El chavismo podría disfrutar de mejores relaciones con Estados Unidos una vez que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo el 20 de enero. La posibilidad suena como un soplo de aire fresco para Nicolás Maduro.
Caracas. Donald republicano Trump regresará a la Casa Blanca el 20 de enero para un segundo mandato de cuatro años al frente del “imperio americano”, como le gusta llamar al chavismo a Estados Unidos, y su regreso a la más alta esfera del poder podría ser una buena noticia para el gobernador venezolano Nicolás Maduro.
Todo porque con el mundo en llamas y la economía estadounidense cayendo, El magnate rubio tiene tareas más importantes que atender que prestar atención a la crisis arraigada en Venezuela, que en su día intentó solucionar sin éxito.
En Venezuela, Maduro ya lanzó mensajes conciliadores hacia Trump, quien en 2019 se hizo cargo de la coalición de países que apoyan al llamado “gobierno interino” de Juan Guaidó, la mayor amenaza que ha sufrido el régimen de Maduro en más de 10 años. . .
“Este es un nuevo comienzo para apostamos por ganar-ganar y las cosas van bien para Estados Unidos, las cosas van bien para Venezuela, y todavía estamos defendiendo que las cosas van bien para América Latina y el Caribe”, dijo Maduro en referencia a la victoria electoral de Trump y en un intento de resolver duramente puntos con la nueva administración republicana.
Con este panorama, analizamos tres razones por las que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría significar un soplo de aire fresco en el ámbito internacional para Maduro:
1- El contexto internacional violento
El mundo arde por los cuatro lados. y el nuevo ocupante de la Casa Blanca querrá poner fin a las guerras en Ucrania y Palestina, dos de los escenarios bélicos más urgentes, afirmó. Crónica uno el consultor político Pablo Quintero.
“Intentará centrar todas sus energías y toda su estrategia política Detener el conflicto en Ucrania mediante el diálogo. con Vladimir Putin directamente”, dijo Quintero, antes de señalar que en estos momentos Venezuela está “en el tercer o cuarto lugar” en el orden de prioridades de Trump.
En este sentido, el presidente de Estados Unidos podría simplemente dejar que Maduro lo haga, siempre y cuando cumpla con un mínimo, como las elecciones o la liberación de presos políticos.
“Además, Trump ve que hay petroleras norteamericanas que trabajan en Venezuela, como Chevron”, añadió Quintero para indicar que el nuevo presidente norteamericano no quiere impedir los negocios de las empresas en su país.
Esto último, afirmó el experto, tiene que ver con el “pragmatismo político” de Trump y su necesidad de dar un nuevo impulso a la economía estadounidense, que no pasa por su mejor momento.
“Lo que se puede esperar desde un punto de vista económico es Evaluar posibilidades de renegociar la emisión de licencias con Venezuela y, por supuesto, todo esto estará coordinado con las decisiones que se tomen (al mismo nivel) con Irán y Rusia”, afirmó Quintero.
2- Un acuerdo para frenar la migración venezolana
Durante su audaz campaña – varias veces estuvo a punto de perder la vida – el político de 78 años atacó duramente a la migración venezolana, comunidad a la que responsabilizó de crímenes violentos en Estados Unidos.
Además, Prometió poner “orden en la frontera”, donde reinó el caos en el pico de la ola migratoria que utilizó la selva del Darién como corredor para ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Pero incluso si las promesas de Trump de deportaciones masivas parecen más bien un cebo para sus partidarios más radicales, es cierto que el republicano planea deportar a muchos ilegales. Y la mayoría de ellos serán venezolanos.
“El problema de la migración (venezolana) es algo que sólo se puede resolver en coordinación con el gobierno de Maduro. Para eso se necesita un acuerdo”, afirmó Quintero al respecto.
Para Trump será complicado deportar a venezolanos a un tercer país tras acusarlos de delincuentes. Tampoco puede enviarlos a Venezuela, donde a falta de acuerdo los planes de Estados Unidos no pueden entrar.
Por eso el analista prevé un escenario en el que Estados Unidos y Venezuela normalizarán sus relaciones bajo un esquema de mínimos, lo que no implica, a la primera oportunidad, que se reabran las embajadas.
Según cifras de la ONU, al menos siete millones de venezolanos han huido de la crisis de su país en los últimos años. De ellos, casi 600.000 residen en Estados Unidos, muy ilegal, según cifras independientes.
3- Atacar a Maduro, una opción que no le funcionó a Trump
En 2019, Trump apoyó al “interino” de Juan Guaidó, una gran ventaja en el ala con la que el gobierno de Maduro pudo volar. Pero esta vez las cosas podrían ser diferentes entre los dos líderes.
“Lo veo viable” Quintero dijo sobre la posibilidad de una negociación entre el propio Trump y Maduro.
“Aunque castiga severamente al comunismo, se sentó con el líder de Corea del Norte (…) y se caracterizó como un hombre de negociación, es excesivamente pragmático”, añadió.
Además, Trump no estaría dispuesto a repetir el fracaso de la “opción Guaidó”, que no ofreció resultados políticos tangibles y luego le costó mucho dinero a Estados Unidos.
“Y creo que Venezuela también está hoy en una posición de poder, donde vemos que algunos países han reconocido a Maduro como presidente, incluida Rusia. No tenemos un mapa como en 2019, cuando Venezuela estaba económicamente colgada y aislada por la falta de reconocimiento internacional”, explicó Quintero.
En este sentido, el experto consideró que la experiencia fallida con Guaidó también juega en contra de la oposición mayoritaria en Venezuela, que según él ganó las elecciones presidenciales del 28 de julio con casi 7 de 10 votos y que, según algunos informes, Se podría valorar la creación de un gobierno en el exilio.
“Me parece que la comunidad internacional deja en paz a María Corina Machado, precisamente por la estrategia de consolidar un gobierno en el exilio no tiene resultados prácticos Al final, porque en el fondo no tiene ningún poder”, afirmó.
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