Sabemos que nos gusta mucho decir lo que pensamos y sentimos en cada momento, pero siempre debemos recordar la importancia de nuestra responsabilidad emocional. Por eso, Psicoedúcate con NTA te presenta una técnica de comunicación asertiva muy fácil de implementar, la retroalimentación.
Una técnica de retroalimentación es una forma de retroalimentación diseñada para ayudar a una persona a mejorar sus habilidades o desempeño. Sí, es la forma positiva de decir crítica… Es una forma asertiva de comunicar lo que sentimos y pensamos, aunque sea incómodo o triste.
Lo mejor es que es tan sencillo que cualquier persona, desde los más pequeños de la casa hasta los más adultos, puede aplicarlo.
¿Cómo obtenemos buenos comentarios?
- Sea específico: en lugar de hacer comentarios vagos, ofrezca ejemplos claros de lo que no se hizo bien y cómo se puede mejorar. Es super importante indicar el momento exacto que provocó el malestar en lugar de generalizar el problema. Por ejemplo, evita frases como: “Siempre te equivocas”, ya que hay términos que, aunque tienen una definición única, pueden ser interpretados de forma diferente por cada persona. Sí, eso de que “cada cabeza es un mundo” es cierto.
- Utiliza el “sándwich”: Para facilitar la comunicación es recomendable comenzar con un aspecto positivo, seguido de la crítica, pero cuidado, hazlo bien y con calma; y terminar con otro comentario positivo o posible solución. No te saltes pasos, porque este orden garantiza que la retroalimentación sea asertiva. Si empiezas con críticas, no funcionará.
- Mantén un tono respetuoso y empático: asegúrate de que la otra persona sienta que te preocupas por su crecimiento y desarrollo. Así que no digas comentarios de los que te arrepientas. Mejor prepara la conversación antes de contárselo a esa persona, y así haces lo mejor que puedes.
- Concéntrese en el comportamiento, no en la persona: en lugar de juzgar la personalidad, hable sobre lo que se hizo y cómo se puede mejorar. Por ejemplo, no utilices expresiones como: “Tú eres”, “Siempre” o “Debes”; Sea específico sobre el comportamiento. Un buen ejemplo sería: “Ayer, en una situación así, me dijo… eso me hizo sentir…”.
- Escucha activa: brinde oportunidades para que la otra persona comparta su perspectiva. Esto puede ayudar a aclarar malentendidos y fomentar un diálogo constructivo.
La técnica de retroalimentación es una de las mejores herramientas que puedes aprender. Eso sí, debes practicarlo todos los días hasta que forme parte de ti.