El candidato presidencial por el partido Cambio, Javier Bertucci, trabaja en construir un liderazgo que, a mediano plazo, le permita conseguir la presidencia de Venezuela. Mientras tanto, muestra su propuesta con “valores cristianos” y pide a los opositores aliarse para defender los votos el 28 de julio
Caracas. “Mirar hacia arriba”, es el consejo que el candidato presidencial postulado por el partido demócrata cristiano El Cambio, Javier Bertucci, quiere darle a los venezolanos de todas las tendencias. Lo hace de cara a los comicios del 28 de julio en los que se medirá con el aspirante oficialista a la reelección, Nicolás Maduro, y con ocho candidatos opositores a los que invita a unirse por la defensa de los votos para garantizar el triunfo del antichavismo con mayor oportunidad.
Soy pragmático y eficiente en mi propuesta, quiero apoyar con mi organización de defensa al voto y le propongo a lo demás candidatos que construyamos entre todos una organización eficiente para defender el voto el 28 de julio y evitar cualquier tipo de iniciativa que trate de empañar el resultado de estas elecciones, el 28 de julio”, detalló en entrevista a Crónica.Uno.
El líder y fundador de El Evangelio Cambia se autodefine como “un pastor que hace política”. Asegura que trabaja en la construcción de un liderazgo que promueva la “recomposición social y cuyas bases se sustenten en el respaldo de la comunidad evangélica de Venezuela que, considera, podría garantizarle, a mediano plazo, unos cuatro millones de votos.
“Vengo construyendo una opción diferente. No va a ser de un día para otro. Mi base fundamental es la iglesia cristiana, especialmente la evangélica. Unas sesenta y pico mil iglesias en el país con sus pastores correspondientes”, señaló Bertucci.
Por los valores cristianos
—¿Cuáles son los atributos que cree tener y que lo califican para ser presidente de Venezuela?
—El atributo más importante que puedo tener para liberar a este país es mi amor por la gente, porque no es un amor con interés. Porque sí, me he hecho famoso por la sopa. Pero es que yo doy la sopa no para que la gente vaya a la iglesia, yo le doy la sopa a la gente, aunque no vaya a la iglesia. Yo le doy la sopa a la gente, aunque no sean cristianos, yo doy la sopa a la gente, aunque no vote por mí.
No puedo ver a la gente como votos. Yo no tengo esa capacidad y, gracias a Dios, que no la tengo (…) Yo lo hago es por amor. Respeto a la gente y siempre he dicho que tú haces lo que haces, no por lo que la gente es, sino por lo que tú eres. Eso es importante tenerlo como norte en mi vida. Por eso me siento capaz y con el atributo necesario para liderar a este país.
Y creo que, si yo llego a la presidencia, podríamos hacer que el dinero rinda, porque he levantado una gran organización con muy pocos recursos por una razón sencilla: rodearse de gente honesta.
—Usted quiere promover una transición con “valores cristianos”, ¿cómo incluiría en ese proceso a la gente que no sigue esos preceptos, considerando que Venezuela es un Estado laico?
—No estamos hablando de atacar, menospreciar, apartar o anular a ninguna minoría. Para mí ninguna minoría es objeto de un menosprecio, creo que todos debemos ser respetados, aunque estemos o no de acuerdo con otras formas de pensamiento.
Abiertamente yo he dicho que me opongo a ciertas leyes y a ciertas prácticas, mi posición como pastor así me lo me lo dicta, pero eso no quiere decir que como presidente yo iría contra esas minorías. Todo lo contrario, les he dicho en primer lugar que no soy homofóbico, nosotros y mi organización respetamos estas cosas, tanto que en mi congregación asisten personas con esas tendencias y se sientan en la silla y me oyen porque me limito a un mensaje que puede ayudar al individuo sin atacar sus tendencias o su ideología, para empezar. En segundo lugar, estoy totalmente en contra de la humillación, de la persecución y de generar vergüenza en el que no piensa como yo.
—¿Y la religión no podría ser un instrumento más de polarización en un país que vive entre los extremos?
—El asunto es que la política también lo hace, entonces si tú me das a escoger entre generar una sociedad polarizada en política, yo preferiría que fuese polarizada en religión.
