Analistas han comparado el ascenso en el liderazgo nacional de María Corina Machado con el que protagonizó Hugo Chávez en 1998. La conexión emocional que se manifiesta en cada rincón del país que visita es un fenómeno político y social que no se veía desde los tiempos de aquella campaña electoral que llevó al caudillo militar a la Presidencia de la República.
Obviamente, el fenómeno de Machado y las circunstancias políticas actuales son muy diferentes. Su mensaje, así como el de la Plataforma Unitaria, propone un cambio de 180 grados y emerge del declive de un ciclo de 25 años que se está cerrando en el país; a pesar de que quienes ostentan el poder mantienen un control de todas las instituciones, poseen 20 gobernaciones y más de 200 alcaldías y una vigilancia férrea sobre la Fuerza Armada Bolivariana.
Chávez movilizó y conectó con amplios sectores ofreciendo grandes beneficios para el pueblo; al tiempo que desplegó un mensaje agresivo en contra del pasado, de los políticos tradicionales y de la llamada oligarquía, a quienes calificó como “enemigos de la Patria”.
Mensajes opuestos
El mensaje de María Corina, que ahora se complementa con el del candidato unitario Edmundo González, conectó con una población empobrecida en estos 25 años, con servicios públicos destruidos, sin combustible para movilizarse y a quienes les habían quitado la esperanza. Un pueblo que ha visto como se han robado miles de millones de dólares de las arcas del país y los principales responsables de los desfalcos provienen de las altas esferas gubernamentales, incluyendo ministros, gobernadores, jefes militares y 4 presidentes de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Ante esa realidad, hoy la gran mayoría de los venezolanos está manifestando abiertamente su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro.
Como respuesta, la campaña de Maduro se desarrolla con mensajes a la defensiva, con reducidas promesas de futuro bienestar y desarrollo. Su campaña se centra más en atacar a María Corina y al candidato unitario Edmundo González, en señalarlos de aliados a EEUU y de ser los responsables de las sanciones económicas para Venezuela.
La estrategia oficialista surge al no lograr imponer de nuevo la desesperanza en el camino electoral, no conseguir la división opositora, ni sacar del juego electoral a la Unidad, a cuyos líderes acusa de conspiración. A pesar de las detenciones de coordinadores regionales de Vente Venezuela y de gran parte de la dirección del partido, María Corina Machado y la Plataforma Unitaria han consolidado la ruta del voto.
Siempre hay un celular por ahí
El mensaje oficialista se focaliza en vender la idea de las sanciones internacionales como causa de la destrucción económica del país, a tal punto de que obvia la flexibilización que han obtenido empresas multinacionales para que operen desde Venezuela. Hasta se molestaron con la Unión Europea cuando le retiró temporalmente las sanciones personales al presidente de Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso y a otros funcionarios, en la búsqueda de negociar condiciones para unas elecciones libres y justas.
Tratan de exaltar el nacionalismo señalando que las sanciones son un ataque directo de Estados Unidos y las democracias europeas. “La batalla que se da en Venezuela es por el derecho al futuro, a la felicidad, a nuestra identidad y es una batalla que estamos ganando y le vamos a decir al imperio gringo, respeten que aquí está el pueblo de Bolívar y del Negro Primero”, dijo Maduro.
A pesar del control sobre los mayores medios televisivos y radiofónicos del país, no han podido ocultar el fenómeno de cambio que se generó a partir de las primarias. Las redes sociales y las comunicaciones directas de la población superan el control comunicacional del gobierno.
El propio Nicolás Maduro se quejó del dominio que están ejerciendo las redes sociales en las comunicaciones. Denunció la supuesta existencia de una “guerra brutal contra Venezuela en redes sociales” y afirmó que “el bloqueo económico se ha transformado ahora en un bloqueo de redes para que no se sepa la verdad y no muestran al pueblo que está por miles en las calles”.
Como fórmula para contrarrestar las campañas que se generan en las redes sociales dijo que instruyó a que esta batalla debe estar en las calles, medios, redes y paredes, para que la información sea difundida eficazmente. “Vamos a tomar fotos y mandarlas a todos lados, no quieren que se sepa la verdad. Nos tienen censurados. No quieren que se sepa, que el pueblo está en la calle y nosotros tenemos que mostrarlo”.
Pero las redes escapan de los controles. Y en las concentraciones organizadas por la cúpula oficial para apoyar a Maduro siempre hay personas con celulares indiscretos que ponen en evidencia la poca convocatoria, la gran cantidad de buses con “seguidores” y las reacciones de la gente que al pasar el candidato oficial le gritan que les manden agua, electricidad y mejores salarios.
