El candidato por el partido Soluciones para Venezuela, el profesor Claudio Fermín, asegura que jamás he formado parte o ha respaldado acciones de los extremos políticos que hoy convergen en el país. Asegura que tiene plena convicción de que la conciencia ciudadana será la única que velará por los votos en las elecciones del 28 de julio, más allá de los testigos o partidos.
Caracas. Con 74 años y dos candidaturas presidenciales en la espalda, el profesor Claudio Fermín, sociólogo y candidato a las elecciones del 28 de julio por el partido Soluciones para Venezuela, asume su tercera postulación a la silla de Miraflores con una propuesta de integración en las manos y “absoluta confianza en el sistema electoral” y en que, con o sin testigos, la “conciencia electoral” de los ciudadanos será garante del proceso.
Ir a una elección pensando que usted es el único en esto y que todos los demás son unos delincuentes es una aberración, es una enfermedad. Yo tengo absoluta confianza en el sistema electoral y en los testigos de mesa. Y nosotros andamos proponiendo una salida distinta que estoy seguro de que el país tiene tiempo para considerar y que yo le pido, con respeto, al país que cambie de opinión”, sentenció en entrevista a Crónica.Uno
Fermín no olvida a los adultos mayores en sus propuestas. Habla con propiedad tanto de ese tema como de los daños que, a su juicio, el chavismo ha hecho al país. Y que él ha intentado combatir durante los últimos 25 años desde una postura, dice, alejada de la “oposición extremista”, a la que acusa de promover golpes de Estado, abstencionismo y hechos violentos.
Al sostener que nunca ha sido parte de los extremos polarizados que hoy concentran la mayor intención de voto, expone su oferta como una capaz de generar un cambio en el país que sirva para la reconciliación.
“Esta es una candidatura que va creciendo en su perfil, creciendo en su claridad. Queremos que el país tenga una alternativa diferente a los dos planteamientos segregacionistas, a los dos planteamientos excluyentes. No estamos de acuerdo con esos modelos que se están planteando y esa es nuestra razón de ser, ofrecer otra alternativa”, afirmó.
Haciendo uso de su pedagogía como docente universitario, Fermín insiste en que es hora de que el país “tome conciencia”. Llama a la ciudadanía a ejercer “un voto de calidad” que no siga “chantajes” ni “manipulaciones”.
Por el entendimiento
—¿Cuáles son los atributos que cree tener y que lo califican para ser presidente de Venezuela?
—Yo prefiero ubicar mi respuesta en una posición política. Yo he sido, con convicción, y lo sigo siendo, un promotor del entendimiento, un promotor de los acuerdos, un impulsor del interés nacional como centro de convergencia. (Espero) que los asuntos de interés nacional puedan generar sinergia, que podamos remar todos en ese sentido.
El modelo de confrontación, el modelo de conflicto, es un modelo que no solo contamina la atmósfera de conflictividad, sino que genera inseguridad, genera desconfianza y genera incertidumbre.
Entonces, más que un atributo personal es una propuesta que yo respaldo y, por eso, he propuesto un gobierno de integración. ¿Qué llamo yo un gobierno de integración? Un gobierno en el que los factores de la producción formen parte de las decisiones públicas. El factor del capital, el que compra los equipos, el que paga la nómina, el que arriesga, el que produce los bienes, el que paga los impuestos. El factor de las inversiones(…) Sin esos factores de la vida nacional formando parte de la toma de decisiones no habrá reactivación de la economía.
El interés nacional tiene que ser atendido por un gobierno de integración. De tal manera que, más que una cualidad o atributo personal, es una concepción política distinta a la concepción de que lo más importante es acabar con el contrario, es exterminar al contrario.
Estos dos extremos que vienen polarizando la política. Unos se han equivocado con lo de los presos políticos, el cierre de emisoras, las expropiaciones, las confiscaciones, la persecución. Los otros han terminado de hundir al país con sus intentos de magnicidio, golpes de Estado, injerencia extranjera, presidencia interina, llamados a la abstención.
Yo quiero un cambio, yo trabajo por el cambio. Pero yo no quiero el cambio a costa de la ruina de mi país. Hay otros a los que no les importa recibir un país en ruina, con tal de que eso contribuye al cambio político. Entonces la presencia de mi candidatura es el aporte serio de una posición política.
—Usted habla de entendimiento e integración, pero ¿en qué se diferencia su propuesta de la de los otros siete candidatos dentro de la llamada tercera vía que promueven también estos criterios?
