Estudios como la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) y los realizados por el Centro de Investigaciones Populares “Alejandro Moreno” (CIP), han registrado un proceso que viene desde hace algún tiempo: la pérdida de apoyo al gobierno en la parte de las bases sociales. Y también documentaron cómo reaccionaron estas comunidades ante el intento de penetrar su forma de vida con las organizaciones de lo que concebían como el Estado comunal.
Los estudios del CIP observan que las estructuras comunales son implementadas desde afuera, por el poder, como fórmula para estructurar un mecanismo que garantice el alineamiento con las políticas oficiales.
Mecanismos como los Comités Locales de Producción y Producción (CLAP) penetraron en los sectores populares más por necesidad que por compromiso ideológico. Las comunidades coexisten con estos mecanismos pero no se sienten parte de esas estructuras impuestas.
Los integrantes de estas estructuras (los líderes de calle, los dirigentes del municipio o la UBCH) son más militantes del PSUV que representantes de la comunidad. Básicamente lo que hacen es promover la doctrina chavista y pedir lealtad a cambio de dádivas. Es decir, la mayoría no son líderes comunitarios, sino funcionarios que cumplen una misión política, indican estos estudios.
un descanso
La ruptura con las estructuras comunales impuestas por el chavismo desde el inicio de la revolución se produjo cuando los sectores populares, obreros y sindicales comenzaron a protestar masivamente contra las malas condiciones de vida, la vulneración de sus derechos más fundamentales y el intento de quebrantar sus derechos tradicionales. organizaciones, sindicatos, sindicatos y organizaciones civiles.
El proceso ha alcanzado un mayor nivel político por parte de estos sectores a partir de las elecciones primarias del 31 de octubre de 2023 y una mayor conciencia con las elecciones presidenciales del 28 de junio.
El protagonismo de las luchas por el cambio político en el país y el retorno a un sistema democrático de libertad ha pasado en los últimos años de la clase media a los sectores populares.
En la primera etapa, estos sectores de menores ingresos protestaron por demandas básicas como malas condiciones de vida, bajos salarios y derechos laborales. Las protestas han escalado en defensa de las libertades individuales, los derechos humanos y políticos tras constatar que los pacientes del país responden más al modelo implementado por el chavismo que a otros factores como las sanciones internacionales.
La corrupción, las nacionalizaciones y los controles económicos han jugado un papel fundamental en la crisis que se profundiza desde 2012, a lo que se suman los procesos anticorrupción llevados a cabo por el mismo gobierno que involucran a altos funcionarios y asociados y el fortalecimiento del crimen organizado.
Importantes líderes sindicales y sociales que alguna vez apoyaron al chavismo terminaron encarcelados y procesados por traición en los tribunales. Este conflicto generó la huida -o reacción- de gran parte de sus bases sociales y también de activistas que en algún momento formaron parte de la estructura comunal. La diáspora de cerca de 7 millones de venezolanos en otros países también fue parte de la respuesta de quienes buscan un cambio de vida.
Si investigamos a los detenidos por las protestas ocurridas por el reconocimiento extraoficial de la victoria de la oposición en las elecciones del 28-J, encontramos que la mayoría proviene de los sectores populares, no sólo de Caracas sino de todas las regiones del país.
Otro hecho importante es la persecución a testigos y miembros de las mesas electorales. La mayoría participó y defendió el derecho al voto, aunque eran conscientes de que al gobierno le resultaría difícil aceptar la derrota.
La estructura de los testigos de la mesa se organizó con el apoyo de los partidos políticos de oposición y organizaciones, pero junto con la iniciativa de voluntarios de las comunidades. Lo hicieron a pesar de las limitaciones, obstáculos y amenazas que recibieron de sectores del partido gobernante.
Desde el 29 de julio las principales manifestaciones que se han registrado en el país han sido en los sectores populares y allí se ha concentrado la represión.
Radicalización y estado comunal
En medio de la discusión aún viva sobre los resultados de las elecciones, el gobierno avanza en la imposición de su modelo. El proyecto de Estado comunal, que se concibió desde el periodo de Hugo Chávez, ha sido modificado y hoy se desarrolla en gran medida en el Plan Patria 2025-2031 como camino del gobierno de Nicolás Maduro a partir del próximo 10 de enero.
