Voz venezolana
La decisión de quintuplicar los precios de los combustibles en Cuba, maestra de un fuerte plan de reformas, muestra la profunda y multidimensional crisis que afecta al país socialista.
La pandemia, las sanciones estadounidenses y las políticas nacionales fallidas han empeorado sus problemas crónicos desde 2020: el país sufre escasez de alimentos, combustible y medicinas, una inflación galopante, frecuentes apagones y un dólar en alza.
La destrucción económica y social es la principal causa de protestas inesperadas, como las del 11 de julio de 2021, y del mayor éxodo en décadas, con cientos de migrantes.
Inexactitudes
El producto interno bruto (PIB) de Cuba se ha contraído hasta un 2 % en 2023, según el Gobierno, lo que significa que la economía nacional aún está por debajo del nivel de 2019. La apuesta del Estado por el turismo, la inversión extranjera y las pequeñas empresas privadas no es cercana. .
Al desequilibrio de la balanza exterior (Cuba importa el 80% de lo que consume, según Naciones Unidas, y apenas exporta) se suma el déficit público. La estimación oficial es que se sitúa en el 18,5% del PIB este año, lo que sería el quinto año consecutivo en números rojos (tres de ellos por encima del 10%).
Luego está la deuda. La isla acordó una reestructuración (con recortes) con el Club de París (principales países deudores) en 2021 y al año siguiente hizo lo propio con Rusia, que ya había perdonado 20.000 millones de dólares del nivel soviético en 2013.
Sus diferencias con Londres (principales prestamistas privados) entraron en proceso judicial el año pasado, con resultados actualmente impredecibles.
Fondos
El superávit ha sido una epidemia desde la implementación en enero de 2021 del Grupo de Trabajo, la fallida reforma económica y financiera. Actualmente, un cartón de 30 huevos supera el salario mínimo estatal y llenar el depósito de un coche cuesta más que el salario medio.
En 2021, el índice de precios al consumo (IPC) del mercado regular se sitúa en el 77,33%. En 2022 es del 39,07% y en 2023 del 31,34%. La incorporación en el sector informal es muy mala.
Dolarización
La pérdida de confianza en el peso cubano (CUP) y el creciente interés por las divisas entre particulares (para exportar o comprar en el mercado negro) y empresas privadas (para importar) están restando fuerza al CUP en el mercado no monetario, explicó. .
Actualmente, según el índice de libertad mediática El Toque, el dólar cuesta 315 CUP y el euro, 320. Esto significa una depreciación de más del 1.000% desde el Orden de Actividad.
Al mismo tiempo, el CUP se mantiene artificialmente estable en el mercado subyacente, lo que produce fuertes distorsiones. A partir de 2022 el tipo de cambio para empresas es de 24 CUP por dólar y de 120 CUP por dólar para personas físicas.
Falta de moneda extranjera
La pandemia y las sanciones han hundido el turismo, clave para el PIB y los ingresos de divisas. Su recuperación post-covid es débil: 2023 cerró con 2,4 millones de turistas extranjeros, alrededor de la mitad que 2018 o 2019.
El Estado, que tenía el monopolio del comercio exterior, tenía problemas para importar productos básicos como arroz, café y petróleo. Recientemente pidió ayuda a las Naciones Unidas para mantener la distribución de leche para niños menores de siete años.
La falta de dinero afecta también a la compra de combustible, lo que dificulta el transporte y el sistema energético del país, actualmente en estado de emergencia.
Crisis de poder
Los apagones volverán a ser diarios en 2024. En los momentos de mayor demanda, hasta el 45% del país se queda sin electricidad. La situación, que ya era crítica en 2022, se ha agravado por averías en las antiguas termoeléctricas y falta de combustible.
Esto lleva al cierre de empresas estatales y a la planificación de cortes de energía en todo el país, con consecuencias económicas.
Plan de recuperación
En diciembre, el Gobierno reconoció fuertes “distorsiones” económicas y anunció un plan de reforma profundo y controvertido.
Destacan un aumento de más del 400% en combustible (elaborado), aumento en las tarifas de luz y agua. La nueva tarificación del CUP y el fin de la garantía para todo el mundo también avanzaron para organizar un sistema de ayuda humanitaria.
Los expertos independientes dudan de su efecto. Piensan que permitirá fabricar combustible adicional y aumentar el poder adquisitivo del cubano medio sin afrontar problemas económicos (producción nacional, sustitución de importaciones, diversificación, liberalización…).
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