La canción escuchada y cantada muchas veces desde nuestra juventud tiene un mensaje permanente. Muy denso y muy cierto. “Todo cambia.”
Cambiar para animarnos a intentar transformaciones en beneficio de todos, del colectivo sin diferencias.
Adaptarse a los cambios ha sido uno de los comportamientos humanos, naturales, razón esencial que ha permitido la vida, especialmente la vida humana, en nuestro planeta. Esto es válido para todas las circunstancias.
Las condiciones históricas, las relaciones de las personas, incluso las relaciones familiares, cambian de la misma manera.
La adaptación, la capacidad de revisar situaciones y ajustar nuestras respuestas, es esencial, incluso políticamente.
En nuestro país se están viviendo circunstancias complejas. Aparte de los experimentados recientemente. Más que nunca necesitamos creatividad. Kléber Ramírez nos repetía la estabilidad como voluntad esencialmente revolucionaria.
Afrontando la situación actual con menos consignas y máxima eficacia, pleno sentido de servicio, dedicación, autenticidad y “atrevimiento”.
Las dificultades que enfrenta nuestro pueblo son inmensas. Más que determinar quiénes son los responsables y repetir el perverso discurso de Trump, debemos mostrar todo el esfuerzo que estamos haciendo para sacar a nuestro pueblo de su postración.
Se avecina una nueva circunstancia para estos meses que vienen en el país. Los ciudadanos nos calificarán como gobierno.
Ellos determinarán si continuamos o no en trabajos de servicio público.
Pero además de eso, lo más probable es que los votantes tengan propuestas diferentes a la nuestra. Pensamos que esta elección es nueva, diferente a las anteriores.
Los que eligen necesitan esperanza, ilusión de cosas mejores para dar su confianza el día de las elecciones. Hemos defendido muy bien a nuestro país de los ataques y trampas de los enemigos externos y sus aliados internos. Pero hay que ir más allá en estos meses.
Todo directivo público necesita entregarse por completo a ser excelente, honesto y eficaz en el ámbito en el que se encuentra; en todos los ministerios, en el ámbito donde nos desempeñamos.
El servicio que la gente escucha y recibe con alegría y aprecio. Trabajar para resolver lo que piensa y siente la población.
si el tema es gasolina, nuestro pueblo no pudo celebrar que PDVSA aumente la producción, Necesitamos que nuestra gente sienta que se ha solucionado lo mínimo que le exigen a la empresa: que venda gasolina y diesel.
Atender los problemas de nuestro pueblo. Que nos perciban trabajando para solucionarlos, que nos sientan cerca de ellos, para responder a los sufrimientos que son comunes, es la garantía que nos permitirá pedirles que voten en las próximas elecciones.
Si no lo hacemos, hacemos un mal servicio como administradores públicos y poco apoyo para la tarea del éxito electoral en la próxima contienda.
Adaptarnos al momento, ganarnos el corazón, es la única garantía de tener la respuesta nuestra gente que sufre