Estamos hablando de ciertos valores diferentes de la polarización, sin entrar en radicalización.
Yo creo que el país ha sido radicalizado por los líderes que ha tenido. Tuvimos un presidente que era extremadamente radical en su propuesta socialista y hemos tenido líderes de oposición que han sido extremadamente radicales en sus propuestas de derecha. Y eso no nos ha llevado a ningún sitio. De manera que creo que si el liderazgo dirige a la sociedad hacia el rescate de los valores, no hablemos de un extremismo religioso, vamos a llamarlo una influencia de carácter religiosa con fines morales, creo que generaríamos una solidez a la familia, la solidaridad, el respeto de todos los individuos sin importar su ideología o tendencia sexual.
Me parece que sería una mejor sociedad la que tenga una influencia de alguien con carácter religioso que con la de alguien de carácter político extremo.
Cuestión de tiempo
—Usted plantea que su base más importante son las iglesias cristianas y hemos visto como Nicolás Maduro se ha acercado con planes a este sector haciendo uso de políticas públicas. ¿Qué opina del uso de estos recursos para ganar votos usando la religión?
—Ha sido una manipulación de carácter religioso para obtener un beneficio político y eso está muy claro. Ahora, quiero precisar que el 25 % del voto de este gobierno proviene de la iglesia, como consecuencia de un trabajo que hizo el presidente Chávez en su momento con la iglesia evangélica y todavía queda un grupo, digamos, agradecido.
Hay una fuerza clara en la iglesia. Organizados, convencidos y movilizados podemos ser unos cuatro millones de votos sólidos. Ese es el gran temor que puede tener hoy el Gobierno con Javier Bertucci.
No hemos logrado, aunque queda todavía campaña, pegarle o convencer o afectar una cantidad importante de esos electores del Gobierno o esos electores que se mantienen todavía en la abstención, pero que son de tendencia cristiana y asisten a la iglesia evangélica. Estamos en eso.
Yo le puedo llegar a mucha gente en muy poco tiempo (…) y el Gobierno es consciente de que si yo hubiese tenido cinco meses más en el 2018 tal vez lo hubiese liquidado (…) Pero yo creo que es cuestión de tiempo”.
—¿Y qué ha hecho esta vez para diferenciar su campaña de la de 2018, cuando compitió por primera vez por la presidencia y logró un poco más de un millón de votos?
—En esa ocasión estuve equivocado, porque mi base de votos no es el común de la población, mi base está en la iglesia que tenemos. En 2018 yo intenté ir por los que no eran cristianos evangélicos y convencerlos, pero es un error. Entendí que mi base principal está ahí y que luego de yo tener una base sólida, una base importante, podría movilizarme a convencer al resto de las personas.
Pero ya me aclaré, así que vamos, vamos hacia allá y no estoy tan seguro del 28 de julio de este año, pero van a oír muchísimo y podemos estar en en el centro en 2030, porque vamos a empezar un trabajo sistemático y sostenido con los pastores y con las iglesias, no porque hay campaña, sino porque creemos que tenemos que concientizarlos y convencerlos de que si somos una fuerza tenemos que actuar como tal.
Testigos garantizados
Siempre en tono neutro y cuidando su imagen y posición al hablar, el también diputado dice que su interés en esta elección, la segunda presidencial en la que compite, es procurar y trabajar en un cambio de gobierno.
Por eso propone conformar una comisión con representación de los nueve candidatos de oposición que garantice el 100 % de testigos del antichavismo en todas las mesas electorales dispuestas el próximo 28 de julio.
Vamos a ver cómo podemos hacer para, entre todos, cubrir estos centros de votación de manera que podamos defender el voto, aquí no puede haber egoísmo. Tenemos que defender los votos de todos los opositores (…) y yo sé que esa no es la posición del sector radical, pero no me importa”, señaló.
La aceptación de esta propuesta, cree Bertucci, es viable a partir de desempeño en el ámbito político, que califica de “limpio” y que ha desarrollado “sin menospreciar, sin ofender y sin humillar a nadie”.
—Entonces, ¿usted no está seguro de que este sea su momento para la presidencia de Venezuela?
