarial nacional e internacional. Hay que generar vínculos de confianza y quienes quieran sumarse a la reconstrucción del sistema económico son totalmente bienvenidos.