Los vecinos de la calle San Miguel de Carrubano enfrentan una crisis de salud pública debido a las aguas residuales que fluyen frente al cementerio público.
Debido a las aguas residuales que fluyen por la calle, se ha creado un ambiente que causa problemas de salud. Los vecinos dicen que los mosquitos están aumentando y que el hedor dificulta la vida diaria.
“Vivir en estas condiciones es inaceptable. Cuando almorzamos, el hedor por la tarde es insoportable y tememos por nuestra salud”, comentó María Pérez, una residente afectada.
Las aguas residuales también se mezclan con los desechos de los cementerios y causan problemas de salud. Esta combinación forma el epicentro de la enfermedad y preocupa seriamente a los ciudadanos.
Esta comunidad, compuesta en su mayoría por personas mayores, exige la atención de instituciones competentes, sobre todo ahora que hay muchas infecciones respiratorias.
Estos abuelos están a merced de esta especie por enfermedades, y hay días que no pueden estar fuera de sus viviendas debido a la cantidad de circulación de agua.
El cementerio empeora la situación
La proximidad de un cementerio público empeora la situación y el mal estado del cementerio convierte la zona en una fuente de contaminación y peligro para la salud.
El cementerio es otro caldo de cultivo para mosquitos y bichos, procedente de la recogida de residuos, aunque “muy mejorado” no está al cien por cien.
Al fondo de este cementerio o cementerio antiguo, todavía se puede ver la basura, ataúdes viejos y maleza amontonada por sus labores de limpieza.
“Es una falta de respeto a nuestros muertos y a nosotros los que estamos vivos”, dijo Juan Rodríguez, otro vecino de la zona.
No hay respuesta en la calle San Miguel
La ciudadanía ha solicitado reiteradamente a las autoridades municipales que tomen medidas inmediatas, pero no se ha recibido una respuesta satisfactoria.
“Hemos enviado cartas, hemos llamado, hemos visitado personalmente la alcaldía, pero no hemos visto ninguna acción concreta para solucionarlo”, dijo Ana González.
Después de más de cinco meses de espera por una respuesta real a la situación, “puros trapitos de agua tibia” aparecieron “descubiertos” y nuevamente dos días después, dijeron los vecinos.
La comunidad solicita la intervención inmediata de saneamiento para limpiar y reparar las tuberías defectuosas que causan este problema.
Además, piden un estudio para prevenir futuras incidencias: “Necesitamos una solución concreta, no sólo un parche temporal, como cada cierto tiempo revelan, sino que vuelve”, enfatizó González.
Los vecinos entienden que el municipio carece de la maquinaria necesaria para realizar las tareas a tiempo, pero piden menos burocracia y más agilidad en las respuestas.
La exigencia de una acción inmediata por parte de los entes locales y regionales es urgente. “No podemos vivir así. Necesitamos una solución”, concluyó Pérez.