“Siempre he estado enamorado de Caracas y aunque han pasado días ya siento una sensación horrible”, dice emocionado el pianista, compositor y director de orquesta venezolano. Eduardo Marturetmientras se prepara para intentar reencontrarse con el Orquesta Sinfónica de Venezuela -OSV- de la cual fue director durante 13 años y en la que encontró un buen número de jóvenes intérpretes junto a músicos con más de 40 años en la orquesta más antigua de América Latina.
-Es inevitable preguntar: ¿cómo se siente regresar a su país, después de 22 años, y qué piensa obtener de esta visita?
“Lo primero que noté es que el trabajo de José Antonio Abreu Fue una vista muy impresionante. Abreu comenzó a formar a los mejores músicos para Venezuela y el mundo. Y una demostración del alto nivel que encontré en el OSV, gracias a la entrada de nuevos músicos que vienen, en su mayoría, de El sistema. Eso me pone muy feliz, porque mi debut en Venezuela como director, mi primera oportunidad, me la dio Abreu y El Sistema en octubre de 1978.”
“Por otro lado, estoy agradecido y feliz de que existan los Amigos Sinfónicos, porque estoy aquí por invitación de ellos y puedo ver el gran trabajo que han hecho para salvar el OSV y evitar su desaparición”.
Dos conciertos devuelven a Eduardo Marturet a la escena musical caraqueña. Este viernes 29 es apto para los amantes de la clásica, incluye obras de Shostakovich, Grieg, Martucci y Tchaikovsky y tiene como solista al pianista venezolano. Cristian Benítezganador del Latin Grammy 2021 y nominado al Latin Grammy 2023, un lujo escucharlo.
El domingo 1 de octubre ofrecen un programa que ha generado expectación, ya que revela el camino como creador que toma Marturet. tiene derecho Vibraciones de alta frecuencia y ofrecerá un repertorio más innovador, con piezas musicales de su propio autor, también obras de Astor Piazzola, Ennio Morricone y John Williams, y participará el bajista Rodner Padilla –ganador de tres premios Grammy Latinos, Rafael Lópezjugando a la petanca tibetana y actriz Athina Marturet.
Para completar el conjunto de protagonistas venezolanos, se incluyó una obra central en el segundo concierto, titulada La Rosa de Jericó, por la cristaloterapeuta venezolana Santiago Bonora quien se ha dedicado a la sanación con la música, basando su trabajo en los beneficios que tienen las vibraciones electromagnéticas para nuestra mente, cuerpo y emocional.
El salto cuántico
-¿En qué momento personal y artístico se encuentra Eduardo Marturet? ¿Qué propósito te impulsa en esta etapa a tus 70 años?
– Me impulsa el objetivo de seguir creciendo en una dirección que beneficie a la comunidad en general y a la sociedad. Estoy en un camino de desarrollo espiritual. Por eso este concierto del domingo 1 de octubre tendrá un toque tan especial y elevado. Siento que no hemos descubierto el potencial que tiene la música para hacernos mejores seres humanos.
– ¿Hablas de la música como herramienta de crecimiento espiritual?
– Sí, creo que con todo lo malo que ha tenido el COVID también nos ha dejado algo bueno: nos ha hecho repensar en muchos aspectos, nos ha permitido volver a mirar hacia dentro, nos ha hecho entender quiénes somos y qué podemos ser. Y la música tiene un gran poder en el renacimiento de la humanidad. No me refiero sólo al clásico, sino a cualquier género.
–¿Cree Marturet que está dando un salto cualitativo como persona y como artista?
-Sí, claro, pero no sólo yo, siento que todos damos; Me siento cómplice de ese proceso, de ese salto cuántico que todos debemos dar para ser conscientes de dónde estamos y por qué estamos. Es una bendición absoluta que el mundo y los seres humanos estén avanzando hacia ese renacimiento y hacia un nuevo nivel de conciencia mucho más elevado.
– ¿Qué requisitos tiene un músico de nuestro tiempo para transitar por esa “autopista” de la investigación espiritual?
“Lo que necesita ese músico o cualquier otro artista o persona es tener la sensibilidad para abrirse a la posibilidad de tener y actuar desde una nueva conciencia. No se trata de un esfuerzo, se trata de reinventarse y comprender que estamos ante una realidad que es No es único hoy, porque el hombre siempre se ha reinventado. Y nosotros, los músicos, debemos tener en cuenta cuánto podemos contribuir al renacimiento de la humanidad.
Eduardo Marturet
Crea el futuro
En 2019 Marturet fue incluido en Genio 100 Visiones grupo, una comunidad activa y comprometida de 100 hombres y mujeres considerados excepcionalmente imaginativos que aportan iniciativas creativas para mejorar el futuro. La organización se inspira en un postulado de Einstein: “Un nuevo tipo de pensamiento es esencial si la humanidad quiere sobrevivir y avanzar a niveles superiores”e incluye luminarias de fama mundial, del arquitecto Frank Gehry incluso el conductor Zubin Mehta.