— No, yo sigo construyendo fuerza (…) Mis votos no son endosables. No perdamos tiempo en eso. O sea, yo no quiero engañarme, que yo voy a declinar para nada, ni tú te vas a beneficiar de eso. Entonces, ¿dónde puedo ayudar?, en mi organización de defensa del voto que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aplaudió en el 2018.
Nosotros logramos más defensa del voto que el otro candidato de oposición. Para ser honesto, yo le serví al candidato de oposición que tenía en el momento mayor oportunidades para defender sus votos porque lo superamos como 80 % en cantidad de testigos.
Mi gente es organizada, mi gente es disciplinada, es otro tipo de gente, tienen otra formación, es la verdad. Entonces, ese va a ser mi aporte.
—¿Cree que en este momento, a poco menos de mes y medio para las elecciones y sin que se haya logrado ningún acuerdo preelectoral entre los candidatos, es posible hacer esa alianza que propone para defender los votos?
—Es lo correcto. Tenemos que empezar a ver hacia el 2025 (…) si no repetiremos la historia del 2021, cuando perdimos 14 gobernaciones por estar divididos. Está demostrado con números que los dos grupos de oposición y los “satélites”, como llamamos a los otros partidos, logramos, juntos, más votos que el Gobierno.
Una de las cosas que tenemos que hacer ya es dejarnos de esos sobrenombres ofensivos: alacranes, ratas, porque esto se volvió un zoológico.
Yo creo que ya debemos dejar esto atrás y convertirnos en gente seria, dándole la cara a un pueblo sufriente. Y si no se concreta el cambio, empezar realmente a construirlo porque todavía el Gobierno puede vender la imagen de que es mayoría.
Votos no endosables
—¿No le parece contradictorio y, además favorecedor para el chavismo, que tenga esa certeza de que los candidatos dentro de la llamada “tercera vía” no sean una opción real e igual sigan compitiendo?
—Si los porcentajes fuesen más importantes sí, pero no son importantes. La gente piensa que el electorado se mueve igual en las (elecciones) regionales que en las presidenciales, y no es así.
En las regionales siempre van por un por un líder cercano, en las presidenciales va por el que tenga mayor capacidad de ganar, así de simple (…) van por la economía del voto.
—¿No le parece entonces que su objetivo para esta candidatura, la construcción de algo a mediano plazo, podría ser tildado de egoísta y no va en pro del cambio que la oposición busca para el país?
—Repito, mi voto no puede ser endosado. O sea, que decline no tiene ningún sentido, no sé los otros candidatos. Estoy hablando por mí. No tiene ningún sentido porque mis electores no van a salir a votar por alguien que, por ejemplo, le dio la mano o, de alguna forma, admitió apoyar a un grupo con el que este sector conservador que me apoya no está de acuerdo.
Entonces no tiene sentido ni yo construyo nada ni él (Edmundo González) gana votos conmigo. Ahora, donde yo puedo apoyarte, repito, es con los defensores de voto de mi organización, que son organizados. Son serios, son disciplinados. Ahí es donde te puedo ayudar. Entonces aquí no se trata de lo que la gente piensa que debo hacer, sino hacer lo que puedo para cooperar realmente con un objetivo.
—¿Se ha reunido varias veces con Nicolás Maduro, pero ha tenido o espera tener contacto con el grupo opositor liderado por María Corina Machado?
—Hemos tenido acercamiento a través de terceros, creo que estamos llegando ya más cerca, pero hemos usado las líneas diplomáticas. Ellos me mandan a un concejal y yo lo respondo con un concejal, si me mandan un diputado, les mando a un diputado.
Hemos estado actuando en el marco de la reciprocidad. Pero creo que mi propuesta no requiere una reunión entre el señor Edmundo y yo para concretarse.
Yo no voy a caer en un asunto de orgullo. Eso no es práctico, si se reúne el representante electoral de ellos con el mío es suficiente.
—¿Entonces, cree que esta vez hay una oportunidad real de ganarle al chavismo en las presidenciales?
—Si tenemos testigos en todas las mesas, la hay. Pero si no hay testigos en las mesas, lo siento mucho pero no va a suceder.
