La ciudad de Mérida, salpicada de cientos de casas en ruinas, ve cada día uno o dos cachorros de perro y gato deambulando por las calles sin rumbo y sin hogar.
El abandono y la pobreza impiden que los pequeños bebés de cuatro patas encuentren un hogar o un padrino que los acoja o los adopte. El aumento de animales abandonados no se debe sólo a las fundaciones y redes de dos o tres protectoras, sino también a cientos de gatos y perros en la calle que necesitan atención.
Las casas abandonadas son refugios para animales.
Para la proteccionista Marcela Castro, se trata de una crisis sin precedentes que se está ignorando. Actualmente, su fundación Huellitas de Esperanza tiene a su cuidado 14 gatos de todos los tamaños y edades; Abandonado en el centro de Mérida.
Asimismo, alimentan a más de 30 gatos que viven desde hace años en una casa completamente abandonada, lo que permitió a ciudadanos irresponsables dejar atrás a los peludos. Situada en la zona norte de la ciudad, la casa es vigilada periódicamente por fundaciones y vecinos que denuncian que cada semana se abandonan entre 5 y 15 animales.
Por ello, han exigido que los dueños de la casa se hagan responsables de proteger a los peludos que allí habitan y que sean esterilizados y dados en adopción. Además, necesitan cubrir completamente la casa para evitar un mayor abandono. Aunque la casa está bajo la supervisión de una empresa inmobiliaria, no se recibió respuesta de los propietarios ni de los representantes legales.
Estos hogares abandonados por migrantes necesitan atención gubernamental y seguimiento permanente para reducir el abandono de cachorros y adultos en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, hay una jauría resguardada en la Biblioteca Bolivariana de Mérida, donde hay aproximadamente 10 o 12 gatos, algunos salvajes y otros amigables, que no pueden ser esterilizados y, por lo tanto, necesitan atención urgente. Funcionarios municipales.
Cría descontrolada: consecuencias del abandono animal en Mérida
El abandono en Mérida se extiende desde sus ciudadanos, que no esterilizan a sus mascotas y buscan soluciones rápidas e irresponsables para deshacerse de los niños, y llega a los gobernantes que mantienen pequeños programas de esterilización remunerada de animales domésticos. Enfoque social.
No existen refugios que estén regulados en la Ley de Protección de Animales Domésticos y dependan de todas las alcaldías del país. Hasta el momento no existen alojamientos de este tipo en todo el estado Mérida, salvo los pocos que Misión Nevado puede ofrecer. Sin embargo, los esfuerzos no son suficientes para la cantidad de animales en la calle. Por ello, piden a los alcaldes del estado Mérida incrementar medidas para la protección de la fauna doméstica, libre y cautiva.
Tomar represalias contra quien advierta de un aumento del abandono escolar
Las fundaciones Ama Mérida, Huellitas de Esperanza y Animales Sin Voz (ASV) plantearon una situación crítica en viviendas abandonadas en el centro de la ciudad. Dicen que más de 50 animales peludos, en su mayoría gatos, están sin hogar y cruelmente descuidados por las autoridades locales.
A partir de esta denuncia realizada en los medios, la unidad de seguridad de la alcaldía del municipio Libertador realizó dos vacunas gratuitas para gatos callejeros de la Fundación Huellitas de Esperanza. En un mensaje a su coordinadora, Marcela Castro, dijeron que los casos abandonados en la ciudad son de su “exclusiva responsabilidad”, pero que las labores de rescate y protección deben realizarse en colaboración con organizaciones protectoras de animales, en las que no cuentan con presupuesto para la atención. cuidado permanente de los animales.
En su cuenta de Instagram, la fundación publicó uno de los mensajes recibidos. Con una o dos esterilizaciones al mes, la unidad está a la espera de “liquidar los casos poco a poco”, se lee. Sin embargo, la cría incontrolada de animales peludos requiere medidas más urgentes.
Ante esta situación, las empresas piden el apoyo de la ciudadanía para costear las esterilizaciones de animales. Además de adoptar responsablemente peludos de la calle.