Envuelto en flores, cantos y toques de tambores, la figura de San Juan de Curiepe desfila por las calles de la ciudad hasta ser colocada sobre un altar donde sus fieles devotos, que llegan de toda Venezuela, suelen hacer promesas, orar y admirar. . las ofrendas que se ponen en su honor.
Brenda González, ciudadana de 64 años y oriunda de Caracas, asegura que, aparte de los años de la pandemia, asiste a las fiestas del santo que “lo da todo” desde niña y está agradecida con todos. los favores diseñados para ella y su familia.
tu La tradición de San Giovanni di Curiepe se remonta a la época colonial.cuando los esclavos que trabajaban en las plantaciones de la zona lograron conservar sus tradiciones y costumbres a pesar de la opresión.
Estos esclavos, pertenecientes a diferentes tribus y etnias, encontraron en la música y la danza una forma de expresar su identidad, por lo que comenzaron a fabricar tambores con los materiales que tenían a su disposición en ese momento.
Con el tiempo, estos tambores se convirtieron en un elemento fundamental de la cultura y la religiosidad de la comunidad de Curiepe. En particular, los tambores de San Juan se han convertido en un símbolo de devoción al patrón y de unión entre los habitantes de la ciudad.
La tradición de San Juan de Curiepe y sus tambores son un ejemplo de la riqueza cultural y la resistencia de las comunidades afrodescendientes en Venezuela. A través de esta fiesta se honra al patrón y se celebra la identidad y la creatividad de los habitantes de Curiepe.