Cada 28 de diciembre se celebra el Día de los Inocentes o Día de Todos los Santos. Aunque tiene su origen en un hecho bíblico como fue la masacre ordenada por el rey Herodes de niños menores de 2 años, en su deseo de evitar que Jesús de Nazaret viviera, hoy en día es costumbre gastar bromas y hacer amigos inocentes.
Sin embargo, en algunas regiones de Venezuela se les recuerda con alguna alegoría cultural, de las cuales tres son muy particulares en el país. Se trata de la celebración de la llamada Danza de los Monos en Monagas, la Fiesta de Los Locos de La Vela, en el estado Falcón, y el Gobierno de la Mujer, en la parroquia de Naiguatá, en el estado La Guaira.
Un baile colorido
Monagas cuenta con un baile tradicional de manera particular para celebrar el día de los Santos Inocentes y la Navidad, ya que por sus caminos se difunde un colorido e ingenioso baile llamado la Danza de los Monos.
Este año participarán 34 ponentes y grupos culturales de la zona, bailando en la plaza El Indiu al ritmo de Mare Mare y Marisela. Esta fiesta típica evoca un rito indígena Chaima y Paima originario de la tribu caribeña, quienes bailaban para agradecer por las buenas cosechas de maíz y algodón.
Los Caicaregni inician esta celebración a las 12 de la noche con redoble de tambores y parrandas, y en el transcurso de la mañana comienza el desfile por las calles de la ciudad, partiendo desde las inmediaciones de la iglesia principal de la ciudad hasta llegar al monódromo.
La cultura del pueblo de Mónaco siempre se perpetuará en la tradición del mono, una de ellas es el grito anunciando que viene el mono, alguien a cargo dice: “Ya viene el mono, ya viene”. ¡Aquí viene el mono, que venga! Los participantes cantan, guiados por el mono más grande, que actúa como personaje principal.
Este año rendirán un homenaje especial a Miguel Figuera “El Mono Mayor”, quien falleció este año y fue patrimonio cultural que por más de 50 años representó al emblemático Mono de Caicara. Fue el creador del Mono Enrolladito, que consiste en hacer una espiral interna y luego desenrollarse durante el baile.
Por otro lado, rendirán homenaje a otros personajes emblemáticos que dieron vida a esta tradición como José Pérez, Edgar Rodríguez, Freddy Leonett (post mortem), José Gascón, Parrandas Hijos de Caicara, entre otros.
La fiesta de los tontos
José Rafael Huerta, conocido como Chefay, cumple 54 años con el icónico traje Mojiganga en esta edición 2024 del Festival Los Locos de La Vela (municipio de Colina). Cada 27 y 28 de diciembre se viste con su levita negra, con su sombrero de copa y antifaz característico. Para él, cada prenda representa la alegría y la tradición arraigadas en su ser.
Compartió que el alcalde de Loco “Mano Yiyo” le encomendó la responsabilidad de portar la Mojiganga cuando apenas tenía 14 años. Si bien sus hermanos se involucraban con tropas y otros disfraces, la misión de representar a este icónico personaje recayó en él a partir del diseño de Alirio Ollarves.
Desde entonces, José no ha dejado de ejercer su papel de portador de esta figura que inicia la fiesta el 27 de diciembre y se convierte en correo el día 28.
Huerta dijo que, a sus 53 años, dejó de usar el traje sólo por un año, ante la muerte de su madre, pero no le duró mucho, pues el 6 de enero se dirigió a Cumarebo.
La Mojiganga que parte de la residencia de Margarita Díaz, conocida como Reina de los Locos, se convierte en recorrido antes de llegar al escenario principal.
En cada etapa, los participantes cambian entre ellos, manteniendo el anonimato bajo el mismo vestido y máscara, preservando así el misterio de su identidad.
Es relevante resaltar que de la generación de Mano Yiyo, están Francisco Rojas, Pedro Posada y José Rafael Huerta “Chefay”, quienes participan activamente no sólo como miembros de la fundación, sino como portadores del vestuario, asegurando la continuidad. y esplendor de esta celebración.
Mujeres en el poder
Entre tambores, música y un tumulto de bromas, la parroquia Naiguatá celebra la tradicional fiesta del Gobierno de la Mujer, una manifestación cultural que, desde hace más de 50 años, ha reivindicado el matriarcado y exaltado el espíritu de la comunidad de esta región del Venezuela Costa Central. .
Ana Pinto, participante y organizadora de esta tradición, destaca que la fiesta se ha convertido en un símbolo de identidad para los habitantes de Naiguatá. “Es una parodia que, más allá del entretenimiento, nos permite expresar nuestro sentir sobre temas políticos y sociales, recordando la fuerza de nuestras raíces culturales”, afirmó.
El acto comenzó la medianoche del 27 de diciembre con la lectura de un decreto simbólico que establece la creación de un Consejo Rector liderado únicamente por mujeres. Durante las siguientes 24 horas, ellas “se hacen cargo” mientras los hombres se ocupan de las tareas del hogar.
Durante el día, las calles de los sectores Pueblo Nuevo y Pueblo Viejo se llenan de alegría con mujeres disfrazadas de hombres que asumen el rol de “gobierno” y “revolución”.
Los dos grupos recorren la parroquia acompañados de tambores y parrandas, enfrentándose en un concurso de baile cuyo objetivo es “robar” a los músicos del lado opuesto.
Según Pinto, la celebración no sólo preserva el patrimonio cultural, sino que también desafía los roles de género establecidos. “Cuando esto empezó en los años 70, era impensable que las mujeres asumieran liderazgos públicos. Hoy, este partido nos recuerda que las mujeres también son protagonistas en la sociedad”, afirmó.
La festividad mantiene viva la memoria histórica de esta fecha y la resignifica con humor y alegría, consolidando a Naiguatá como epicentro de la cultura venezolana.