El proyecto de Ley Municipal fue rechazado en 2007 en el referéndum constitucional convocado por Chávez. Sin embargo, en los años siguientes se estableció mediante leyes y decretos orgánicos.
El profesor Juan Domingo Alfonzo Paradisi, profesor de Derecho Administrativo de la UCV y la UCAB, explica que el Proyecto de Ley Municipal presentado a consulta en marzo de 2021 por la Asamblea Nacional “es el nuevo paso en la construcción del Estado Comunal paralelo al Estado constitucional “.
Alfonzo Paradisi sostiene que las leyes del poder popular, incluido el proyecto de Ley Orgánica de Ciudades Comunales, violan la Constitución vigente ya que establecen un Estado paralelo distinto al constitucional y transgreden sus principios y valores.
“El proyecto de ciudad municipal constituye una nueva pieza en el andamiaje de la construcción de un Estado paralelo al previsto en la actual Constitución de 1999”, dice el académico en un documento en el que analiza el proyecto de ley de la ciudad. presentado en 2021.
“Se trata de la amenaza a las instituciones y estructuras constitucionales previstas en la Constitución de 1999 por el modelo de Estado comunal y que puede calificarse de fraude constitucional, deconstitucionalización o perversión constitucional, en el sentido de permitir la supervivencia de una estructura constitucional que es paulatina y progresivamente sustituido por otro hasta quedar vacío de contenido o desvirtuado”, detalla.
Señala en el documento que “se trata de infiltrarse o penetrar en las estructuras constitucionales e institucionales, reemplazando su esencia y cambiándola por otra”. Se señala la centralización de recursos financieros, la reducción de ingresos a los municipios y los estados para otorgarlos a los consejos comunales y las organizaciones básicas del poder popular.
Otro especialista en derecho constitucional. El abogado Allan Brewer Carías explica que estas leyes para la formación del Estado comunal tienen al “municipio” como célula fundamental de la formación del Estado, suplantando inconstitucionalmente al Municipio en su calidad de unidad política primaria de la organización nacional (Artículo 168 de la Constitución). A través de las nuevas estructuras, el “poder popular” se ejerce directamente y no a través de representantes. Se trata, por tanto, de un sistema político estatal en el que se ignora la democracia representativa.
El especialista indica que el sistema que se pretende implementar, controlado por el Poder Ejecutivo, lejos de ser una herramienta descentralizada, es un sistema de estricto control de las comunidades por parte del poder central.
Un poder popular contra
Una de las últimas reformas en la Ley Orgánica del Poder Municipal, realizada en junio de 2024, incorporó el nuevo artículo 19 que hace referencia al sistema electoral, el cual también aspiran a modificar. Se estipula que “el sistema de agregación comunal tendrá un organismo constituido permanentemente y elegido por los ciudadanos del territorio al que corresponden, el cual asumirá la dirección de los procesos electorales de dicho organismo sin perjuicio de las atribuciones del Consejo Nacional Electoral”. Concejo”.
Este cambio podría contrarrestar la experiencia negativa que sufrió el madurismo en el proceso electoral del pasado 28 de junio cuando perdió el control de gran parte de los testigos y miembros de la mesa electoral.
Entre las acciones estratégicas del Plan Patria, está diseñado para “establecer los Consejos Comunales como células básicas del Nuevo Sistema de Estado y Agregación Popular Territorial”. Se refuerza la figura de los Consejos de la Comunidad como una instancia de máxima importancia estratégica en la formación del tejido organizativo popular.
El Gran Congreso del Bloque Histórico realizado por el gobierno de Nicolás Maduro del 14 al 16 de noviembre, con asambleas en todo el país, ratificó la intención definitiva de implementar el Estado comunal socialista. La Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, supo que “el pueblo está llamado a construir la transformación del nuevo Estado comunal y popular del socialismo bolivariano”.
La estrategia de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder por otros seis años ha estado acompañada de amenazas de portavoces de ejercer un control directo sobre los procesos electorales desde los municipios a través de un nuevo sistema que llaman “democracia directa”.
Pero la implementación del Estado comunal se topa con el descontento y el rechazo del sector popular, no como fuerza política organizada, sino como principal fuerza de contención de su forma de vida al proyecto estratégico que el grupo en el poder aspira implementar. .