con una espátula
La luz en los ojos de Pablo Escobar es su hija Manuela. Tenía tantas ganas de cumplir todos sus sueños que cuando era pequeño le regaló un unicornio. La niña quería tener ese animal de cuento de hadas y como el jefe no podía conseguirlo, simplemente hizo uno. Popeye dijo que tomó un buen caballo de su granja y le puso un cuerno de vaca delante. Días después, el animal murió por una infección de la buena cirugía. Después de la muerte del rey, el llamado hijo del pecado del rey desapareció.
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¿Lo que le sucedió? Goal Coast hizo esa pregunta y comenzó a investigar su vida. En un artículo publicado esta semana, describió lo que le sucedió de la siguiente manera. “Manuela Escobar nació el 25 de junio de 1984, y su vida cuando vivía su padre parecía tan terrible que no es de extrañar que parezca haberse desvanecido en el aire desde su muerte… de 30 mil millones de dólares.
Sobre sus primeros nueve años, cuando su padre fue imputado en un operativo extraordinario por las autoridades, se tejieron todo tipo de historias. La muerte del capo provocó la salida del país de la familia Escobar Henao. Se sabe que cuando llegaron a la Argentina tomó el nombre de Juana Manuela Marroquín Santos y su hermano, Juan Pablo, de Sebastián.
La familia lleva una vida tranquila en ese país gracias a ese anonimato. Ambos niños ingresan a una escuela en Buenos Aires para estudiar, donde hacen amigos y tienen una vida normal, lejos de su pasado. Manuela va a la escuela en bus y tiene muchos amigos, lo cual es muy diferente a cuando vivía en Medellín.
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