Anaisa Rodríguez
Dejar anginas son cuerpos compactos de tejido linfoide que se encuentran en la parte posterior de la boca y en la parte superior de la garganta. Su función es eliminar bacterias y otros microorganismos para prevenir infecciones en el organismo. Cuando estos ganglios se inflaman, se produce amigdalitis, que se caracteriza por dolor de garganta intenso, fiebre y amígdalas rojas.
Las amígdalas son la primera línea de defensa del sistema inmunitario contra las bacterias y los virus que entran por la boca. Esto los hace vulnerables a la infección y la inflamación.
“Junto con las adenoides, las amígdalas forman parte de un anillo llamado Waldeyer, que es el tejido linfoide que nos ayuda a proteger el organismo y combatir los patógenos. Son importantes porque producen inmunoglobulinas y forman parte de la producción de células B y T que componen nuestro sistema inmunológico”, explica Heidi Morales, otorrinolaringóloga.
Una infección viral o bacteriana hace que el tejido linfático a ambos lados de la garganta se inflame, lo que provoca amigdalitis. “La inflamación puede extenderse a las adenoides o la amigdalitis lingual, porque es todo el tejido linfoide. El patógeno más importante de esta enfermedad es el estreptococo beta-hemolítico del grupo A”, agrega la profesional.
La amigdalitis puede ser causada por virus como el virus del herpes simple, el virus de Epstein Barr o el adenovirus, aunque el más común es el estreptococo. El 30 por ciento de los casos se deben a infecciones bacterianas y los más propensos son los niños menores de dos años; Cuando la causa es el virus estreptococo, se encuentra en niños y jóvenes de 5 a 15 años.
La inflamación de las amígdalas ocurre cuando un virus o bacteria ingresa a la boca o las fosas nasales de la persona y se instala en el área lateral de la orofaringe, la parte media de la garganta ubicada detrás de la boca. Debido a que las amígdalas son tejido linfático, contienen linfocitos activos preparados para la entrada de cualquier molécula infecciosa, por lo que cuando el virus o bacteria entra en las amígdalas estas se activan e inflaman como respuesta inmune del organismo.
La función de las amígdalas disminuye después de la pubertad. Este podría ser un factor que influye en las razones por las que hay menos casos de amigdalitis en adultos, se lee en el sitio web de la Clínica Mayo.
Con información de Prensa Libre.