Jesús Alejandro Ortiz Parra (35). Profesor de Educación Física en la UPEL de Rubio. Casado desde hace 14 años, tiene dos hijas. Es heredero de su padre, homónimo, el famoso comunicador radial del Táchira, Jesús María Ortiz. Ambos son “Chucho” para los amigos. Este joven hoy cuenta las horas en los banquillos del FutVE frente a la reacción portuguesa. Averigüemos más sobre él.
Con la salida de Martín Brignani del banquillo de Penta, Ortiz se llevó su segunda experiencia en Primera División tras dejar un buen sabor de boca con Lara el año pasado, al que sacó de la zona de descenso y casi le da un puesto en Sudamérica. taza La catástrofe financiera del rojinegro lo sacó adelante y fue víctima de la irresponsabilidad del ex dueño del Lara, que lo dejó sin recursos. vacante (sin sitio) en Primera División.
Tras la decepción, que no es la primera en su carrera, el joven técnico asumió el cargo en el Portuguesa y desde entonces sólo ha conocido una derrota con un 67% de efectividad. Más allá de los números, el rojinegro es uno de los equipos que mejor juega al fútbol hoy en día en el campeonato. Es uno de los nuevos cachorros que no pasa de los cuarenta y ya triunfa en Primera División.
–¿De dónde viene el gusto por el fútbol de Jesús Ortiz?
-Siempre he estado ligado al fútbol, al Deportivo Táchira. Mi padre es periodista de San Cristóbal y siempre lo acompaño en las cabañas. Crecí aquí, me encanta el fútbol desde que era un niño. Jugué en la Escuela Monseñor Arias Blanco de San Cristóbal, en la cancha de Plaza Venezuela con el profesor Jorge Olivares, la misma escuela donde venía Tomás Rincón, con quien compartí como jugador. Jugué Sub 17 y Sub 20 en el Deportivo Táchira, conseguí una plaza en la universidad y decidí estudiar Educación Física para ser preparador físico. Empecé a entrenar en el Colegio Monseñor Arias Blanco, donde me tocó ser entrenador, preparador físico, ayudante, utilero. Tenía gusto por la dirección.
Dirigí a la selección estatal en dos categorías y también formé parte del cuerpo técnico de Juan Domingo Tolisano en el Táchira, trabajando en las categorías menores. También estuve en Líbano gestionando con Louey Salah y luego acompañé a Tolisano en Mineros. Volvemos al Táchira, ayudando al equipo de Primera División y haciéndonos cargo de las menores.
–¿Cómo fue esa separación del cuerpo técnico del Tolisano para empezar a dirigir en Primera División?
-Cuando salimos campeones con el Táchira en 2021, Juan (Tolisano) se fue a Chile y se quedó como coordinador de categorías menores en el Táchira, hasta que llegó a dirigir (Álex) Pallarés, quien trajo su propio coordinador de categorías menores. Aproveché que iba a Brasil para seguir preparándome, hasta la posibilidad de ir al Deportivo Lara para ser coordinador de las categorías menores. Yo estaba allí y cuando no había opciones ni dinero tras el paso de muchos técnicos, el presidente me pidió que dirigiera. Le pedí que se hiciera cargo del entrenador del filial por respeto a su jerarquía, pero insistió en que fuera yo y ese fue mi debut como entrenador profesional.
–¿Cómo te gusta que jueguen tus equipos?
-Hay tres momentos cruciales que quiero que gestionen mis equipos: primero, la organización defensiva, primero defendiendo y luego atacando; segundo, la gestación del juego, con la decisión asertiva de ver el momento adecuado para jugar el último cuarto de campo y el tercero, que en el último cuarto de campo tengan la libertad de decisión y rematar las acciones del juego.
–¿Tiene alguna influencia nacional o internacional en sus conceptos?
-Leí mucho sobre lo que hacían (Carlo) Ancelotti y (Carlos) Bianchi en ese momento, pero me enfoqué en la simplicidad de las ideas y la información para darle al jugador sobre el juego. Agradezco y agradezco la oportunidad que me dio Daniel Farías de ser auxiliar de campo cuando estaba en el Táchira y la oportunidad que me dio Juan Domingo (Tolisano) de seguir creciendo y aprendiendo en esta carrera.
–¿Te adaptas a tus jugadores o los adaptas a tus ideas?
-En Primera me tuve que adaptar porque en ambas experiencias llegué con una lista estructurada pero gracias a Dios son jugadores que no están lejos de la realidad que quiero y en Portugal me adapté rápido a los jugadores que debo ser. capaz de darle un buen trato con el balón.
–¿Cree que el futbolista venezolano tiene deficiencias en los entrenamientos?
-Tenemos que trabajar más en la base. Mucho más, lograr que nuestros jugadores, cuando lleguen a la etapa profesional, puedan competir en el control – pase, en el control orientado, en la velocidad y en la calidad de la ejecución del juego; acercarse a jugadores europeos, brasileños y argentinos. En Venezuela estamos por encima del tiempo promedio de un pasaje entre el punto a y el punto b. Aquí hay que mirar, para mejorar, pero debe ir acompañado de buenas canchas, de entrenadores que piensen más en entrenar que en ganar, mejor preparados. Tenemos la calidad y la capacidad para competir, pero debemos exigir el máximo a los jugadores.
–¿Qué jugadores le han impresionado en su corta carrera como entrenador?
-Me gustó mucho la forma de jugar a tres jugadores, producto del trabajo diario. La actuación de Bernaldo Manzano, Rubén Rojas y Yonnathan Yústiz. Me impresionaron con la forma en que trabajan y juegan y se entregan al equipo. En los pocos partidos que tengo como entrenador han cumplido las expectativas de lo que les pido durante el partido.
–Con la llegada de los entrenadores argentinos a las selecciones, ¿cree que se cuestionan las capacidades de nuestro equipo para lograr los objetivos?
-Tenemos entrenadores muy preparados. Nuestra referencia es César Farías, Rafael Dudamel, Richard Paéz. Son técnicos con habilidades y conocimientos que han liderado en el exterior y ganado cosas importantes. Aquí, Noel Sanvicente, Jhonny Ferreira, Daniel Farías, José María Morr, todos tienen la capacidad de tomar cualquiera de nuestros equipos y liderar un equipo en el exterior para competir por resultados y objetivos.
–¿Para qué es este portugués?
-El portugués lucirá cada día mejor. Tenemos un talentoso grupo de amigos. Equipos donde hay amigos dentro y fuera del campo, y talento de paso, es muy difícil de batir. Sí, estamos aquí para competir. Estamos aquí para luchar, para estar ilusionados, con los pies en la tierra, sabiendo que no hemos ganado nada. Tenemos que seguir en esta racha.
Es Chucho Ortiz, tan sencillo cuando contesta como cuando se dirige a sus futbolistas. En el campo, sus equipos lucen complejamente preparados, pero su sencillez a la hora de trabajar y transmitir sus formas, demuestra que esto no se puede obtener sacando la hipotenusa de la raíz cuadrada. En el eje Acarigua – Araure están fascinados con él.