Como otras, la escuela técnica “Robinsoniana” Emilio Depar Carrasco de Cumaná, estado de Sucre, no escapó a la destrucción por parte de fuerzas antisociales.
Durante la pandemia que paralizó al mundo entero en 2020, Los malhechores irrumpieron en el establecimiento y robaron techos, cables de suministro eléctrico y otras estructuras físicas.
Según los autores, a pesar del paso de cuatro años, siguen sufriendo las consecuencias de las acciones de “amigos ajenos”.
Yulini Reinato, subdirectora técnica de la empresa, explicó que el techo que cubre el área donde se encuentran las máquinas del taller de máquinas fue robado.
“Durante la epidemia, robaron todos los techos de la cúpula de la zona de talleres”, Reynado señaló.
Ellos mismos están rescatando lo anterior con la ayuda de los profesores que trabajan en el campus.
En la misma temporada, los cables encargados de la distribución fueron robados, dejando a la empresa sin electricidad, dijo el experto.
Señaló que el cableado era subterráneo, sin embargo, los delincuentes los quitaron y se fueron sin ellos.
Mencionó que por lo anterior, todas las máquinas de dicho taller no están disponibles para los estudiantes del área.
“Nuestras máquinas son trifásicas y nosotros sólo tenemos dos fases”, afirmó el abogado.
Ulini Reinato explicó que los docentes, con sus conocimientos en electricidad, corrigieron la situación con la energía, y desde entonces tienen dos fases.
Por esta razón, a pesar de sus esfuerzos, sólo pueden utilizar una fracción del equipo disponible en la escuela secundaria.
“Con todo, aquí trabajamos y lo damos todo”.
Actos vandálicos quitaron la electricidad a la Escuela Técnica Emilio Debar Carrasco e inspiraron a muchos jóvenes a estudiar.
Durante una conversación con el personal de la Escuela Técnica Emilio Debar Carrasco, conocimos que una gran población estudiantil ha dejado de asistir a la institución.
Los docentes señalaron que en otras épocas aquí estudiaban más de 1500 alumnos y en marzo eran menos de 150 alumnos.
Observaron que la siguiente promoción de técnicos de nivel medio tenía sólo 19 graduados.
Explicaron que a raíz de los robos, muchos agentes desconfían de seguir llevando a sus clientes al lugar.
Asimismo, cuando los jóvenes regresaron y encontraron el local saqueado, fueron despedidos.
El profesor de metalmecánica Ernesto Farias explicó que la debilidad de la empresa estaba en el área de seguridad, la cual presentaba irregularidades y por ende facilitaba el ingreso de los delincuentes.
“Cuando se inició un nuevo proceso comprobamos que se trataba de vandalismo y nada más” mencionó Farías.
Un docente con más de 20 años de formación sucrense dijo que a pesar de la peligrosa situación, están comprometidos con la juventud.
Por lo mismo, dijo, el personal continúa sumándose a sus esfuerzos para brindar una buena educación a su manera.