Campaña en TikTok
El candidato Edmundo González llegó a esa posición sin esperarla, es la contrafigura de un líder populista. Proviene de la academia y de una carrera formal de la diplomacia apegada a los valores éticos. Llama a la conciliación entre los venezolanos, no insulta ni agrede a sus adversarios y ha centrado su campaña en ofrecer que sí es posible un país en donde el presidente no insulta, un país sin presos políticos y en el que hay electricidad y agua: “Vamos a pasar de la división a la unión, del abuso de unos pocos al Estado de Derecho para todos, de este presente indigno a un futuro digno para todos”.
Desde el oficialismo responden acusando a González. “Ese candidato es de quienes pidieron sanciones, bloqueos, invasiones y es el candidato de los apellidos que no les importa el destino de la patria”, es el mensaje que suelen dar los jefes de la campaña oficialista encabezada por los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez y Diosdado Cabello, quienes están protagonizando los actos públicos en las regiones y justifican las limitadas apariciones de Nicolás Maduro alegando supuestas amenazas contra su vida.
El presidente de la AN y jefe del equipo de campaña, Jorge Rodríguez, explicó que las apariciones públicas del presidente Nicolás Maduro no pueden ser planificadas “porque los gringos lo tienen amenazado”.
“Hay una fuerte censura en contra del candidato del chavismo para imponer elementos fraudulentos en contra de la revolución bolivariana”, dijo el jefe del Comando de Campaña “Venezuela Nuestra”, al tiempo que insistía en denunciar un supuesto bloqueo en redes sociales contra el presidente.
Pero la realidad es que uno de los recursos en redes que está utilizando el equipo de campaña de Nicolás Maduro es la plataforma TikTok con mensajes directos de Maduro a sus seguidores, algunos con cierto humor, en donde se muestran obras y visitas a las regiones y también han explotado la interacción con jóvenes que tienen cierto nivel de «fama» en esa red.
Con cerca de 1 millón 700 mil seguidores, Maduro podría ubicarse al menos entre los 15 influencers más seguidos en Venezuela, aunque curiosamente no aparece en los rankings. Veamos un ejemplo: la firma StarNgage en su más reciente listado de los venezolanos más destacados en TikTok ubica al primero -Alejandro Liendo- con 5,2 millones de seguidores y el puesto 12 lo ocupa una influenciadora con 1,6 millones.
Maduro tiene 1,7 millones y desde esa red social y otras cuentas coordinadas en la campaña han posicionado la consigna #YoSigoAMaduro. Y la propia plataforma TikTok sí posiciona la cuenta de Maduro entre «los mejores tiktokers venezolanos» en su página de inicio.
Fallos en la agenda oficial
Otra de las acciones desplegadas por la campaña oficial es hacer eventos paralelos en las mismas regiones anunciadas por sus oponentes. Es una vieja práctica que les viene desde los tiempos de Chávez.
El analista y politólogo Ricardo Ríos, presidente de Poder y Estrategia, en entrevista reciente con Vladimir Villegas, explicó que esto es una torpeza porque en estrategia, quien tiene la iniciativa lleva la ventaja. Hablando coloquialmente, señaló: “el que pega primero pega dos veces. El hecho de que estén siempre reaccionando al planteamiento opositor los pone en la cola, lo que no era típico del chavismo. Eso habla de que la confrontación no está planteada en unos términos comunes sino más apuntando al bloqueo. Es más de conquistar que de convencer, no tiene sentido que no tengan una agenda propia”.
Reconoce Ríos que –obviamente- el gobierno tiene una gran ventaja con el control institucional. Y ahí marcan una diferencia mientras Diosdado Cabello hace campaña en la calle y Maduro dosifica sus apariciones públicas.
Las redes hablan
El despliegue que ha tenido la campaña opositora y los recorridos de María Corina reflejados en las redes sociales no necesariamente responden a un plan comunicacional, que lo hay, claro. También se ha dado como resultado de dos factores fundamentales.
Uno de ellos es la censura en los grandes medios. Mejor dicho, en los medios tradicionales, a lo que se suma la desaparición de muchos de ellos y el control de otros por parte de empresarios alineados con el chavismo. En segundo lugar, hay que apuntar el peso de la movilización espontánea de la población que se ha incorporado a apoyar el cambio político y utiliza los recursos que tienen a mano para informar lo que ocurre.
“La gente ha recurrido a mecanismos de comunicación comunitario, desde sus chats hasta su palabra. Sin volantes, ni afiches. La gente los hace artesanalmente. Para mí es sumamente conmovedor cuando se acercan caminando, piden cola, se montan en un burro, en un camión y hasta 4 en una moto”, expresó Machado durante el primer acto oficial de campaña junto a González en La Victoria, estado Aragua.