-Desde hace muchos años buscas la innovación. Ahora bien, ¿hacia dónde te llevará en el futuro esta búsqueda espiritual a través de la música?
– Me lleva a seguir haciendo estos conciertos para despertar la conciencia espiritual en el público, a través del concepto que inventé y al que llamo Vibraciones de alta frecuenciadonde los repertorios cambian en cada concierto pero todos tienen ese contenido que motiva al público.
– Esta pieza, La Rosa de Jericó, Es parte de ese concepto y de la línea musical en la que camino. Fue elaborado por el compositor Santiago Bonora, principalmente para curar y sanar: baja la presión arterial, también reorganiza el cerebro cuando este sufre un cortocircuito. En particular, viví el caso de un amigo, presidente de una compañía aérea de los Emiratos Árabes Unidos, que hace un año fue operado de un tumor cerebral y pasó 30 días en un hospital de Londres sin poder hablar. le envié la grabación La rosa de Jericó y yo dije: escucha Stuart, escucha seis veces al día; Pues a las 48 horas ya estaba hablando.
–¿Fue un proceso personal y artístico que le pasó factura o hubo algún detonante especial?
– Fue un proceso que fue evolucionando en mí. Ya antes del Covid estuve involucrado en esta investigación y después del Covid mucho más. Ya en 2015 comencé a componer en esta línea, y también escucharemos una de las obras en Caracas titulada “Zaha’s Place” (“En la casa de Zahas”). Esta línea de creación musical nos eleva a la frecuencia Alfa, por ejemplo.
palos internacionales
Marturet estudió en Cambridge, Inglaterra, donde obtuvo la licenciatura en Piano, Percusión, Composición y Dirección. Al regresar a Venezuela en 1979, se desempeñó como director asociado de la Orquesta Filarmónica de Caracas, luego fue director de la Orquesta Sinfónica de Venezuela y antes de concentrarse en desarrollar una carrera internacional, fue el primer director musical del Teatro Teresa Carreño. .
En 1992, con valentía y dedicación, inició una fructífera relación con el Sinfónica de Berlín, orquesta que abrió el horizonte mundial a su ritmo. Con él grabó más de 30 álbumes incluyendo el ciclo completo de sinfonías, conciertos y oberturas de Brahms, el ciclo completo de conciertos de Beethoven y un ciclo de compositores clásicos latinoamericanos. En 2001 dirigió a la orquesta alemana en una gira de 12 conciertos por las principales ciudades de Sudamérica.
-Hoy tenemos más de una docena de jóvenes directores venezolanos al frente de importantes orquestas en el mundo y usted fue un director pionero en ese proceso de internacionalización. ¿Existen cualidades artísticas o técnicas excepcionales en los pilotos venezolanos que les han permitido destacarse en el mundo entero?
“Es un tema interesante porque no tenemos una escuela formal de dirección de orquesta establecida en Venezuela. Nuestros jóvenes directores han hecho talleres, cursos, buenos estudios musicales, pero sobre todo han aprendido a observar a los grandes directores que vinieron aquí y a los que a quién “dirigieron. Aunque tienen estilos diferentes, todos tienen una energía única en común. Estoy muy feliz de que tengan tanta reputación internacional, y algunos de ellos han sido mis alumnos”, explica.
Desde 2006, el Maestro Marturet es Director Musical y Director de orquesta de la Orquesta Sinfónica de Miami -MISO-. En 17 años en el cargo se convirtió en una de las personalidades más respetadas, queridas e influyentes de Miami y llevó a la orquesta a niveles artísticos cada vez más altos.
-En los últimos 3 o 4 años, la Sinfónica de Miami ha contratado a más de 35 músicos venezolanos que han migrado a Florida. Más allá de la colaboración con sus compatriotas, ¿qué aprecia Marturet en los músicos venezolanos y qué les falta para alcanzar niveles superiores?
– Hemos llegado a más del 40 por ciento de los músicos venezolanos en MISO, porque se lo ganaron, son los mejores, los más disciplinados, se lo merecen y vienen de la escuela de El Sistema, que es la mejor del mundo. El impacto artístico de los venezolanos se ha sentido en nuestra orquesta, ellos creen en sí mismos y estoy orgulloso y feliz con este talento artístico. Por ejemplo, está el caso de Ollantay Velásquez, que acaba de ser nominada al Grammy Latino. ¿Y qué les falta a los músicos venezolanos? Diría más coraje, valentía y determinación para brillar y aportar lo mejor al mundo.