—La campaña es muy fugaz y aquellos que no estamos en los polos extremos no somos tan llamativos. Porque el discurso de “no volverán” o “los meteré presos a todos”, o “los aplastaré” son discursos que son narrativas que tienen mucho colorido, que son muy llamativas. Son narrativas infames que le hacen daño al país, pero muy atractivas. Que inflaman el espíritu y, además, son muy noticiosas. Entonces, frente a ese atractivo de narrativa, los otros, que estamos planteando cosas tan absolutamente reales como reclamar que haya agua todos los días, que haya dinero para construir acueducto, que haya educación (…) frente a eso no ha sido tan atractivo lo que hemos planteado nosotros en el careo político.
No conozco bien los asuntos de otros candidatos, pero por supuesto que hay algunas diferencias. Nosotros, por ejemplo, en mi candidatura, no solamente planteamos un modelo de reactivación de la economía, un gobierno que acabe con el modelo de confrontación, uno que sea un modelo de integración, una gerencia pública que le dé prioridad a las necesidades.
Nosotros creemos necesario y fundamental que el gobierno sea la materialización de políticas venezolanas, soberanas.
Mi candidatura tiene un marcado énfasis en ese aspecto. En favor de la soberanía, pero no solo la soberanía política, sino de la soberanía económica que es indisoluble de la soberanía política. Entonces tengo diferencias en cuanto a la orientación del gasto con otros candidatos. En cuanto a la dolarización. Tengo diferencia en cuanto a las relaciones internacionales, pero todas esas diferencias se pueden subsanar a través de la política. La política es debate, la política es alianza. Y por qué un venezolano va a tener a menos sentarse con otros venezolanos que piensan distinto y tratar de llegar a acuerdos.
Mi concepto de soberanía, mi concepto de integración, mi concepto de orientación y respaldo a los sectores más vulnerables le dan un perfil propio a esta candidatura.
La propuesta
—¿Podría sintetizar las principales propuestas de su plan de gobierno?
—En primer lugar, constituir un movimiento de integración. Un gobierno de integración es una señal de confianza al mundo de que los venezolanos estamos unidos en torno al interés nacional.
Una segunda propuesta es la reforma del Estado, el nudo de la economía, el corazón de la economía. Los recursos son escasos, si los recursos fuesen abundantes no habría problema económico. El problema económico y, permítanme sintetizarlo apretadamente de esa manera, viene de la escasez de los recursos y como los recursos siempre son escasos.
Todos los recursos tienen que orientarse de manera racional hacia las necesidades más importantes. Eso no está ocurriendo. Por tanto, una reforma del Estado que reoriente los recursos hacia los sectores más necesitados es fundamental (…). Los impuestos que los venezolanos paguen deben orientarse al servicio público. Tienen que dedicarse a la salud, a la educación, al abastecimiento de agua, a las infraestructuras para que haya distribución eléctrica apropiada, distribución de gas doméstico. De tal manera que reorientar el aparato del Estado hacia los servicios y hacia los servicios prioritarios es un segundo objetivo.
Un tercer objetivo importante del gobierno tienen que ser los sectores vulnerables. Como antes dije, el Estado tiene que impulsar y apalancar a los sectores que están más hundidos en la pobreza a que reanimen su condición productiva y su bienestar familiar. El Estado tiene que empujar a la equidad, a la igualdad. El Estado no puede estar indiferente frente a este grave drama de la desigualdad.
Estos son puntos fundamentales en nuestro esquema de gobierno. Ahora, cuando digo reorientar el gasto, me estoy refiriendo, por supuesto, a darle prioridad a la salud (…). Consultorios pediátricos en todas las parroquias, consultorios geriátricos en todas las parroquias. Dotación y equipamiento de todos los centros, de hospitales con formación de un banco de prótesis, la verdadera gratuidad de la salud que en Venezuela se acabó.
La reorientación a la inversión en salud, en educación, en protección del ambiente, en seguridad personal, en infraestructura, han de ser los objetivos del Estado.
Entonces, cómo combatir la pobreza, cambiando el modelo económico. Lo que significa construir una nueva arquitectura de confianza y de respeto a las inversiones y al factor trabajo y al factor tecnología. Un primer gran objetivo reorientar el gasto público para que los servicios sean servicios de calidad la educación.
—¿Cuáles son sus propuestas para las mujeres y para la población LGBTI?
—La democracia implica convivencia. Nosotros protestamos la segregación. Segregar a grupos humanos por su origen político, por su orientación sexual, por su lugar de nacimiento, por su etnia, por su raza. Segregar grupos sociales por su edad, como ocurre con los viejos en Venezuela, es un crimen.
Nosotros estamos en contra de la segregación y estos discursos extremos y estas conductas extremistas son conductas segregacionistas. Son planteamientos excluyentes de otros sectores. Así que nuestra primera oferta a todos estos grupos, particularmente a las mujeres y a las personas con orientación sexual diversa, es primero sostener una conducta democrática seria. Es decir, una conducta de inclusión, una conducta de equidad, una conducta de igualdad ante la ley. Eso lo resuelve todo: la igualdad ante la ley y la equidad, la justicia.