No estoy diciendo que va a haber fraude, el asunto es el viejo dicho: la ocasión hace al ladrón. Yo creo que la ocasión hace la trampa, y si hay la oportunidad, no tiene que ser Maduro, pero sus seguidores van a hacer lo que sea para que su gallo gane (…) El voto es secreto, no hay trampa en ese sentido, pero cuando las mesas están solas porque no hay testigos y está la maquinita sola, el cuadernito solo, se generan malos pensamientos a los que están ahí del Gobierno”.
Entonces la responsabilidad está en una organización de defensa del voto responsable, eficiente. Que no solamente sirva para este 28 de julio, sino para el 2025. Que el próximo año podamos defender el voto en todos los estados, alcaldías y podamos generar finalmente el cambio que todos queremos.
Yo quisiera que fuese este 28, pero tengo muchas dudas acerca de poder concretar el padrón electoral con actitudes de algunos grupos.
El plan
—Usted está trabajando en la construcción de un liderazgo, ¿cuáles son los cincos aspectos fundamentales del plan de gobierno que propone?
—El primero de ellos es la economía. Atenderla en todos los ángulos: producción, eliminación o reducción del gasto fiscal, eliminación de la generación de dinero inorgánico, el apoyo a la pequeña y mediana industria, diferente trato a la gran industria (…) He propuesto crear un fondo especial para recuperación de la educación, recuperación de la salud que permita que hagamos aportes del Estado, de los municipios y, finalmente, podamos tener aportes de donaciones internacionales y plantear el asunto de la educación y de la salud como una prioridad de ayuda humanitaria compleja.
Como cuarto punto vamos enfocados hacia la recuperación de los servicios. Eso pasa por la recuperación de la parte eléctrica, del proyecto hidroeléctrico del país. (…) Yo planteo (acceder a) un préstamo internacional para recuperar los servicios de agua, de electricidad, específicamente, e ir a un estudio socioeconómico general (…) para el cobro. Hay que cobrar la electricidad y hay que cobrar el agua (…) cambiar tarifas de acuerdo con el sector y a la situación socioeconómica de ese sector. Eso nos permitiría generar un servicio de alta calidad.
Y como quinto punto, nosotros estamos empeñados en un plan de formación de valores a nivel de todas las comunidades. Estoy hablando de un plan agresivo de formación y reconstrucción de la sociedad. Estamos hablando, no solamente tener casas nuevas, carros nuevos o vías nuevas, sino de tener corazones y formas de pensar nuevas que nos permitan una recuperación integral de la población.
—¿Qué le respondería a las personas que lo vinculan con el tema de los alacranes y los traidores a la oposición o con lo que vieron su nombre relacionado con los Panama Papers?
—Es importante destacar que ya la investigación (de los Panama Papers) pasó. Los culpables aparecen en una especie de buscador y yo animo a que las personas que quieran respuestas a que busquen ese link y metan Javier Bertucci (…) y van a ver que no arroja nada.
Mi nombre apareció por intentar abrir una empresa que estaba gestionando (…) Pero eso es público, la gente puede hacerlo, igual que en cualquier caso de índole legal.
Mi vida familiar es pública también. Tengo una trayectoria familiar, tengo una trayectoria de servicio a Dios y a la gente que está en mi vida. Es pública, no hay nada escondido. Si hay un poquito de deseo de indagar, pueden conseguir la verdad que les va a confirmar lo que les estoy diciendo y no tengo ningún problema porque no tengo nada escondido. No tengo clósets con huesos dentro.
—¿Cuál es el mensaje que a usted le gustaría dar a las personas que aún creen en el chavismo como una opción política y a la gente que apoya al sector opositor que tilda de radical?
—Evalúen y hagan un análisis de lo que ha pasado, con quiénes ha pasado. Si después de hacer el análisis ustedes quieren un cambio, dense cuenta de que no va a ser con ninguno de esos grupos.
Esos grupos han tenido su oportunidad y, lamentablemente, no han podido darle al país la vida, el cambio y los resultados que han ofrecido, tanto unos como otros y puedo decirles que ambos grupos finalmente terminaron jugando con la esperanza de un pueblo que ha sufrido muchísimo.
Es tiempo de empezar a buscar otra opción y otras opciones y es tiempo, es mi consejo personal, (…) de empezar a ver hacia arriba (…) Le animo al pueblo venezolano, empiecen a ver hacia arriba y Dios es el único que no nos va a fallar.
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