En un giro inesperado y sorprendente -para salvar las eliminatorias- La trama de corrupción bautizada como PDVSA-cripto Apuntó sus últimas revelaciones a la oposición. Primero, por la presunta participación de algunos personajes conocidos en una “conspiración” junto al ex Ministro de Petróleo y ex Vicepresidente de la República Tareck El Aissami. Que ahora, según nos informa la Fiscalía, también han pasado de la conspiración a la participación directa en el negocio petrolero.
El testigo estrella en este momento es Samark López, el empresario que desde hace tiempo es señalado como la “mano derecha” de El Aissami y a quien Estados Unidos tiene en su lista de “los más buscados” por las acusaciones de narcotráfico. Es él quien cuenta en el video parte del modus operandi que se utilizó para defraudar a Pdvsa y del que -asegura- se habrían lucrado Leopoldo López y Julio Borges.. Y es con él con quien Borges y el titular de Primero Justicia, Carlos Ocariz, sostuvieron hace al menos cuatro años una conversación cuyo audio fue difundido por el Ministerio Público como evidencia de una supuesta conspiración.
Carlos Ocariz, sin precisar su ubicación actual, accedió a hablar.
-Para precisar y confirmar nuevamente: ¿eso está en esa conversación?
– Si y lo dije un video que puse en mis redes. Fue exactamente en el año 2020. Y quiero aclarar que fue la única conversación que tuve con ese señor. Nunca hablé con su jefe, El Aissami. Ni siquiera con la gente de su equipo.
-¿Puede garantizar, entonces, que sus conversaciones con Samark López, o con Tarek El Aissami, no aparecerán?
– Absolutamente. No con nadie de ese equipo. Y en el contexto de esa conversación, estábamos en el año 2020, estábamos en plena pandemia y yo había hecho una propuesta en materia social para la pandemia. Fue exactamente una propuesta de otorgar $100 por familia, propuesta que se hizo en diferentes partes del mundo durante la pandemia.
Para esta y otras propuestas hablamos con mucha gente, organizaciones internacionales, países amigos y también la oposición pero sobre todo el partido de gobierno porque la idea era encontrar una manera de ayudar a la gente. Y lo volvería a hacer mil veces.
-¿Y para qué hablar con Samark López?
-En ese momento, Tareck El Aissami estaba en el círculo de poder de Maduro como su mano derecha. El objetivo no era hablar con este señor Samark sino entender -eso nos dijeron- que él era un puente para llegar a la mano derecha de Maduro, que era Tareck.
-Y no hay formas oficiales de por qué Samark López no fue funcionario del gobierno…
-Es parte del problema, que no está. Es parte del desierto político que existe en Venezuela, que no hay forma de poder hablar. Entonces buscó a alguien con quien hablar. En ese momento Tareck era vicepresidente y ministro de producción.
Uno de los problemas fue el tema de la pandemia y el otro es que en diciembre eran las elecciones parlamentarias y todavía estamos buscando condiciones electorales para poder participar. Se dijo que la Comunidad Europea había venido para esa elección y estamos tratando de dialogar con diferentes actores.
En aquella época también existía el problema de las tarjetas de partido. El de Primero Justicia había sido secuestrado y estamos buscando una mediación al respecto.
Pero, fíjate, no fui el único con el que hablamos, hablé con mucha gente…
– ¿Gente del gobierno?
-Por un lado y por el otro… Hay una diferencia que me parece sustancial y es que hablar no es una conspiración. Hay gente en el gobierno que piensa que porque usted habla es una conspiración y ese no es el caso. Hablar es como hay convivencia, hablar es reconocerse. Reconozco al chavismo. Y también tienen que reconocerlo. No se puede reconocer sin hablar.
Hablar no es una conspiración. Cuando yo era alcalde en Petare había trece concejales y doce eran chavistas. Y tuve que hablar con mis oponentes para poder tomar una decisión.
– Muy bien, pero lo curioso aquí es que Samark López no era funcionario del gobierno, ni agente de prensa ni asistente de El Aissami. Lo menos que se dijo en la calle, y no hace falta ser investigador para oírlo, es que era tu socio, tu empresario consentido… Lo que buscabas era como directivo, una “flecha”. ?