La democracia es el respeto a la minoría. La democracia es la oferta de igualdad de oportunidades para todos, seas mujer, negro, extranjero, viejo, igualdad de oportunidades para todos.
La tercera, ¿la vencida?
—Usted ha sido candidato presidencial en dos ocasiones anteriores, y en esta que es su tercera candidatura, ¿qué está haciendo para lograr resultados distintos a las derrotas que vivió en el pasado?
—La primera fue en 1993. Yo venía de estar de alcalde de Caracas, en una gestión que le dedicó atención prioritaria a las barreras de Caracas, a la quebrada, al cerro, a la marginalidad (…). Mi gestión fue dedicada fundamentalmente a las obras de los barrios, a las rutas populares, a las capillas funerarias en las parroquias, a la protección de los escolares con el transporte escolar gratuito, a la protección de los escolares con el texto, a las guarderías infantiles para proteger a la madre.
Toda esa gestión en la alcaldía fue un detonante de mi primera candidatura presidencial que estuvo muy marcada por la descentralización (…) Mi primera candidatura estuvo muy caracterizada por la defensa de la descentralización, de la renovación de los mecanismos institucionales del servicio público.
Luego, el año 2000, fue una candidatura sobrevenida, inesperada porque el presidente (Hugo) Chávez (1999-2013), una vez aprobada la nueva Constitución, inventó que había que legitimar los poderes.
Entonces, el presidente Chávez, que estaba en ejercicio, se postuló para la presidencia. Y se postuló de candidato de oposición, el comandante Francisco Arias (… ). Un grupo de venezolanos reaccionamos frente a eso. Y dijimos que no estábamos de acuerdo con que dos comandantes militares pretendieran secuestrar el debate político.
Es así como la primera candidatura tuvo como motivo fundamental la promoción de la descentralización, de la renovación de los procedimientos del estado del Estado centralista y en la segunda candidatura fue una defensa de la civilidad frente al militarismo.
Y esta candidatura, la actual, es una incursión, una emergencia de la Venezuela que quiere acuerdo, que quiere entendimiento frente a dos extremos que han ejercido la violencia en la retórica, en la práctica, que han copado y monopolizado el poder.
No declino
—¿Estaría dispuesto a declinar su candidatura en favor de un candidato mejor favorecido en la intención de voto?
—Yo no he presentado un protocolo de declinación. Yo he presentado una candidatura, entonces yo no entiendo a la gente que se cansa de luchar. Yo no entiendo a la gente que dice una cosa hoy, dice una cosa mañana.
He presentado una candidatura que tiene un planteamiento propio. Cuando hablo de gobierno de integración solo nosotros estamos planteando este modelo con todas las fuerzas productivas en el gabinete. Si hablo de un cambio para la reconciliación y no para la exclusión es propuesta nuestra. Cuando hablo de una reforma del Estado que cambie este disparate de 800 empresas del Estado, 42 ministerios, 25 direcciones en cada gobernación (…). Estamos presentando la reforma del Estado y nosotros estamos presentando un cambio que yo he llamado cambio para bien, para la reconciliación. No para la exclusión, y un cambio para gobernar, (…) Una administración dirigida a promover equidad, a promover justicia ocupándose en los sectores más vulnerables.
Mi candidatura tiene un cuerpo argumental. Además, esta es una candidatura que cree en la soberanía, en la autodeterminación.
Yo no puedo entenderme con quienes plantean la dolarización o con quienes plantean someterse a potencias extranjeras, pero además de ello esta candidatura ha venido recibiendo apoyos que la comprometen aún más.
Conciencia colectiva para cuidar votos
—¿Usted cree que su partido, con apenas cinco años de fundado, cuenta con la estructura necesaria, sumando a sus aliados, para poder cuidar sus votos?
—Yo creo que nuestras organizaciones, además de Soluciones para Venezuela, y de la conciencia colectiva, pueden cuidarlos. Porque los partidos políticos, todos: los pequeños, como el que yo represento y los de más vieja data sumados somos una proporción minoritaria ante el país independiente ante el país consciente, y ese país consciente va a estar representado en las mesas.
Eso de creer que que las elecciones se ganan si usted tiene quien le cuide los votos es prácticamente partir de la premisa de que todos los que están en la mesa son unos delincuentes, eso no es verdad. Primero el sistema electoral está auditado una y mil veces. No hay manera de que el voto de usted salga de una manera distinta. No existe manera, es inviolable el voto en las máquinas electorales.
Por supuesto, el ventajismo es el que hay que combatir en las mesas electorales, el mal uso del voto asistido y yo estoy seguro de que vamos a tener representación suficiente, pero además la representación va a ser múltiple”.
