El español Carlos Alcaraz, número uno del mundo, se clasificó el viernes 14 de julio para su primera final de Wimbledondonde el domingo se enfrentará al vigente campeón, Novak Djokovic, quien busca seguir haciendo historia.
En una semifinal con la pista tapada por la lluviaEl murciano de 20 años derrotó al ruso Daniil Medvedev, tercer raqueta de la ATP, por 6-3, 6-3 y 6-3 en una hora y 50 minutos.
El último set vio a ambos tenistas negociar hasta cinco descansos.
“Es muy difícil cerrar el partido, debes estar muy concentrado. Daniil es un luchador y corredor increíble”, dijo el español después, reconociendo que tuvo que “jugar agresivamente” para vencerlo. “Ser yo mismo todo el tiempo fue la clave para cerrar el juego”, dijo.
Después de ganar recientemente su primer torneo sobre césped en Queen’s, Alcaraz llegó a Wimbledon diciendo que quería “jugar una final” y lo consiguió.
El domingo se medirá al serbio de 36 añoss, que espera levantar su octavo trofeo de Wimbledon -igualando el récord de Roger Federer-, sumar su 24º título de Grand Slam -superando a Serena Williams- y avanzar en su sueño de ganar los cuatro grandes torneos en un mismo año para coronarse el próximo año en el Australian Abierto y Roland Garros.
Djokovic se impuso en semifinales por 6-3, 6-4 y 7-6 (7/4) al joven italiano Jannik Sinner, de 21 años, que en 2022 eliminó a Alcaraz en octavos de Wimbledon.
La final contra él, “todo el mundo sabe que será muy, muy dura”, dijo el español. Pero “no es momento de tener miedo, hay que ir a por ello”, dijo. “Lucharé” y “Creo que puedo pelear aquí.“, aseguró.
Contra el rocoso Medvedev, Alcaraz implementó un poderoso tenisy, puntuado por sus famosos drop shots y algunos saques y voleas, moviéndose sobre la hierba como si lo hubiera hecho toda la vida.
Consciente de que tenía que “jugar al 100%” contra el español, el ruso corrió devolviendo cada tiro, fue a la red más de lo habitual, caminó de un lado a otro de la cancha. Todo en vano.
El primer quiebre de Medvedev llegó en el octavo juego, cuando falló una dejada que Alcaraz siguió con una tremenda devolución.
“36 es el nuevo 26”
En el segundo set, el ruso logró salvar dos puntos de quiebre en el tercer juego, pero la genialidad del español en la volea y otra poderosa devolución lo condenaron de nuevo. Al final de la manga concedió otro break.
En un tercer set de locura, el número tres perdió su primer servicio. Alcaraz cayó por doble falta en el quinto juego, rompió el servicio de su rival en el siguiente, concedió más quiebres en el séptimo juego y anotó otro quiebre en el octavo.
De cara a la final del domingo, dijo que quiere “seguir soñando”.
En junio en París, Djokovic ganó al vencer a un Alcaraz que, pese a tener ya un US Open en su haber, fue víctima de calambres provocados por los nervios.s para jugar esa final contra él.
Los españoles ahora podrían reclamara, aunque juegue en una superficie que domina más el número dos del mundo.
Y “nunca se encontraron en el césped”, recordó Medvedev.
Djokovic ha jugado ocho finales de Wimbledon y ha ganado siete.té Además, no ha perdido un partido en su cancha central desde 2013.
Contra Sinner, el serbio jugó un partido de un solo sentido en el que el italiano, a pesar de comenzar a atacar con mucha energía, pronto se encontró luchando por mantener la cabeza fuera del agua.
El número ocho lo intentó todo, cogiendo el ritmo con rápidos derechazos, por encima de la defensa serbia con ángulos imposibles, robando profundo y sorprendiendo con sus pases. Mamá Djokovic dominó en todos los puntos clave a pesar de ser 15 años mayor.
A sus 36 años, al serbio “le gustaría creer” que está jugando su mejor tenisél dijo.
“Prefiero no considerar la edad como un factor decisivo”, dijo, “36 son los nuevos 26”. “Me siento muy motivado y estoy inspirado para jugar el tenis que amo (…) todo el tiempo que pueda”, dijo.