Carlos Sabac, un viajero español con un sueño inquebrantable de visitar todos los rincones del planeta, visitó Mérida, Venezuela y quedó impresionado por algo más que sus impresionantes paisajes: la amabilidad y educación de sus hijos.
En entrevista con NTA, el viajero e influencer, quien se ha convertido en una figura popular en el estado andino por su calidez humana y actitud positiva hacia el pueblo venezolano, dijo que el país tiene mucho que ofrecer a quienes quieran explorarlo. Especialmente la simpatía de los ciudadanos.
Originario de Tarragona, Cataluña, Carlos Sabac ha estudiado varios países de Europa y América Latina, entre ellos México, Colombia y Argentina. Sin embargo, fueron Mérida y Venezuela las que capturaron su corazón, lo que lo impulsó a agregar una gira más larga por el país a sus planes a corto plazo.
“Venezuela tiene muchas cosas hermosas. Sé que es muy mala en términos de economía e infraestructura, pero hay muchísimos lugares increíbles”, comentó Sabac, además, en viajes anteriores ya había visitado el Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar. , donde se encuentra el Querepagupai Vena, también explicó que quedó maravillado con el Salto Ángel.
Posteriormente exploró el archipiélago de Los Roques, donde, como en el resto del país, quedó impresionado por la calidez y amabilidad de su gente.. “Me enamoré de la gastronomía, la cultura y sobre todo la amabilidad del pueblo venezolano”, Confesión.
Ahora, en su tercera visita a Venezuela, Carlos ha encontrado un nuevo hogar en Mérida, el corazón de los Andes venezolanos y un destino turístico de primer nivel, donde se ha hecho viral con una frase que enorgullece a los merideños: Mérida tiene los niños más educados. ¡En este mundo!
Viajando por Mérida: La experiencia de Carlos Sabac
El español dijo a NTA que al ingresar al estado conoció a tres niños de entre 8 y 12 años y interactuó brevemente con ellos, pero el poco tiempo no impidió que Carlos sintiera la calidez y amabilidad de Meredino.
“Cuando fui a Mérida entré por el Moro, y la primera parada que hice fue en Mucuchíes, donde conocí a unos niños. Fueron muy educados, muy responsables… No sé cómo decir lo ordenados que eran. eran”, explicó.
Sin embargo, detrás de las brillantes sonrisas de estos niños se esconde una verdad complicada. Lamentablemente, Carlos descubre que el padre de los niños ha emigrado del país en busca de mejores oportunidades para la familia, dejando a cargo a su madre quien lucha contra el alcoholismo. Una situación que deja a los niños vulnerables.
“Los niños estaban solos, muy sucios y su ropa estaba muy mal. Lo noté y me tocó el corazón.Al comentar la historia de estos niños venezolanos, dice Carlos, aprenden día a día la capacidad de no ceder ante las circunstancias y afrontarlas con dignidad y confianza.
El encuentro de Carlos no sólo le informó de la dura realidad del país, sino que también despertó en él un profundo sentido de empatía y solidaridad. Esto le ha llevado a iniciar un nuevo proyecto.
Ayuda a los niños venezolanos
Inspirándose en la historia de los niños de Mérida, Carlos Sabac les donó bienes y dulces, con el objetivo de contribuir a su educación y hacerlos felices, aunque fuera por unas horas. Pero este noble gesto no terminó con esa donación, decidió convertir su aventura en un proyecto para educar y alimentar a otros venezolanos.
“El proyecto comenzó hace dos días. “Voy a aprovechar que voy a viajar a todos los estados de Venezuela y voy a llevar toda la ayuda que pueda a los niños”, explicó.
Seguidamente, aseguró que el proyecto nació porque cree firmemente que Venezuela tiene mucho que ofrecer a Venezuela y al mundo. “Les digo, los venezolanos son realmente humildes, amables, serviciales… Probablemente son las mejores personas del mundo. Eso, junto con la gastronomía, es muy buena; y los lugares únicos en el mundo, como el Salto Ángel. y Catambo Lightning, Venezuela encabeza todos los países. aseguró el español.
Finalmente, confirmó que en unos meses regresará a los moros andinos, seguirá recorriendo las frías montañas del país y continuará su gira en Venezuela.