En una mesa cualquiera del estado Trujillo, del estado Guárico, del estado Sucre, donde algunos de los nueve candidatos no tengan un representante, los otros ocho sí lo tienen.
Quiero que el país vea que estos planteamientos de la presidencia interina, de la abstención, de la salida, de la guarimba, del bloqueo, del paro petrolero. Todos esos dirigentes que han estafado al país con su planteamiento siguen estando en la palestra, porque el país vota por ellos.
Jamás en los extremos
—¿Qué responde a quienes lo tildan de alacrán o de traidor y que dicen que su candidatura ayuda a dividir a la oposición y a que el Gobierno gane terreno en al contienda electoral?
—Yo tengo 25 años enfrentando al gobierno chavista y enfrentando su política económica. Enfrentando la conflictividad que promueve, enfrentando su poca voluntad para combatir la corrupción y evaluar la administración de los fondos públicos. Pero yo no he sido golpista ni soy tutelado por intereses extranjeros.
Hay otros que lo han enfrentado también tutelados por intereses extranjeros. Que obedecen a otros intereses que no son los de Venezuela, que han participado en golpes de Estado, que han desobedecido la Constitución, es decir, que han delinquido.
Desde este sector que yo llamo la oposición extrema ellos promovieron por una, dos y varias veces la abstención. Yo siempre promoví el voto. Nunca he formado parte de ese grupo que es promotor de la abstención. Y para usted dividir algo, usted tiene que formar parte de un todo y salir de ese todo para dividirlo. Yo nunca he formado parte.
Cómo puedo dividirlos si yo lo que he hecho es enfrentarlos promoviendo el voto y la participación. Yo nunca he sido títere ni tutelado por una potencia extranjera.
Soy un patriota, un nacionalista. Yo creo en los intereses de Venezuela, yo nunca he formado parte del entreguismo ni del sector tutelado, cómo puedo yo dividir algo de lo que no he formado parte.
Nunca he estado detrás de golpes de Estado, ni de acciones violentas como magnicidios, ni operación Gadeón, ni guarimbas, ni involucrado en tratar de generar violencia callejera para desestabilizar. ¿Cómo puedo ser divisionista?
Yo nunca participé ni siquiera en una reunión a lo largo de estos 25 años que estos dirigentes de este sector extremo conforma (…). Yo no he estado jamás, ni un día he sido convocado ni he tenido interés, porque no tenemos la misma visión de país.
Cambio para bien
—¿Cuál es el mensaje que daría a quienes aún creen en el chavismo como opción política y a los que apoyan al sector opositor que tilda de radical?
—Yo le yo le pregunto a aquellos que votaron por el presidente Chávez y que votaron por el presidente Nicolás Maduro, les invito a evaluar: ¿están ustedes de acuerdo con los apagones en todas partes? ¿Con el desabastecimiento de agua? ¿Están de acuerdo con la condición en que se encuentran los hospitales? ¿Con la Seguridad Social, con lo que usted va a tener como protección cuando sea anciano?
Igual le pregunto lo mismo a aquellos que se dejaron orientar por quienes promovieron esa cosa insólita del paro petrolero (…). A quienes estuvieron de acuerdo con dividir a las Fuerzas Armadas, o quienes le orientaron a usted que la salida tenía que ser mañana mismo. Que todo el mundo tenía que estar en la calle, o a quienes dijeron que las guarimbas eran buenas. Que había que promover violencia en las calles como mecanismo, o a quienes les dijeron que había un gobierno interino.
¿Fue todo eso verdad?
Desde mi candidatura estamos planteando un cambio para bien, un cambio para la integración, un cambio para la reconciliación, un cambio para que en el país funcionen los servicios públicos, un cambio para reactivar la economía, un cambio que lo hagamos entre todos, un cambio sin monopolio político.
Otros luchan por el cambio, pero estoy muy preocupado porque hay otros planteamientos de cambio que son cambios para la venganza, son cambios para la retaliación. Son el típico cambio del vengador, el que hace creer que se puede fundar un país enterrando a la mitad del país que no está de acuerdo con ellos.
Por eso yo creo mucho en esta campaña electoral y creo que es una buena oportunidad para predicar estas verdades. Para llamar la atención de nuestros compatriotas y para pedir que el voto sea un voto de calidad.
Lea nuestro especial de entrevistas:
Luis Eduardo Martínez: Armamos el frente opositor más poderoso para las presidenciales
Enrique Márquez: Yo hablo de pragmatismo para resolver los problemas
José Brito: “El mejor candidato es el que pueda garantizar que no habrá persecución”
Benjamín Rausseo: La gente necesita tener un menú de opciones para poder elegir al presidente
Antonio Ecarri: Soy de los pocos que son “inchantajeables” dentro de la oposición
Daniel Ceballos: Soy un camino intermedio entre dos minorías que hacen una gran bulla