“Pero no se acercan a pedir como ocurre en momentos de elecciones donde le dicen al candidato: ‘tengo esta necesidad, ayúdame con esto’. No, no, no. La gente viene a ofrecer, a dar. A decir cómo puedo ayudar a que este sueño, este anhelo se consolide el 28 de julio”, afirmó.
A su juicio, la elección primaria se convirtió en ese hito movilizador. “Porque las primarias fueron una decisión de darle el poder a la gente, al ciudadano. Y eso fue lo que hizo que el país despertara. Y mientras más obstáculos nos ponían, no nos dan los centros de votación, no tenemos medios, nos adversan, nos amenazan, más y más, la gente dijo: ‘esto es mío’. Y por eso yo reivindico el emblema de la primaria que fue ese centro de votación en Caracas de una comunidad que utilizó su mesa de planchar. Vamos a tener que poner un monumento con esa mesa de planchar, porque es para mí la imagen más poderosa de la sociedad, de la familia, diciendo esto es mío”.
La oposición tuvo su viraje
La explosión de los medios alternativos y redes sociales ha jugado a favor de la expresión de un deseo de cambio hacia la democracia, y por el contrario, hay un desgaste en el respaldo de la población hacia líderes autocráticos y el radicalismo.
El proceso iniciado el 22 de octubre de 2023 fue el resultado de una importante reflexión de los golpeados partidos políticos de oposición que, luego de varios años de caminos sin resultados, con líderes históricos presos o en el exilio y un país en crisis y sin esperanzas, decidieron participar en las elecciones regionales de 2021 en las que, a pesar de ir con muchas dudas, desventajas y sin unidad, lograron en conjunto mayor cantidad de votos que el oficialismo.
Esa experiencia motivó a promover la primaria con miras a las elecciones de 2024, cuyo proceso culminó con la designación del candidato de la unidad.
El fortalecimiento de los partidos de la Plataforma Unitaria ha logrado contrarrestar las acciones del gobierno de Maduro que desde el Tribunal Supremo de Justicia ha confiscado la mayoría de estas organizaciones y las entregó a figuras provenientes de las filas opositoras, ahora alineados con el gobierno.
Esta estrategia oficialista para dividir a los opositores no ha dado el resultado esperado. Los partidos divididos y sus candidatos autollamados opositores -y calificados de «alacranes» desde la otra acera-, no han logrado llegar sumados ni al 15% en las encuestas y semanalmente grupos de las bases que aún conservan se pasan a las filas de apoyo al candidato de la Plataforma Unitaria.
Entre los hallazgos más relevantes de la firma de investigación Datincorp, que dirige Jesús Seguías, se destaca la polarización entre Nicolás Maduro y el candidato unitario opositor, Edmundo González. De acuerdo a una encuesta fechada el 28 de abril y divulgada en mayo, el candidato unitario tiene una ventaja con 62% de intención de voto frente al 20,33% de Nicolás Maduro. El resto de las opciones electorales no llegan ni a 5% de intención de voto.
Una encuesta telefónica de Consultores 21, realizada entre el 23 de abril y el 2 de mayo de 2024, registra que Edmundo González, apoyado por María Corina Machado y la Plataforma Unitaria tiene un techo electoral de 50% y supera en 18 % la aspiración del Presidente Nicolás Maduro, cuyo techo se fija en 32%. El resto de los aspirantes no superan en conjunto 15% del electorado: Benjamín Rausseo tiene 13%, Javier Bertucci aparece con 11%, Antonio Ecarri 5% y Enrique Márquez aglutina 4%.
Otro sondeo, de ORC Consultores, hecho entre el 26 de abril y el 4 de mayo, reflejó 51,77% de intención de voto a favor de Edmundo González y apenas 13,15% para Maduro. Benjamín Rausseo, sería -desde muy lejos- la tercera opción, con 1,45%.
Los números y lo que se ve en las calles y en las giras de campaña, muestran que el discurso de la oposición ha conectado. El proceso liderado por María Corina Machado con Edmundo González y la Plataforma Unitaria, a diferencia de otros casos que se han dado en Latinoamérica, es opuesto al populismo y a la imposición de un líder autoritario.
La Plataforma Unitaria y sus dirigentes están ofreciendo reconstruir la institucionalidad, reconocer el empoderamiento de las comunidades y sus organizaciones civiles hoy amenazadas, y el respeto a la diversidad de opiniones. Si bien Venezuela fue referencia de un liderazgo populista y autoritario, en un giro de 180 grados, sus líderes para el cambio han logrado gran apoyo popular ofreciendo libertades, institucionalidad y respeto a la diversidad. En Venezuela en este momento no hay cabida para un líder vengador.