– No, no vale la pena… como te dije, en ese momento hablé con muchos sectores insistiendo en poder aprobar esta propuesta social y también por el tema electoral. Y en ese marco ocurrió esa conversación que, repito, fue la única conversación que tuve con él. Y nunca hablé con El Aissami.
-¿Y esta propuesta finalmente llegó a manos de El Aissami o de alguien del gobierno con capacidad de decisión?
-A través de este hombre te lo enviaron. Pero también lo hablamos con la Iglesia, con los organismos multilaterales, con los países amigos. Cuando hablo en el registro de “los americanos” es porque en Estados Unidos se hizo una propuesta similar, como en otros países. El propio gobierno habló de algo parecido, pero al final no se concretó.
-¿Recibiste respuesta de El Aissami a través de López?
-No. Después de esa llamada nunca hubo otro intercambio. No hubo respuesta, no hubo nada y eso fue todo.
-¿Quién grabó esa conversación?
-Bueno, supongo que fue él. No tengo la menor idea. Y como no tengo nada que ocultar, no me importa que él lo haya grabado. Fue hace cuatro años, no recuerdo si fue vía WhatsApp o Zoom.
-La Fiscalía acaba de presentar unos videos de Samark López implicando a Julio Borges y Leopoldo López en el esquema de malversación de fondos de PDVSA…
– Lo ví ayer. No tengo más información, sé lo mismo que tú.
– Aunque fuera hace 4 años, ¿recuerdas con quién hablaste más sobre esa propuesta de ayuda social y el tema electoral?
– Hablamos con mucha gente. Fue difícil hacerlo por la pandemia, pero lo logré. Y fue una propuesta pública. Hablamos con mucha gente, de todos lados.
-¿Puede mencionar a alguno de esos interlocutores del gobierno o cercanos al gobierno?
-No lo haría porque ahora hay una escala de persecución en el partido de gobierno, si digo un nombre, podrían ir en contra de ellos.
En todos estos 20 años de mi carrera pública he hablado y sigo hablando con mucha gente del gobierno y de la oposición. Porque creo en ello. Para vivir juntos, necesitamos hablar. Creo que la solución en Venezuela pasa por el voto. Creo en la forma de votar y en la forma de reconocimiento mutuo. Ahora bien, el reconocimiento es imposible si no se habla.
– Visto lo visto y después de lo dicho por el Fiscal, ¿tiene usted miedo de que por esa conversación haya alguna medida en su contra?
– Espero que no. Fue una conversación en los términos que le expliqué. Así que espero que no.
Pueden inventar algo sobre mí. En apenas ocho días me han descalificado, baneado, ahora estas acusaciones, pero nada de eso cambia mis valores. Creo en el voto y la inclusión. Creo en el reconocimiento.
Cuando haya un cambio en Venezuela no usaremos el poder para lograrlo. Esta mierda tiene que parar. Hay que reconocer lo que está pasando. No hay transición sin María Corina y sin chavismo. Los dos sectores deben ponerse de acuerdo, por Venezuela y para poder convivir. Ahora bien, ¿cómo conviven si no se hablan? ¿Cómo convivimos si se criminaliza a quienes creemos en buscar acuerdos?
A pesar de estas persecuciones, creo firmemente que hay que mirar al gran país, que es el país que quiere cambiar, el país que quiere paz y ese país quiere convivencia. Y para lograr esa convivencia necesitamos tener la madurez y la estatura política para hablar.
-¿El chavismo está aprovechando su proceso de purga interna para vincular a gente de la oposición y sumar nuevos capítulos a sus acusaciones?
– Es posible. Lo han hecho en el pasado. Espero que no sea así, pero es posible que pretendan utilizar esto para desviar la atención. Y también hay una purga interna entre ellos. Hay acoso interno contra quienes quieren hablar. Y no estamos hablando de conspiraciones. La conversación no es una conspiración, la conversación es sólo un reconocimiento del otro.
Creo que basta con dar a luz a mártires. Cuando el otro no se hace visible, algunos vienen a perseguir a otros y convertirlos en mártires. Y luego viceversa. Venezuela dejará de ser una cuna permanente de mártires. Necesitamos tener madurez política para poder estar juntos, reconociendo, hablando, sin que se vea como una conspiración.